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Antonio Julián Noriega de Bada y Llerandi

Biografía

Noriega de Bada y Llerandi, Antonio Julián. Castañera (Asturias), 7.III.1769 – Badajoz, 16.XII.1808. Tesorero general del reino y diputado en Cortes por el principado de Asturias.

Era el segundo hijo natural de Manuel Francisco de Noriega Pérez de Estrada (viudo de Leonor Bermúdez de Espinaredo desde 1747), juez noble en el municipio de Parres, titular del mayorazgo de La Pedrera (Bada, Asturias), y de María Manuela de Llerandi y la Iglesia, de condición pechera. No reconocido oficialmente por su padre, pero sí protegido por éste, realizó estudios de primeras letras, que continuó en Oviedo. Tras la muerte de su padre se marchó a Madrid, donde fue acogido por el canónigo de la iglesia de San Isidro, Antonio de Posada Rubín de Celis, coetáneo y paisano de Noriega. Allí realizó funciones de acólito y asistió en los vecinos Reales Estudios de San Isidro a lecciones del bachillerato de Cánones. En 1789 ya estaba al servicio del reciente conde de Montarco, Juan Francisco de los Heros y la Herrán, fiscal del Consejo de Hacienda y bien relacionado con Manuel Godoy, lo que permitió la incorporación en 1794, de quien ya era oficial de la Tesorería principal de Rentas del Reino (desde 1792), al cargo de mayordomo de la residencia de Godoy. A partir de ese momento, Noriega fue hombre de confianza y apoderado de Godoy, encargándose de sus asuntos financieros y de las gestiones más delicadas.

A la edad de veinticinco años Noriega obtuvo (30 de agosto de 1794), no sin ciertas dificultades, la ejecutoria de hidalguía y fue admitido en la lista de hijosdalgo de Madrid (20 de octubre de 1794). La información nobiliaria fue recopilada y falseada por su hermanastro, el presbítero Diego Noriega de Bada y Bermúdez. A partir de 1795, con un poder adquisitivo importante, Noriega puso su empeño en la compra de regidurías, judicaturas nobles municipales y otros cargos que desempeñaron en representación los miembros de sus familias paterna y materna. En 1797 ya era contador del Real Fondo Vitalicio y fue elegido diputado en Cortes por el principado, interesada elección por parte de la Junta General del Principado, dada la vinculación de Noriega con Godoy y la urgente necesidad que tenía Asturias de una buena comunicación con Castilla. En el marco de una hacienda muy deficitaria, Noriega logró fondos extraordinarios para esta obra, así como para otros proyectos en Asturias, lo que se tradujo en extensos agradecimientos de Jovellanos y de la Diputación del principado, y en la reelección de Noriega como diputado en Cortes por Asturias por otros tres trienios hasta su prematura muerte. En 1798 ya era alcalde de la Santa Hermandad, ministro del Tribunal Mayor de la Contaduría de Cuentas y miembro del Consejo de una Real Hacienda que sostuvo una creciente e importante deuda con el Banco de San Carlos, de cuya Junta de Gobierno Noriega formó parte en 1800 y 1801. Con el fin de controlar las finanzas, Godoy puso al frente de esta hacienda a un hombre de su confianza, Miguel Cayetano Soler (1799), y a Noriega al frente de la Tesorería General (de julio de 1800 a 1808). El 23 de julio de 1801 ingresó en la Orden de Carlos III y, para conmemorar el evento, encargó a Goya su retrato (National Gallery of Art, Washington). En 1804 el agradecimiento, la influencia y el poder económico de Noriega eran suficientemente decisivos como para que ingresara en la Orden de Carlos III su hermanastro, Diego Noriega de Bada y Bermúdez.

En 1806 ya poseía el título de juez noble del municipio de Parres, era consiliario de la Real Junta del madrileño Hospital General y Pasión, poseía una segunda residencia en El Pardo y encargó a Goya el retrato de su mujer, Francisca Vicenta Chollet y Caballero (Norton Simon Museum, Pasadena, California). Tras numerosos intentos de saldar la deuda de la Tesorería General con el Banco de San Carlos, surgió el motín de Aranjuez (marzo de 1808). En consecuencia, la casa de Noriega en Madrid, junto con las de otros once personajes vinculados a Godoy, fue asaltada. Tras la abdicación de Carlos IV, con Godoy en prisión, Noriega también fue encarcelado (22 de marzo de 1808) y se ordenó su procesamiento junto con el de Soler, Sixto Espinosa y otros (3 de abril de 1808). Mientras se interrogaba a Noriega sobre su actividad al frente de la Tesorería General, Godoy fue liberado y desde la Junta Suprema Central Gubernativa se ordenó (2 de junio de 1808) la confiscación de los bienes de los sospechosos de colaboracionismo con el Ejército francés. Noriega no figuraba en esta lista, por lo que recuperó la libertad y regresó a El Pardo. El extenso informe dirigido a José Bonaparte sobre la situación financiera del reino, elaborado por Noriega, Manuel Sixto Espinosa y Joseph de Ibarra (éstos dos últimos vinculados en su día al Banco de San Carlos) fue sin embargo la causa de que una partida de caballería enviada por la Junta Provincial de Extremadura apresara a Noriega (12 de julio de 1808) y lo trasladara, alejándolo así de los franceses, a la prisión de Badajoz. Una resolución del Consejo de Castilla (agosto de 1808) exoneró a Noriega de sus cargos, y por ello éste intentó su liberación con repetidas instancias a la Junta Suprema Central Gubernativa y, posteriormente, fracasadas éstas, ante la Junta Provincial de Extremadura. La llegada de dos prisioneros franceses a Badajoz produjo una revuelta popular que terminó con el linchamiento de éstos y otros prisioneros, entre los que se encontraba Noriega (16 de diciembre de 1808).

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Ayuntamiento de Parres, Padrones de Hidalguía de Parres, 1773, 1780 y 1794; Archivo Notarial de Cangas de Onís, Protocolos de J. M. Tolivia de 1804 a 1809; Archivo Histórico Nacional, Consejos, leg. 31; Estado, legs. 53, 63072; Orden de Carlos III, exp. 1148; Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, Serie General, leg. 3871; Archivo Histórico de Protocolos, protocolo 25030, fols. 677-824; Archivo General de la Administración del Principado de Asturias, Actas de las Diputaciones de la Junta General del Principado de Asturias, libs. 120, 121, 122, 124, 125, fols. 30r.-v., 268-274, fol. 96, fol. 86v., fols. 12-13v. y fol. 59, respect.; Actas de la Junta General del Principado de Asturias, lib. 123, fols. 34-36, 88, 307, 335r.-v., 518; Fondo Histórico, exps. 2877/7, 2878/9, 2879/1.

VV. AA., Almanak mercantil o Guía de comerciantes para el año de 1805, Madrid, Imprenta de Vega y Cía., 1805, pág. 380; B. Canella Meana, Memoria acerca del estado de la enseñanza en la Universidad de Oviedo y en los establecimientos del distrito de la misma en los cursos de 1858 a 1859 y 59 a 60 [...], Oviedo, 1861, pág. 172; F. Canella Secades, Historia del distrito universitario de Oviedo, Oviedo, Imprenta de Flórez, Gusano y Cía., 1903 [ed. facs., Historia de la Universidad de Oviedo y noticias de los establecimientos de enseñanza de su distrito (Asturias y León), Oviedo, Universidad, 1903-1904, págs. 134, 135, 165-167 y 766 [reprod., Oviedo, Universidad, 1985]; G. M. de Jovellanos, Diarios 1.º al 5.º, 1790-1795, vol. II, Oviedo, IDEA, 1954, págs. 368-369, 372-373, 375 y 382; F. Martí Gilabert, El motín de Aranjuez, Pamplona, Universidad de Navarra-Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1972, pág. 134; A. de Arce Martínez, “Lista de los individuos del estado colegiado de caballeros hijos-dalgo de esta villa de Madrid existentes en fin de noviembre de 1805”, en Hidalguía, 187 (1984), págs. 849-859; A. Matilla Tascón, Las rentas vitalicias en el siglo XVIII. Inventario, Madrid, Ministerio de Cultura, 1984; J. R. Fernández-Manzano González, “Algo nuevo acerca de las pruebas de nobleza de Don Antonio Noriega de Bada, caballero de la orden de Carlos III”, en Hidalguía (1985), págs. 251- 261; G. M. de Jovellanos, Obras completas, III. Correspondencia. 2.º (julio 1794-marzo 1801), ed. de José Caso González, Oviedo, Centro de Estudios del siglo XVIII-Ayuntamiento de Gijón, 1986, págs. 328 y 335; P. Tedde de Lorca, El Banco de San Carlos (1782-1829), Madrid, Banco de España-Alianza Editorial, 1988, págs. 232, 287, 290-291 y 334; A. Miyares Fernández, El libro de Parres. Arriondas, Oviedo, Prodepa-Caja de Ahorros de Asturias, 1989, págs. 38 y 64; E. de Cardenas Piera, “Propuestas, solicitudes y decretos de la real y muy distinguida orden de Carlos III”, en Hidalguía, II (1991); M. Álvarez- Valdés, La hidalguía. Caballeros asturianos de la Orden de Carlos III, Oviedo, KRK, 1992, pág. 28; N. Glendinning, Goya. La década de Los Caprichos, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando-Banco Central Hispano, 1992, pág. 139 y retrato n.º 44; J. Cruz, Los notables de Madrid. Las bases sociales de la revolución liberal española, Madrid, Alianza, 2000, pág. 182; E. la Parra, Manuel Godoy. La aventura del poder, Barcelona, Tusquets, 2002, págs. 284 y 400; M. Friera Álvarez, La Junta General del Principado de Asturias a fines del Antiguo Régimen (1760-1835), Oviedo, KRK, 2003, págs. 138- 139, 141-142, 231, 237, 285, 300-302, 311, 365, 440, 513, 922 y 1255; J. I. Noriega Iglesias, Cosas de familia. La memoria recuperada de un linaje: los Noriega, Gijón, Trea, 2003, págs. 97-163; Antonio Noriega de Bada. Un asturiano pintado por Goya, Oviedo, Museo de Bellas Artes de Asturias, 2009.

 

Juan Ignacio Noriega Iglesias