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Basilio Antonio López

Biografía

López, Basilio Antonio. Asunción (Paraguay), 1781 – 16.I.1859. Franciscano (OFM), primer obispo nacido en Paraguay.

Es el primer obispo que recibió la sede en su patria de la época independiente y ocupa el último lugar entre la serie de diez obispos franciscanos de la época de la conquista. Era el hermano mayor de Carlos Antonio López, presidente del Paraguay.

Nacido en Asunción en el barrio Manorá de la Recoleta en 1781, ingresó tempranamente en la Orden Franciscana. Fue alumno del colegio franciscano. Destacó en los estudios eclesiásticos y recibió la ordenación sacerdotal del obispo Nicolás Videla del Pino. Ejerció las cátedras de Teología, Moral y Vísperas de Cánones en el mismo seminario. En 1806 regentaba la cátedra de Arte en el convento Grande de Asunción y más tarde ocupó la cátedra de Moral “por su virtud, notoria literatura y estudio”. Sobresalía por su elocuencia en el púlpito. Cuando Francia decretó la exclaustración en 1824 para los religiosos, Basilio estaba en el convento de Santa Bárbara de Villarrica. Ya exclaustrado ejerció en el curato parroquial de Pirayú. Fue presentado para el episcopado por su propio hermano presidente de la República. El papa Gregorio XVI expidió la bula en febrero de 1844 siendo consagrado en 1845 en Brasil por el obispo José Antonio de los Reyes y tomó posesión en octubre de ese año.

Al ser impelido a secularizarse declaró que lo hizo presionado “juxta bajonetas” (bajo la presión de bayoneta), razón que le sirvió para que Gregorio XVI le reconociera el nombramiento episcopal como franciscano. La bula dice en efecto: “A fray Basilio Antonio López de la Orden del Seráfico Padre San Francisco”. Lo consagró obispo monseñor José Antonio de los Reyes en Cuyabá (Brasil) el 31 de agosto de 1845 y el 30 de octubre del mismo año tomó posesión de su sede episcopal. Cuando fue designado, hizo un escrito a la diócesis “El Presbítero Ciudadano Basilio López, Vicario General y juez eclesiástico del Obispado [...] Levanto los ojos a los montes de la divina misericordia, de donde espero los auxilios, pidiendo al Señor aquella sabiduría prudencia y docilidad de corazón que necesito para gobernar a este escogido pueblo por los caminos de la paz y de la justicia”.

Ejerció su episcopado bajo presiones del Patronato impuestas por su propio hermano menor Carlos Antonio López. A pesar de su salud muy precaria, visitó una gran parte de su diócesis y administró a multitud de fieles el sacramento de la confirmación. Durante los catorce años que duró su episcopado hizo mucho por la Iglesia. Su gran preocupación fue la de suplir las vacantes de sacerdotes en una época en que el clero era en su mayoría anciano. Supo encontrar la forma de fomentar las vocaciones, visitó las parroquias, ordenó bastantes sacerdotes, elevó su voz contra las intromisiones del Estado. Arribaron clandestinamente cuatro sacerdotes y un hermano jesuitas quienes se encargaron de formar jóvenes hasta que despertaron suspicacia en el presidente López y con un decreto imposibilitó su permanencia y vida bajo las reglas de la Compañía. Tampoco se permitió la marcha de jóvenes al colegio Pío Latino Americano en Roma. Pero a la muerte del obispo López quedaron doce clérigos a las puertas de recibir órdenes y que fueron ordenados sacerdotes después de su muerte por el vicario general del obispo López. Murió el 16 de enero de 1859.

 

Bibl.: A. Córdoba, Los franciscanos en el Paraguay, 1537- 1937, Buenos Aires, Imprenta López, 1937; O. Massare de Kostianovski, La evangelización en el Paraguay, Asunción, 1979, págs. 160-165; VV. AA., Diccionario Biográfico Forjadores del Paraguay, Asunción, Distribuidora Quevedo de Ediciones en Buenos Aires, 2000.

 

José Luis Salas, OFM