Pérez, Marcos. ?, c. 1527 – Basilea (Suiza), 1572. Mercader, mecenas, , financiador de redes para la introducción en España de libros protestantes.
No es mucho lo que se sabe de este notable y singular personaje, a quien se alude frecuentemente en la correspondencia de Felipe II y del Consejo de Flandes con las autoridades gubernativas en los Países Bajos españoles, así como en la documentación inquisitorial y muy especialmente en la del Tribunal de Sevilla.
Perteneciente a familia de judíos aragoneses reasentada en Navarra, desde donde marchó a Flandes, debió de nacer hacia 1527 y a mediados de siglo se encontraba en Amberes, la declinante pero todavía floreciente metrópoli mercantil flamenca, figurando entre los sefardíes conversos al cristianismo reformado, paso que dio con tanta convicción que era considerado uno de los miembros más destacados del consistorio calvinista local. Aunque la comunidad judía y criptojudía decayó bastante bajo los efectos de la expulsión parcial decretada contra ella en 1549-1550, reasentándose los emigrados en Ámsterdam, y por las crecientes dificultades de los no católicos en los Países Bajos meridionales por causa del endémico conflicto de España con los insurreccionados holandeses protestantes, todavía permaneció en la ciudad un grupo de acaudalados e influyentes mercaderes no católicos, a quienes la administración felipista interesaba retener, entre los cuales Marcos Pérez (Caro Baroja, 1961, I: 507). Por su parte Marañón (Marañón, 1969, II: 18) refiere ser pariente el neoevangelista del luego célebre secretario de Felipe II, también de ascendencia aragonesa.
Marcos Pérez y su esposa Úrsula López de Villanueva, también sefardí conversa al Evangelio, aparecen estrechamente conectados a la impresión y, sobre todo, circulación de libros protestantes en castellano desde Amberes, centro editor de primer orden en la época, un tráfico con el cual también tuvieron mucho que ver otros prominentes hombres de negocios de la localidad, entre ellos Martín López, pariente de Úrsula (Vermaseren, 1973: 3 y ss.). Hay que decir que las tramas y redes que posibilitaban la difusión y publicación de libros clandestinos con destino a la Península se hallaban firmemente consolidadas con anterioridad a la aparición de Pérez en la escena amberiana.
En cuanto a la edición, baste recordar que F. de San Román publicó su Catecismo en la gran urbe flamenca en 1530; diez años más tarde Francisco de Enzinas hizo lo propio con su Breve y compendiosa Institución de la Religión Christiana (en Gante, según otros), así como su versión castellana del Nuevo Testamento en 1543; su hermano Jaime un Catecismo en 1542 y, en 1550, Constantino Ponce de la Fuente dio a las prensas en la misma ciudad cuatro ediciones de dos obras de catequética y controversia.
Esa, y la restante producción, tenía como destino España, así como obras similares impresas en Ginebra, Fráncfort, Estrasburgo, París, Lyon y otros puntos editoriales, desde donde eran reexpedidas a Amberes, centro redistribuidor (Thomas, 2001: 34-49).
El proceso seguido luego a Bartolomé de Carranza, quien, por cierto, con anterioridad había pasado un tiempo en Flandes comisionado por el Santo Oficio para, entre otras cosas, investigar y desarticular ese tráfico, aporta detallada información sobre el mismo.
En una de las testificaciones se lee: “Los que traen los libros de hereges en español e latín en Alemania son algunos libreros de Anveres que van dos veces al año a la feria de Francafort, donde a cada feria traen todos los libros que ay de nuevos hereges. Y allí vienen también los españoles que están en Alemania huidos de España por la religión, e de estos baxan cada año algunos a estos estados de Flandes e traen algunas caxas o fardeles de libros de hereges para guiarlos de aquí a España” (Tellechea Idígoras, 1965: 341).
La impresión y circulación de esa bibliografía fue severamente perseguida por las autoridades españolas, lo cual distó de impedir la edición de estas obras, y que en crecido número continuaran siendo remitidas a España y sus dominios americanos por todos los procedimientos imaginables. Del volumen alcanzado por ese tráfico, que contaba con múltiples complicidades, da idea el hecho de que en 1556 Margarita de Parma, gobernadora de los Países Bajos, hubo de apercibir al Consejo de Estado de que los contrabandistas, coordinados y en parte financiados por el rico mercader Marcos Pérez, preparaban una remesa de...
¡treinta mil biblias de Calvino! (Pinto Crespo, 1983: 104), cifra a todas luces exagerada y que debe obedecer a un error de transcripción, debiendo tratarse más bien de tres mil, cantidad más que estimable para la época. Dos años después, en 1558, Felipe II acordó prohibir la entrada en España de libros en romance, sin hacer distinción entre buenos y malos. Tan drástica disposición tampoco pudo erradicar ese tráfico, confluyente como antes sobre Sevilla, principal centro receptor. Se comprende que cuando en 1559 la Inquisición sevillana procedió al secuestro de los bienes del doctor Constantino Ponce de la Fuente, fuesen hallados “[...] más de dos mil cuerpos de libros prohibidos emparedados en[tre] dos tabiques” (Bataillon, 1966: 528) en la casa de la viuda Isabel Martínez.
Esas y otras actividades tenidas por delictivas, aparte de su identificación con la causa de los nacionalistas holandeses, y la protección y el apoyo económico que facilitó sin tasa a cuantos emigrados españoles llamaron a su puerta (Reina, Corro, Enzinas, Valera, Pérez de Pineda, etc.), así como a sus familias, al tiempo que les facilitaba la publicación y colocación de sus obras en el mercado sirviéndose de su influencia, su dinero y de la logística internacional de sus negocios, tornó de día en día más comprometida la situación de Marcos Pérez en Amberes, de donde finalmente fue desterrado (1568) por calvinista notorio (Hauben, 1967: 130-132). Refugiado en Basilea, en esta ciudad montó una gran fábrica de hilado, tejido y estampado de sedas, cuyos réditos y su pingüe patrimonio le permitieron proseguir sus actividades bibliográficas de siempre, hasta su muerte un día indeterminado de 1572.
Bibl.: E. Boehmer, Bibliotheca wiffeniana. Spanish reformers [...], Estrasburgo-Londres, 1874-1904, 3 vols.; P. Besson, Marcos Pérez [protector de los reformistas], Buenos Aires, Imprenta Evangélica, 1895; A. Goris, Études sur les colonies marchands meridionales (portugais, espagnoles, italiens) a Anveres, 1488-1567, Lovaina, 1925; C. Roth, A History of the Marranos, Filadelfia, The Jewish Publication Society of America, 1947; M. Menéndez Pelayo, Historia de los Heterodoxos españoles, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1956, 2 vols.; P. Hanquet, “Familles espagnoles aux Pays-Bax, en Rhénanie et au Pays de Liége. Du calvinisme à la réforme catholique. Les Pérez et leur groupe familial au XVIe et XVIIe siécles”, en Recueil VII de l’Office Généalogique & Heraldique de Beligique, Bruxelles, Tradition et Vie, 1958, págs. 43-62; J. E. Longhurst, “Julián Hernández, Protestant Marthyr”, en Bibliothéque d’Humanisme et Renaissance, 22 (1960), págs. 90-118; J. Caro Baroja, Los judíos en la España moderna y contemporánea, vol. I, Madrid, Arión, 1961; J. I. Tellechea Idígoras, “Españoles en Lovaina en 1551-1558. Primeras noticias sobre el bayanismo”, en Revista Española de Teología, 23 (1963), págs. 21- 45; “Bartolomé de Carranza en Flandes. El clima religioso en los Países Bajos (1557-1558)”, en E. Iserloh y K. Repgen (eds.), Reformata reformada. Festgabe für Hubert Jedim zum 17 Juni 1965, vol. II, Münster, 1965, págs. 317-343; M. Bataillon, Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI, trad. de Antonio Alatorre, México, Fondo de Cultura Económica, 1966 (2.ª ed. esp.); P. J. Hauben, “Marcus Pérez and marrano calvinism in the Dutch Revolt and the Reformation”, en Bibliotheque d’Humanisme et Renaissance, 29 (1967), págs. 121-132; G. Marañón, Antonio Pérez: El hombre, el drama, la época, vol. II, Madrid, Espasa Calpe, 1969 (8.ª ed.); B. A. Vermaseren, “De Antwerpse Koopman Martín López en zijn familie in de zestiende en het begin van de zeventiende eeuw”, en Bijdragen tot de Geschiedenis, 56 (1973), págs. 3-79; V. Pinto Crespo, Inquisición y control ideológico en la España del siglo XVI, Madrid, Taurus, 1983; B. A. Vermaseren, The Life of Antonio del Corro (1527-1791), Bruselas, 1990; W. Thomas, La represión del protestantismo en España, 1517-1648, Leuven, University Press, 2001.
Juan Bautista Vilar