Ximénez, Francisco. Écija (Sevilla), 28.XI.1666 – Guatemala, 1723. Dominico (OP), evangelizador, cronista y gran conocedor de las lenguas indígenas de Guatemala.
Fue bautizado el 5 de diciembre de 1666. Fueron sus padres Francisco Ximénez y María Torija. Terminados los estudios de Gramática, con dieciséis años solicitó el hábito dominicano en el Convento de San Pablo y Santo Domingo de su ciudad natal. Después del año de noviciado hizo los estudios de Artes. Su siguiente paso será el Convento de San Pablo de Córdoba para realizar los estudios de Teología, que concluyó en Guatemala. De Córdoba pasó a Cádiz y de allí a El Puerto de Santa María, donde se encuentra “en los últimos días del mes de agosto de 1687. Estando yo allí con la misión en que yo vine justo para embarcarnos, como lo ejecutamos a dos del mes siguiente de Septiembre”. Con estas palabras del mismo cronista se puede aseverar que salió de España con una barcada de treinta religiosos reclutados por fray Ambrosio de Ipenza.
Sin otro contratiempo que un fuerte temporal, llegaron a Puerto Caballos (Honduras) el 17 de noviembre. Desde allí, Ximénez caminará hacia Gracias a Dios y llegará a Guatemala el 4 de febrero de 1688. De inmediato es destinado al Convento de Santo Domingo en Santiago de Guatemala para completar los estudios de Teología. Concluidos los estudios, es destinado al Convento de Ciudad Real de Chiapas, donde recibió el sacramento del orden en julio de 1690 de manos de su admirado fray Francisco Núñez de la Vega, obispo de Chiapas.
Después de cantar misa retornó a Guatemala el 25 de enero de 1691. Inmediatamente sería enviado a San Juan de Sacatepéquez para que aprendiera el cachiquel. Su madurez debía de ser patente, pues en octubre de 1691 le nombran maestro de novicios, cargo que desempeñará hasta finales de 1698. El 17 de enero de 1699, el capítulo provincial le nombra prior del Convento de El Salvador y procurador general ante las autoridades de Guatemala. Este título le obligará a verse inmerso en todos los graves negocios que se ofrecieron a la provincia durante los años siguientes.
No debió de estar mucho tiempo en El Salvador, pues casi desde principios de 1699 aparece ejerciendo en el curato de El Rabinal (Chiapas). Allí será testigo de los preparativos para la expedición al Petén; de los robos del alcalde mayor de la Verapaz a los naturales que debían transportar los bastimentos y de la falta de previsión del gobernador. Desde Rabinal y como procurador hubo de socorrer a los dominicos que decidieron quedarse entre los naturales del Petén, sin cuya ayuda habrían perecido de hambre.
El 30 de diciembre de 1699 llegaba a Guatemala el visitador Francisco Gómez de la Madriz. Una semana más tarde, fray Francisco tendrá que recibirlo en ausencia del provincial. Ya desde el principio la presencia del personaje comenzó a sugerir días difíciles por su orgulloso trato. Cismas y divisiones provocadas entre religiosos, autoridades civiles; acusaciones indebidas que llevaron a Ximénez a tener que ejercer de defensor del provincial de su Orden, pues nadie en la ciudad de Guatemala se atrevía a oponerse al visitador. En Guatemala, y quizás por los acontecimientos referidos, hubo de asumir por un breve espacio de tiempo el priorato del convento de aquella ciudad. Así lo afirma el mismo cronista en relación con ciertos papeles robados por el visitador. Esto ocurría en 1700. Al mismo tiempo, atendía al pueblecito de San Luis de las Carretas. Al año siguiente se hará cargo del curato de Santo Tomás de Chuilá, también conocido como Santo Tomás de Chichicastenango. Allí aprenderá la lengua quiché, y gracias a su bondad y espíritu comprensivo los habitantes del pueblo le confiarán el Popol Vuh, libro sobre las creencias del origen del mundo y de los hombres del pueblo quiché. Fray Francisco se interesó vivamente por aquel tesoro, y como conocía perfectamente aquella lengua decidió transcribir íntegro el texto quiché del documento indígena e insertar en columnas paralelas la traducción castellana. El manuscrito se encuentra actualmente en la biblioteca Newsberry de Chicago.
Los años siguientes discurren para fray Francisco Ximénez conjugando su cargo de procurador con el de doctrinero en distintos pueblos: San Pedro de Sacatepéquez, Rabinal, etc. Muy bien podría ser el tiempo en el que concibió y escribió sus obras filológicas para servicio de futuros pastores: Tesoro de las lenguas cacchiquel, Quiché y Tzutuhil, tres volúmenes en folio; Arte de las tres lenguas, y dentro del mismo volumen lo que se ha considerado como el Perfecto Párroco: un Confesonario y un Catecismo de Indios, también en las tres lenguas. En esta actividad filológica- evangelizadora, fray Francisco es un digno continuador de sus hermanos mayores, quienes desde el principio decidieron evangelizar a los naturales en las dieciséis lenguas de aquel territorio, sin escatimar esfuerzos en el aprendizaje y composición de gramáticas y vocabularios en todas ellas. Parece un tiempo tranquilo, hasta el 17 de enero de 1705, fecha en que se celebra el capítulo intermedio, que revela al Ximénez más ácido, poniendo al aire las vergüenzas de la Orden en Guatemala. Crítico con las autoridades, fue destinado en 1706 al curato de Rabinal. Desde allí denunciará los robos de los alcaldes mayores de Chiapas; se enfrentó a la codicia del séquito del obispo Mauro de Larreategui y Colón y no dudará en criticar la errónea actuación de su provincial en la reducción de los choles, a quienes hubo de prestar atención para que no perecieran de hambre.
A finales de 1711 ocupa el cargo de prior del Convento de Guatemala y, además, es vicario general. La muerte prematura del provincial fray Juan Pérez de Rivera le obligará a convocar capítulo provincial. El 17 de enero de 1712 fray Francisco será elegido provincial para los cuatro años siguientes. Antes de concluir ese mes partirá para la región de los zendales de Chiapas, donde se había producido una revuelta de estos naturales. Visita todos los pueblos de los zendales. Vuelto a Guatemala, el 21 de noviembre predica un elocuente sermón en la Catedral de Guatemala, denunciando las tiranías que sufren los naturales por culpa de los alcaldes mayores. De todo ello informó a Su Majestad, quien agradeció a los frailes el informe y trabajos con una Cátedra de Artes en propiedad en la Universidad Real de San Carlos.
Concluidos los años de provincial, volverá a su actividad de párroco de pueblo. Primero estará en Xenacoc (1714-1717). Al tiempo que ejerce de cura se ocupa también de poner un poco de orden en los papeles del Archivo del Convento de Guatemala. Allí mostrará su caridad acogiendo a las víctimas del fatídico terremoto del 29 de septiembre de 1717. Al año siguiente, la Provincia le confiará la tarea de levantar la ermita de la Virgen de los Dolores de la Candelaria, sita en el barrio de Santo Domingo y lugar de enorme devoción, derrumbada por el terremoto. Según las noticias que él mismo proporciona, comenzó a ejercer de párroco y albañil el 4 de julio de 1718. En la Candelaria servirá a “aquesta gran Señora” durante un año y nueve meses. Allí hubo de hacer frente a la visita realizada por el obispo de Guatemala, gracias a la cual Ximénez dejó una amplísima relación en la que detalla su labor apostólica y humanitaria.
Para contrarrestar la oposición de los obispos, el 13 de noviembre de 1719 la provincia decide enviar a fray Francisco a España. Antes de ponerse en camino hubo de concluir algunas causas pendientes: el 4 de marzo de 1720 aporta un escrito ante la Real Audiencia de Guatemala, presentando pruebas de su trabajo en la Candelaria, para que el obispo —que no había querido cerrar la visita— no pudiera acusarlo de abandono del curato. El 30 de julio de 1720 se ponía en camino hacia Puerto Caballos. El viaje debió de tener sus malos momentos, pues él mismo llega a afirmar que gracias a su devoción a la Virgen pudo verse libre de las tormentas sufridas en los bajos del Alacrán los días 5-7 de enero de 1721.
Nada se sabe de su estancia en España, pero no debió de detenerse mucho tiempo. Vuelto a Guatemala, los superiores le concedieron la atención del Beaterio de Santa Rosa que él había levantado. Le quedaban pocos años de vida, pero suficientes para que dejara su Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala, la mejor fuente bibliográfica para conocer al personaje, donde él mismo se refleja en distintas situaciones y actividades. Se sabe que en 1723 escribía el capítulo 14 de la sexta parte, dedicado a los sucesos de 1719. Y, al llegar al capítulo 35, para narrar los acontecimientos de 1720, no pudo sino escribir el enunciado. De lo cual cabe colegir que la muerte ocurrió en 1723, posibilidad que se ve corroborada con la noticia que aparece en las Actas del Capítulo de 1723: “En nuestro convento de Guatemala murieron [...] el R. P. Fr. Francisco Ximénez, presentado y predicador general [...]”.
Obras de ~: Tesoro de las lenguas Cacchiquel, Quiché y Tzutuhil, s. l., s. f. (ed. facs. crítica de C. Sáenz de Santamaría, Guatemala, Academia de Geografía e Historia de Guatemala, 1985); Arte de las tres lenguas, s. l., s. f.; Confesionario y Catecismo de Indios, s. l., s. f.; Popol Vuh: Empiezan las historias del origen de los Indios de esta Provincia de Guatemala, traduzido de la lengua quiché en la castellana para más comodidad de los Ministros del Sto. Evangelio, por el R. P. F. Franzisco Ximénez, cura doctrinero por el Real Patronato del pueblo de Sto. Thomás Chuilá, s. l., s. f. (vers. contemporánea, El Popol vuh: la Biblia de los mayas, Barcelona, Aura, 1977); Escolios a las Historias de el Origen de los Indios, escoliadas por el R. P. F. Franzisco Ximénez, cura doctrinero por el Real Patronato del Pueblo de Sto. Thomás Chichicastenango del Sagrado Orden de Predicadores, s. l., s. f.; Las historias del origen de los indios [...] de Guatemala [...], Viena, Casa de Carlos Gerold é hijo, 1857; Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala, Guatemala, Biblioteca Goathemala, 1929-1930, 3 vols.
Bibl.: J. Rodríguez Cabal, Apuntes para la vida del M.R.P. Presentado y predicador general Fr. Francisco Ximénez O.P, Guatemala, 1935; F. Esteve Barba, Historiografía indiana, Madrid, Gredos, 1964; A. E. de la Torre y López, “Contribución del P. Fr. Francisco Ximénez a una etnografía de los grupos mayas”, en Los dominicos y el Nuevo Mundo. Actas del III Congreso Internacional, Madrid, Deimos, 1991.
Miguel Ángel Medina, OP