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Pedro Manrique de Lara

Biografía

Manrique de Lara, Pedro. Señor de Molina. ?, c. 1150 – 11.I.1202. Noble, conde.

Señor de Molina, hijo de los condes Manrique Pérez de Lara y Ermesenda de Narbona. La primera noticia suya es de 1161, cuando intervino junto a sus padres en un diploma regio, aunque no se incorpora a la nómina de nobles cortesanos hasta un año después de fallecer su progenitor, en 1165. Fue entonces cuando recibió las tenencias de Lara y Atienza, la segunda ya ostentada por su padre.

Su asidua confirmación de los documentos otorgados por Alfonso VIII no le impidió atender sus intereses en Molina, señorío que había heredado de su padre. Su colaboración con el regente de Castilla, su tío Nuño Pérez, le deparó el título condal, que le fue concedido en 1166. El señorío de Molina era crucial para la débil Monarquía alfonsí, pues era fronterizo con el Islam, el señorío de Albarracín y las tierras aragonesas de Daroca. Por eso, en 1170, el conde intervino en el tratado firmado con Aragón, garantizando junto a otros magnates el cumplimiento de sus cláusulas. Dos años después se encontraba en Molina, cuando acogió a su hermano Aimerico, duque de Narbona según el documento por el que ambos donaron ciertas propiedades al monasterio de Huerta. Por entonces Pedro gobernaba, aparte de las plazas anteriores, las de Toledo y Huete, localidades que tuvo que defender de los almohades.

Los preparativos del sitio de Cuenca, en 1177, debieron impulsar una nueva estancia del conde en Molina, poco antes de reunirse con las tropas regias, actuación militar que le deparó cierto número de propiedades junto al Júcar. Sus relaciones con Alfonso VIII, sin embargo, se enfriaron en 1186, año en el que se hizo vasallo de Alfonso IX de León. No está claro cuál fue el motivo de la desavenencia, aunque es posible que estuviera relacionado con la excesiva autonomía de que hacía gala el conde en sus dominios. Sea como fuere, a los pocos meses ya había recuperado el favor de Alfonso VIII y las tenencias a su cargo.

En 1188 acudió al vizcondado de Narbona. Este señorío languedociano, feudatario ora del rey de Aragón, ora del de Francia, ora del conde de Toulouse, había recaído en su hermano Aimerico y, al fallecer éste, era preciso conservar la presencia familiar en aquellas tierras. Por eso Pedro Manrique reclamó sus derechos y los de su hermana Ermengarda Manrique, aunque, acaso considerando la imposibilidad de regir señoríos tan distantes, prefirió dejarla al frente de Narbona y dedicarse a los asuntos castellanos. No obstante, al fallecer su hermana, Pedro hubo de regresar al vizcondado narbonense, donde está documentado en 1194, dejándolo en herencia a su hijo Aimerico Pérez.

No desatendió sus obligaciones castellanas, pues en 1195 se hallaba de nuevo en Castilla, acompañando a la hueste regia en Alarcos, y dos años después intervino en las paces firmadas por Pedro II de Aragón y el monarca castellano. Sin embargo, el conde era ya de edad avanzada y se fue retirando de la política, falleciendo el 11 de enero de 1202.

Pedro Manrique había casado en primeras nupcias con la infanta Sancha, hija, al parecer, de García Ramírez de Navarra. No obstante, esta dama murió al poco tiempo, pues en 1177 se hallaba ya casado con Margarita, dama extranjera vinculada al linaje Plantagenet.

Si bien de alguna de ellas nació García Pérez, inicial heredero del señorío de Molina, éste debió de fallecer y, al enviar a Aimerico Pérez a Narbona, el conde debió considerar oportuno un tercer enlace.

Éste tuvo lugar en torno a 1190, en esta ocasión con Mafalda, de quien nacieron Gonzalo Pérez, heredero del señorío de Molina, y Rodrigo. Pedro Manrique dispuso de un extenso patrimonio al norte y sur del Duero, aunque destacan sus posesiones en la Transierra y, fundamentalmente, en Molina, progresivamente ampliadas con nuevas adquisiciones, como ocurrió tras la conquista de Cuenca. Intentó fundar un monasterio en Arandilla, aunque destacan sus intervenciones a favor de los monasterios de La Vid y Huerta, los Obispados de Toledo y Sigüenza y la Orden Militar de Calatrava.

 

Bibl.: L. de Salazar y Castro, Historia Genealógica de la Casa de Lara, Madrid, Imprenta Real, 1696; C. L. Devic y J. Vaissette, Histoire générale de Languedoc, Toulouse (Francia), E. Privat, 1872; J. González González, El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1960; F. Menéndez-Pidal de Navascués, “Los sellos de los señores de Molina”, en Anuario de Estudios Medievales, 14 (1984), págs. 101-119; S. Barton, The aristocracy in twelfth-century León and Castile, Cambridge (Gran Bretaña), Cambridge University Press, 1997; S. R. Doubleday, The Lara Family: Crown and nobility in medieval Spain, Cambridge-Londres (Gran Bretaña), 2001; A. Sánchez de Mora, La nobleza castellana en la Plena Edad Media: El linaje de Lara, Sevilla, Universidad, 2006.

 

Antonio Sánchez de Mora