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Sebastián Prat y Miralles

Biografía

Prat y Miralles, Sebastián. Campo Mayor (Portugal), 30.IX.1810 – Madrid, 8.VI.1878. General de Artillería con cuatro Cruces Laureadas de San Fernando, uno de los oficiales de Artillería más condecorados de la historia.

Fueron sus padres Félix de Prat y Pons y Carmen Miralles y Soro. Ingresó de cadete en el Colegio General Militar, en el Alcázar de Segovia, en septiembre de 1825. Este colegio se había creado tras la disolución del Ejército y de las academias, escuelas y colegios militares en 1823 como consecuencia de la entrada del Ejército del duque de Angulema y la abolición de la Constitución. Su objeto, fruto de la reacción absolutista, fue formar oficiales para todos los Cuerpos del Ejército bajo un estricto control ideológico.

A pesar del buen nivel matemático y científico que proporcionaba el plan de estudios de este colegio, no acababa de satisfacer las necesidades específicas de los Cuerpos denominados facultativos (Artillería e Ingenieros), por lo que los aspirantes a estos Cuerpos, una vez concluidos los estudios, debían pasar, en el caso del de Artillería, a ampliar su formación inicialmente en las escuelas establecidas en los departamentos y en 1829 al Colegio de Artillería reestablecido en Alcalá de Henares. Así, Sebastián Prat, que quería ser artillero, pasó en febrero de 1828 a la Academia de Cadetes de Artillería establecida en Barcelona y en diciembre de 1829 ingresó como cadete externo en el Colegio de Artillería de Alcalá, donde por su aplicación y carácter fue nombrado brigadier hasta que finalizó su plan de estudios en diciembre de 1831 con el n.º 4 de la 69 promoción del Colegio.

De subteniente fue destinado al 1.er Regimiento de Artillería de guarnición en Barcelona en el que prestó servicio de Artillería en los diferentes destacamentos que cubría su regimiento, encontrándose en 1834 agregado a la columna que, al mando del coronel Van Halen, operaba sobre Manresa. En junio de 1835 fue destinado al 5.º Regimiento de Artillería de guarnición en Burgos dependiendo del Ejército del Norte.

En agosto de 1835 ascendió a teniente de Artillería siendo nombrado en septiembre ayudante del comandante general de Artillería del Ejército de Reserva. En enero de 1836 fue nombrado ayudante de profesor del Colegio de Artillería de Alcalá, al que no llegó a presentarse por haber solicitado y obtenido permanecer en el Ejército, encontrándose el 11 y 12 de febrero en las acciones de Villanueva de Mena y Cariego; el 25 y 26 de abril en las alturas de Berrón y el 8 de mayo en la de Villarcayo y entrada de Balmaseda; posteriormente fue destinado de comandante de Artillería en La Rioja Alavesa donde permaneció hasta que pasó destinado en 1837 a la Brigada Montada del 4.º Departamento, en la que fue comisionado para la requisa de ganado en la provincia de Álava. Se encontró desde el 14 hasta el 29 de mayo en el ataque y toma de las Líneas de Oriente en las alturas de Andoaín, el 1 de junio en la acción de Lecumberri, el 19 de septiembre en la de Aranzueque, el 5 de octubre en la Retuerta, el 7 del mismo en la de Villanueva de Parral, el 14 de octubre en la de Huerta del Rey. Continuó de operaciones hasta el 23 de mayo de 1838 en que pasó destinado al Colegio de Artillería en el que permaneció hasta el 20 de agosto, en que volvió en clase de ayudante a la Brigada Montada del 5.º Departamento pasando a Burgos declarado en estado de sitio. Los años 1839 y 1840 los pasó en el mismo destino, donde recepcionó el ganado de la contrata de Sanfont con el Gobierno, reconoció las fábricas de Plasencia, Eibar y Tolosa y fue comisionado en los Ejércitos del Norte y Centro teniendo que acudir a las ciudades de Vitoria y Zaragoza cuando se declararon en estado de guerra. Este último año obtuvo el grado de capitán de Infantería por acción de guerra.

En 1841 marchó con las tropas que llevó el capitán general de Castilla la Vieja sobre las Provincias Vascongadas para sofocar los acontecimientos del mes de octubre ya que, tras el intento de los generales Manuel Concha y Diego de León de apoderarse de la reina Isabel y su hermana Luisa Fernanda, repercutió el pronunciamiento y se habían alzado los generales Piqueras y Montes de Oca en Vitoria y O’Donnell en Pamplona, siendo agraciado con la Cruz Laureada de San Fernando por primera vez.

En marzo de 1842 ascendió a capitán de Artillería, después de diecisiete años de servicios efectivos y siete de ellos de guerra. El 18 de septiembre de 1843 se le concedió licencia para contraer matrimonio con Inocenta Sánchez Salvador de Barrenechea con la que tuvo dos hijos. Fue destinado al 5.º Regimiento de Artillería de guarnición en Madrid, de allí pasó a la Dirección General del Cuerpo de Artillería, donde permaneció hasta agosto de 1843, en que fue destinado a Córdoba, donde tomó el mando de la 4.ª Brigada Montada. Allí asistió a los sucesos de aquella provincia en junio y julio contra el Gobierno del general Espartero, pasando en septiembre destinado a la 5.ª Brigada Montada de guarnición en Madrid. En mayo de 1844 obtuvo el grado de comandante de Infantería.

Se encontró en los sucesos de los meses de agosto y septiembre de 1845 cuando la sublevación de Zurbano, en los que recibió la segunda Cruz Laureada de San Fernando. En 1846 salió con una batería a Galicia, como consecuencia de los sucesos de Lugo, en los que se sublevó el jefe de Estado Mayor de la Capitanía General de Galicia, por cuyos servicios obtuvo la tercera Cruz Laureada de San Fernando. En junio de 1848 obtuvo el grado de teniente coronel de Infantería. En noviembre de 1851 pasó destinado a la Brigada del 2.º Departamento de Artillería de guarnición en Valencia. En enero de 1852 recibió el grado de coronel de Caballería.

En noviembre de 1852 ascendió a primer comandante de Artillería y fue destinado al 3.er regimiento de guarnición en Barcelona, por lo que se encontró en los sucesos que se produjeron tras la presentación del proyecto de reforma constitucional del Gobierno de Bravo Murillo y que dieron lugar a su dimisión, mandando el Batallón de Artillería permaneció en Atarazanas y evitó en lo posible los desmanes que tuvieron lugar. En diciembre del mismo año obtuvo el empleo de 2.º comandante de Infantería. En febrero de 1855 fue nombrado 2.º jefe de la Brigada de Montaña encontrándose en los sucesos del mes de julio en Barcelona, por cuyos méritos recibió por cuarta vez la Cruz Laureada de San Fernando.

En agosto de 1856 ascendió a teniente coronel de Artillería pasando como comandante de Artillería en Lérida y en noviembre fue nombrado director en comisión de la Fábrica de Pólvoras de Manresa, empleo que luego obtuvo en propiedad y en el que presentó y consiguió la aprobación de los planos y memorias del establecimiento. En abril de 1858 fue nombrado representante general del Cuerpo de Artillería ante las oficinas de la Administración Militar en Madrid.

En agosto de 1861 fue promovido a coronel de Artillería con destino al 5.º Regimiento a pie de guarnición en Madrid. En mayo de 1866 fue nombrado director de la Maestranza de Artillería de Madrid. El 22 de junio se encontró en los trágicos sucesos de la rebelión de los Regimientos 5.º y 6.º a pie y el de a caballo del Cuartel de San Gil, auspiciada por un oficial de Artillería llamado Baltasar Hidalgo de Quintana, que participó en una conjura contra el gobierno del general O’Donnell. Iniciada la revuelta en los regimientos a pie, pasaron los sublevados al de a caballo y, una vez dominado éste, como la guardia de la Maestranza no franqueaba la puerta, se dirigió hacia ella Hidalgo con algunos artilleros y dos piezas, la guardia los recibió a tiros y dirigió la defensa el coronel Prat, hasta que considerando el daño estéril a que exponía a los suyos si hacían fuego los cañones, ordenó abrir y allí penetró Hidalgo para distribuir fusiles entre los sublevados.

Fue un amargo trance para el coronel Miralles que no hacía un mes había cesado en el mando del 5.º a pie en el que fueron asesinados cinco de sus oficiales.

Por su honroso comportamiento en aquella jornada circuló por todas las unidades y establecimientos del Cuerpo de Artillería una Real Orden en la que “se da las gracias al coronel Prat y a cuantos se hallaron a sus órdenes”.

En abril de 1867 ascendió a brigadier y fue destinado a la Junta Superior Facultativa del Cuerpo de Artillería como vicepresidente de la Junta Superior Económica, cargo que ocupó hasta junio en que pasó destinado como director del Colegio de Artillería en Segovia. Durante su mando transformó el Colegio (que se caracterizaba por la temprana edad de ingreso de sus alumnos y su vida en internado) en Academia (en la que se ingresaba con edad más madura y se vivía en externado) y además refundió los estudios que anteriormente realizaban los cadetes en el Colegio de Segovia y los alféreces alumnos en la Escuela de Aplicación de Madrid. Por sus buenos servicios y acertadas disposiciones le fue concedida en febrero de 1871 la Gran Cruz del Mérito Militar. En febrero de 1873 causó baja en el Cuerpo como consecuencia de su disolución por la cuestión Hidalgo, hasta que en septiembre el presidente de la República, Emilio Castelar, reorganizó el Cuerpo y volvió a ocupar su cargo de subdirector de la Academia. En febrero de 1874 causó baja como subdirector por ser nombrado comandante general de Artillería del Ejército del Centro. En marzo fue nombrado 2.º jefe del distrito de Castilla la Nueva en el que continuó a pesar de ser nombrado comandante general de Artillería del Ejército del Norte encontrándose el 24 de mayo en la acción y toma del pueblo de Villarreal de Álava, los días 25, 26 y 27 de junio en las acciones que tuvieron lugar en los montes de Estella habiendo formado parte del Estado Mayor General que acompañó al general en jefe Manuel Gutiérrez de la Concha e Irigoyen, marqués del Duero, en las salidas a las trincheras de Monte-Muro, donde recibió una contusión en el brazo izquierdo y perdió el caballo que montaba; por esta acción recibió la Cruz Roja al Mérito Militar de 3.ª Clase. El día 28 se encontró en la retirada del Ejército mandando la columna de las baterías montadas, el 8 de octubre asistió a las operaciones que dieron por resultado la toma de Laguardia, por la que recibió la Gran Cruz Roja del Mérito Militar, y permaneció en el Ejército hasta marzo de 1875 que por enfermedad tuvo que retirarse cesando de comandante general de Artillería y ocupando su destino de 2.º jefe del distrito de Castilla la Nueva. Posteriormente, por ausencia del titular, se le nombró comandante general de Artillería del distrito y jefe de la brigada de Artillería del distrito de Castilla la Nueva, destinos en los que permaneció durante los años 1877, 1878 y 1879, en los que, agravándose cada vez más su salud, viéndose postrado frecuentemente, pidió y obtuvo pasar temporalmente a Barcelona, y de allí regresó moribundo a su casa en Madrid, donde pasó a la Sección de Reserva del Estado Mayor General del Ejército en mayo. Falleció el día 8 de junio de 1879 a los setenta años de edad y cincuenta y cuatro de servicio.

El brigadier Prat fue apto para muy variados destinos y todos los desempeñó satisfactoriamente, aunque sobresalía en las dotes propias para el mando de unidades de Artillería tanto en paz como en guerra. En su hoja de servicios consta su valor como acreditado. Estaba en posesión de la Cruz sencilla, Placa y Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

 

Obras de ~: con E. Molins, Memoria sobre la Fábrica de la Pólvora de Manresa, Manresa, 1858 (inéd.); “Biografía del Mariscal de Campo Don Casimiro Valdés”, en Memorial de Artillería, serie I, t. III, s. f., pág. 305; “Contestación al artículo inserto en el número 76 sobre las baterías montadas y las de a caballo”, en Memorial de Artillería, serie I, t. VI (1850), pág. 469.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. P-2756.

E. Guiu y Marti, El año militar español. Colección de episodios, hechos y glorias de la historia militar de España, Barcelona, F. Giró, 1877, págs. 379-380; P. Llave, “Necrología del Excmo. Sr. D. Sebastián Prat y Miralles, Brigadier de Artillería”, en Memorial de Artillería, serie II, t. XVII, s. f., págs. 49-53; J. Vigón, Un personaje español del siglo xix (El Cuerpo de Artillería), Barcelona, Cía. Ibero-Ameriana de Publicaciones, 1930 págs. 102 y 108-122; Historia de la Artillería Española, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1947.

 

Ubaldo Martínez-Falero del Pozo

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