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José Serratosa Nadal

Biografía

Serratosa Nadal, José. Valencia, 1893 – 18.I.1983. Empresario y coleccionista.

Nació en una típica familia burguesa de la Valencia decimonónica. Su padre, José Serratosa Mir era propietario, comerciante e industrial. Tenía un taller metalúrgico donde se fabricaban efectos militares.

En él trabajó el joven José que pronto dio muestras de ingenio. En la Exposición de París conoció una máquina de soldadura automática que aplicó en su propio taller, abriendo así su campo de acción a la joyería.

Pero no fue ese el camino por el que llegó a ser el creador de la primera cementera española medio siglo después. Un comerciante amigo de la familia, Rafael Ridaura les propuso a padre e hijo hacerse cargo de una fábrica de cal en Buñol. José casó con Ana Ridaura, hija del amigo, e incluso su hermano Alfredo, otro joven emprendedor con estudios de ingeniería industrial, casó a su vez con otra hermana Ridaura.

Vieron ambos hermanos en la factoría catalana de Asland —de los Güell, otra conocida saga empresarial— fabricar no el clásico cemento natural, sino el portland, o sea cemento artificial obtenido por calcinación de una mezcla de calizas y arcillas molidas. Por entonces, la importación de portland se había visto alterada por la Primera Guerra Mundial, así que la aventura parecía prometedora. Pero, claro, era costosa y difícil tanto por el elevado coste de instalación como por el control de las grandes compañías sobre el sector. Los dos hermanos viajaron en busca de la tecnología adecuada y la hallaron en las fábricas de Krupp de la Alemania derrotada. Los hornos verticales eran peores que los rotatorios, pero se adecuaban mejor al abrupto terreno de Buñol abaratando la instalación de máquinas elevadoras y reduciendo el consumo energético. Para tratar de introducirse en el mercado buscaron la mediación del conde de Romanones, al que —además de fallarles— tuvieron que indemnizar. Fue entonces cuando entró, el exministro y a la sazón banquero Pablo de Garnica, que no sólo financió el millón de pesetas debido a Romanones sino que sostuvo desde el Banco Español de Crédito el plan estratégico de la Valenciana de Cementos. En pocos años el proyecto se consolidó y se amplió con la compra de otra factoría en Alicante y, sobre todo, con el encargo de abastecer el cemento para la presa de Alarcón. La empresa apostó por la calidad y se especializó en el cemento blanco, una variedad de más calidad y mejor acabado estético.

La Guerra Civil, sin embargo, cortó no sólo la marcha productiva, sino la vida de los Serratosa que huyeron a Fuenterrabía al ser intervenida la empresa. Con el franquismo, la Valenciana se recuperó merced a su voluntad innovadora —fue pionera en el transporte con camiones-silos— y también, al favor oficial. Los años sesenta convirtieron a José Serratosa en presidente —antes lo fueron Ridaura, primero, y Garnica, después— y vieron a sus hijos al frente de la dirección técnica. En 1962 los hermanos fundadores, José y Alfredo, recibieron la medalla al Mérito del Trabajo. Fueron los años del desarrollo y Serratosa, con el permanente apoyo de Banesto, no dudó en ampliar su participación en empresas del sector hasta encabezar el mayor grupo cementero español y, desde luego, ser la primera empresa exportadora. A principios de los ochenta figuraba entre las cien mayores empresas españolas por volumen de facturación.

La familia, además, diversificó sus inversiones a través de la distribución de Coca-Cola, de la automoción, de los productos horto-frutículas o de la construcción.

José Serratosa fue un sensible y entendido coleccionista de arte, faceta que continuó su nieta Ana. Su colección tuvo obras de Sorolla, Pinazo, Picasso, Chagall, Dalí, Miró, Rendir o Vasarelly. La colección terminó por dividirse entre un museo valenciano y los nuevos propietarios de la Valenciana, aunque esto ya no lo conoció José Serratosa. Tampoco llegó a saber que su empresa se vendió precisamente por un conflicto con el banco que siempre le había apoyado.

José Serratosa murió en 1983 con la conciencia de que su obra tenía continuidad bajo la dirección de sus hijos, de los que llevaban el apellido de los dos fundadores: Serratosa y Ridaura.

 

Bibl.: J. E. Ferraro García, La industria del cemento en España. Sevilla, Universidad de Sevilla, 1982; A. Gómez Mendoza, “La formación de un cártel en el primer tercio del siglo xx: la industria del cemento Pórtland”, en Revista de Historia Económica, 5/2 (1987), págs. 325-361; VV. AA., Valenciana de Cementos. 75 aniversario, 1917-1992. Valencia, Compañía Valenciana de Cementos, 1992; J. Azagra Ros, “José Serratosa Nadal”, en E. Torres Villanueva (dir.), Los 100 empresarios españoles del siglo xx, Madrid, LID Editorial Empresarial, 2000, págs. 338-343; R. Navarro, Los nuevos burgueses valencianos, Madrid, La Esfera de los Libros, 2005.

 

Joaquín Azagra Ros

 

 

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