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Manuel Ruiz de Salazar Fernández

Biografía

Ruiz de Salazar Fernández, Manuel. Salazar de Villarcayo (Burgos), 17.IV.1805 – Madrid, 30.III.1882. Doctor en Medicina y Cirugía, académico de Medicina, presidente de la Sociedad Española de Hidrología Médica, diputado.

Hijo de Juan Francisco Ruiz de Salazar Fernández- Espiga y de Paula Fernández Gutiérrez, menor de siete hermanos, nace en el seno de una familia castellana antigua, que vive modestamente del campo y de la ganadería. Sobre esta endeble base, se produce, al poco de su nacimiento, la invasión de España por las tropas de Napoleón: “aún me parece estar viendo mi casa natal rodeada de dragones imperiales [...] saqueada luego la casa de mis padres, desocupadas sus trojes, muertos sus ganados y entregado al fuego todo cuanto no podían utilizar [...] se retiraron con el botín de más de ocho arrobas de plata labrada [...]”. La muerte de su padre en 1814, y la partida, en pocos años, de todos sus hermanos mayores, le dejan, a los doce años, solo con su madre, ocupándose de todas las labores del campo. En 1824, cerrada la casa familiar, parte a Medina de Pomar donde estudia intensamente latín y gramática durante dos años, cursa después tres años de Filosofía en Burgos, marchando en 1829 a la Universidad de Valladolid, donde se matricula en Medicina, continuando los estudios en la Universidad de Valencia, donde se gradúa en 1833.

Buen dibujante, aprendió también a tocar el violín y la flauta.

Queriendo ser cirujano, además de médico, se traslada a Madrid para estudiar las asignaturas de Cirugía, pero como el reglamento del Colegio de San Carlos se lo impidiera, consiguió que la Reina María Cristina le recibiera en audiencia quien, impresionada por su determinación, concluyó con un “ve descuidado”, consiguiendo su matrícula y finalmente la licenciatura en 1838. Concluía así una “serie continuada de trabajos y privaciones” de un estudiante que tuvo que allegar recursos ejerciendo de preceptor, de escribano y de otros oficios variados, en los que le sucedieron tal cantidad de peripecias, algunas muy arriesgadas y peligrosas, en una España entonces muy convulsa, incluidas enfermedades como el cólera y la pulmonía, que él mismo se calificó “como la segunda edición del famoso Gil-Blas de Santillana”. Su satisfacción le llevó a escribir al obtener su licenciatura: “el mundo entero era estrecho para mí [...]” En 1839 contrae matrimonio en la Iglesia de San Ginés de Madrid con Juana de Usátegui naciendo al año siguiente su primer hijo, José Manuel, quien sería ingeniero de caminos y arquitecto, célebre por ser el autor del plan del ensanche de la ciudad de León, donde una céntrica calle recuerda su memoria. En 1842, viaja a París, visitando la Escuela de Medicina y diversos hospitales, entrando en relación con quien luego sería médico de Cámara de Napoleón III. Al año siguiente, nacería Emilio, su segundo hijo, futuro catedrático de Análisis Matemático en la Universidad Central de Madrid.

Mientras tanto, su vida profesional no cesa de progresar: médico de la Diputación y del Ayuntamiento de Madrid, del Ministerio de Hacienda, y de una creciente clientela. Fue uno de los fundadores de la Academia de Emulación de Ciencias Médicas y del Instituto Médico Español y colaborador asiduo de las revistas Boletín de Medicina y Gaceta Médica. En 1846, año en el que consigue el doctorado, es nombrado sin oposición director de los Baños de Montemayor de Béjar, pero ello provocó tales críticas que “herido [...] mi amor propio, renuncié al nombramiento [...] con el firme propósito de presentarme a las primeras oposiciones que se convocasen [...] para dar una severa lección a mis émulos y disfrazados amigos”. Así en 1848 consigue, por oposición, la plaza de director de los Baños de Ontaneda y Alceda, en Cantabria. Tomó posesión, “pero sin ánimo de haber continuado”. Sin embargo, una salida de madrugada en una noche fría para atender a “mi querido amigo el célebre D. Jaime Balmes” (que murió de tuberculosis ese mismo año) le hizo contraer una severa pulmonía, que le convirtió durante un tiempo en paciente del mismo Balneario del que era director.

Decide, entonces, casi por azar, convertirse en un experto en Hidrología.

En 1850 publica su estudio sobre las aguas de Ontaneda y Alceda (Descripción geográfica y topográfica del valle de Toranzo...), descubriendo nitrógeno en ellas, que mereció que la Academia de Medicina de Madrid le nombrara socio correspondiente. Elegido Diputado a Cortes por Burgos, en 1853, consigue en este mismo año, por oposición, su nombramiento como Académico de número de la Real Academia de Medicina, en la que presidiría las secciones de Aguas Minerales y de Higiene pública. Viajó a Francia en varias ocasiones para estudiar sus balnearios y redactar una memoria, y participó en múltiples comisiones relacionadas con su materia. Una de sus tesis principales fue, según recoge en su autobiografía, y al parecer anticipándose a Humboldt, que “las aguas minerales debían sus virtudes, más que a los principios mineralizadores, a una especie de vida que las comunicaban las corrientes electro-magnéticas”. En 1880 sería nombrado médico-director del Balneario de Panticosa (Huesca).

Persona de gran actividad, fue miembro de la Sociedad Económica Matritense desde 1840, concejal del Ayuntamiento de Madrid en 1865, socio fundador de la Sociedad Antropológica Española y de la Sociedad Española de Higiene, miembro correspondiente de la Real Academia de Ciencias Médicas de La Habana así como de casi todas las Academias de Medicina de España, socio de la Sociedad Hidrológica de París y correspondiente de las de Burdeos, Bruselas, Lisboa y Coimbra. Finalmente, socio fundador en 1877 de la Sociedad Española de Hidrología Médica, de la que era su presidente cuando falleció. Caballero de la Orden de Isabel La Católica y comendador de Carlos III, había sido retratado por Alenza y por Esquivel.

 

Obras de ~: Descripción geográfica y topográfica del valle de Toranzo, en la provincia de Santander, y observaciones hidrológicas sobre los baños y aguas hidro-sulfuradas de Ontaneda y Alceda, Madrid, Imprenta del Semanario Pintoresco Español, 1850; Refutación de la memoria intitulada “Análisis químico de las aguas minerales de Alceda” publicada en Valladolid por don José Salvador Ruiz, Pinto, Gabriel Alhambra, 1863; Contrarréplica a la réplica que el farmacéutico señor don José Salvador Ruiz publicó en agosto de 1863 contra la refutación a su Memoria intitulada “Análisis químico de las aguas minerales de Alceda”, Madrid, A. Pérez Dubrull, 1864; La hidrología en sus relaciones con la administración sanitaria y necesidad de su organización, Madrid, La Esperanza, 1869; Historia autobiográfica, Madrid, 1870 (inéd.); Monografía de los baños y aguas minero-medicinales Nitrógeno-acidulosulfuradas de Ontaneda y Alceda, Madrid, Imprenta a cargo de Gregorio Juste, 1876.

 

Bibl.: M. Ovilo Otero (dir.), Historia de las Cortes de España, o sea biografías de los senadores y diputados, t. IV, Madrid, Imprenta de Operarios, 1853, págs. 73-76; J. Hernández Silva, “Don Manuel Ruiz de Salazar”, en Anales de la Sociedad Española de Hidrología Médica (Madrid), t. IV, n.º 23 (1882), págs. 577-583; F. Lletget, “Dr. D. Manuel Ruiz de Salazar”, en El Siglo Médico (Madrid), año XXXIX, n.º 1987 (1892), págs. 62-63; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada, t. LII, Madrid, Espasa Calpe, 1926, pág. 778; J. García Sainz de Baranda, Apuntes sobre Historia de las antiguas Merindades de Castilla, Burgos, Imprenta de la Diputación, 1950 (2.ª ed., 2002), pág. 485; L. Aguirre Prado, Ruiz de Salazar o el reivindicador del maestro, Barcelona, Editorial Casulleras, 1960, págs. 18-21.

 

Pedro Rodríguez-Ponga y Salamanca

 

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