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Diego de Salablanca Galindo

Biografía

Salablanca Galindo, Diego de. Diego de Jesús. Granada, 1570 – Toledo, 3.IX.1621. Carmelita descalzo (OCD), filósofo y teólogo, primer editor de las obras de san Juan de la Cruz.

Su padre, Diego, fue contador mayor de Felipe II. Su hijo, Diego, se crió en Toledo al servicio del cardenal arzobispo Gaspar de Quiroga. Viéndole el cardenal muy inteligente le llamaba cariñosamente “mi doctorcito”, “mi senequita”. Pidió el hábito de carmelita descalzo en Madrid y profesó allí el 25 de octubre de 1587, con la asistencia del cardenal. Del noviciado pasó a estudiar Filosofía en Daimiel y de aquí al estudio de la Teología en Alcalá.

Adornado con grandes cualidades pedagógicas, enseñó Filosofía unos años y Teología por más de doce en el Colegio Carmelita de San Cirilo de Alcalá. Fue muy estimado por los profesores de la Universidad de Alcalá, que le consideraban muy experto en teología escolástica, expositiva y mística. Uno de los catedráticos, exagerando su estimación por él, le comparaba con san Agustín diciendo que era muy semejante a él. Fue también famoso predicador. Famosos sus sermones en el Hospital de Zaragoza y en la Catedral de Toledo. Manejaba muy bien los textos de la Biblia, predicando con unción y mucha garra.

Fue superior de las casas de Sigüenza, Ocaña (1613) y Toledo. Estando en Toledo se encargó de la dirección espiritual de la carmelita descalza hoy ya beatificada María de Jesús (López de Rivas). En el capítulo general de 1619 fue elegido definidor general por la provincia de Indias. Había sido también definidor en 1613.

Compuso un curso entero de Filosofía en cuatro tomos. Sólo se publicó el primero: la Lógica, en cuya portada se dice que era carmelita descalzo y profesor de Teología en el Colegio de la Orden. También fue poeta, habiéndose publicado años después de su muerte un volumen en el que se recogen canciones, sonetos, octavas, redondillas, quintillas, liras, glosas y letrillas, romances, villancicos y endechas. Cultivó todo género de formas poéticas, aunque parece que no era muy primo y que sus composiciones están estragadas por “el más extremado gongorismo”.

Cuando, finalmente, se llegó a la decisión de publicar las obras de san Juan de la Cruz, el encargado de hacerlo fue el padre Diego. La edición de lo que se podría llamar “obras completas” (aunque faltaban el Cántico, los Avisos, Epistolario, etc.) salió en 1618. Como amparando o protegiendo los libros publicó junto con ellos “Apuntamientos y Advertencias”, llenos de erudición y sagacidad. Estos apuntamientos, traducidos a varias lenguas, se fueron publicando puntualmente en ediciones siguientes y hasta en la del padre Gerardo y más tarde en la del padre Silverio.

Con este escrito, dividido en tres “Discursos”, con varios puntos cada uno, defiende el autor el derecho que se tiene en la teología mística a emplear su vocabulario específico. Lo que se concede a otras artes o ciencias no se ha de negar a los escritos místico-espirituales. Habla de la unión más alta con Dios, de la que tratan los libros sanjuanistas. En el tercer discurso defiende la conveniencia y utilidad de que las obras de san Juan de la Cruz se publiquen en lengua vulgar, en la suya propia. A lo largo del escrito va aclarando el sentido exacto de las frases y doctrinas del santo. La atención al vocabulario y al género literario propio del autor es imprescindible para ir entendiéndolo correctamente. En 1994 el antropólogo francés Michel de Certeau, en su obra La fábula mística. Siglos XVI-XVII, recordó la importancia de este escrito y los editores más modernos han valorado en su justa medida la edición de las obras hecha por Diego de Salablanca.

Su muerte, sin haber cumplido aún los cincuenta y un años de edad, acaeció en Toledo el 3 de septiembre de 1621, siendo muy sentida.

 

Obras de ~: Commentarii cum Disputationibus et Quaestionibus, in Universam Aristotelis Stagiritae Logicam ad Reverendissimum D. D. Franciscum Martinez, Episcopum Cartaginensem, et Catholici Regis Consiliarium meritissimum, Matriti, apud Michaelem Serrano de Vargas, 1608; “Apuntamientos y Advertencias en tres discursos para más fácil inteligencia de las frases místicas y doctrina de las obras espirituales de fray Juan de la Cruz”, en S. Juan de la Cruz, Obras espirituales que encaminan a la alma a la perfecta unión con Dios, ed. de ~, Alcalá, Viuda de Andrés Sánchez Ezpeleta, 1618, págs. 615-682; Conceptos espirituales, y en particular de la contemplación y negación propia, ed. de M. de Ugalde, Madrid, 1668; [versos de ~], en J. del Espíritu Santo, Cena Mística Carmelitana, Madrid, 1678, págs. 331-333, 359-360 y 363-368 [grados de amor 1.º-5.º], y 370-371 [sobre el 8.º grado de amor, tal como aparecen en san Juan de la Cruz, libro II, “Noche”, caps. 19-20].

 

Bibl.: J. de Santa Teresa, Reforma de los descalzos de nuestra Señora del Carmen, t. IV, Madrid, Julián de Paredes, 1684, págs. 282-288 y 919; G. de San Juan de la Cruz (ed.), Obras del místico doctor de San Juan de la Cruz, t. III, Toledo, Imprenta de Viuda e Hijos de Juan Peláez, 1914, págs. 465-466; S. de Santa Teresa, Biblioteca mística carmelitana, t. 10, Burgos, Monte Carmelo, 1929, págs. 202-218; Historia del Carmen Descalzo en España, Portugal y América, t. IX, Burgos, Monte Carmelo, 1940, págs. 146-154; A. de la Encarnación, Memorias Historiales, ed. de M.ª del Rosario Domínguez, Valladolid, Consejería de Cultura y Turismo, 1993, 3 vols.; M. de Certeau, La fábula mística, Siglos XVI-XVII, México, Universidad Iberoamericana, Departamento de Historia, 1994, págs. 158-173; A. Fortunato, “Diego de Jesús (1570-1621)”, en Diccionario de San Juan de la Cruz, Burgos, Monte Carmelo, 2000, págs. 432-433.

 

José Vicente Rodríguez, OCD

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