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Luis Benito Campomar

Biografía

Benito Campomar, Luis. Pamplona (Navarra), 14.V.1888 – Majadahonda (Madrid), 20.VII.1981. Farmacéutico.

Ingresó, a la edad de tres años, en el Colegio de Huérfanos de Caballería de Valladolid, donde cursó desde las primeras letras hasta el bachillerato. Estudió Farmacia en la Universidad Central, en la que obtuvo el título de licenciado en 1908.

Opositó al Cuerpo de Farmacia Militar, en el que ingresó, como farmacéutico segundo, el 4 de octubre de 1909. Prestó sus primeros servicios en el hospital de Valladolid, pero pronto pidió que lo destinaran a África, donde trabajó en los hospitales de Melilla, Alhucemas y Tetuán. El 4 de octubre de 1911, ascendió a farmacéutico primero, se encontraba entonces destinado en el hospital de Carabanchel (Madrid).

Ejerció como tal en el hospital de Córdoba, en la farmacia número 2 de Madrid y en el hospital de Carabanchel (Madrid). Formó parte de la comisión nombrada en 1921 para la revisión del nomenclátor de utensilios de las farmacias de los hospitales militares.

Un nuevo ascenso, el 1 de agosto de 1922, lo llevó al cargo de farmacéutico mayor. Trabajó entonces en el hospital de Melilla y, luego, en el Laboratorio Central de Medicamentos (Madrid), de cuyas instalaciones nos legó una breve descripción (Benito, 1931). En 1931, acogiéndose a la Ley Azaña, pasó a la situación de retiro extraordinario; desde entonces ejerció, con oficina de farmacia privada, en Carabanchel (Madrid).

Durante la Guerra Civil prestó servicios, como farmacéutico militar habilitado, en el ejército franquista —se exilió de Madrid en la noche del 8 al 9 de abril de 1938—. El 20 de abril de 1938, Luis Valdés Cavanilles le confiere la jefatura de los servicios de farmacia del ejército de Castilla [Boletín Oficial del Estado (BOE) del 22 de abril de 1938] en el frente de Teruel. El 28 de octubre de 1938, se le encomienda la dirección de los servicios de farmacia del ejército del sur (BOE del 31 de octubre de 1938) y se traslada a Sevilla el 5 de noviembre. Una orden, de 22 de marzo de 1939, lo nombra jefe de los servicios de farmacia de Castilla la Nueva, con destino en Valladolid (BOE del 25 de marzo de 1939). Apenas un mes después, por orden del 17 de abril de 1939, pasó a dirigir, en Madrid, el Laboratorio y Parque Central de Farmacia Militar (BOE del 18 de abril 1939) y se ocupará de la recuperación y actualización de sus instalaciones y servicios, trabajo por el que recibió la felicitación del jefe de Estado. Al crearse la Academia de Farmacia Militar, en diciembre de 1939, le fue asignada también la dirección de este centro. Se le otorgó la medalla de Campaña. Fue jubilado, el 20 de marzo de 1972, cuando ejercía el empleo de coronel farmacéutico.

Su contribución escrita de mayor extensión se centra en la utilización de los gases como material de guerra (Benito, 1924); en el Boletín de Farmacia Militar publicó algunos estudios sobre la práctica del ejercicio profesional en la farmacia hospitalaria: en 1923 se ocupó de la preparación de sueros artificiales y, entre 1925 y 1926, analizó los mecanismos técnicos de regulación de la temperatura en las estufas de cultivo. A él se debe la invención de sendos aparatos; uno empleaba sólo petróleo y el otro pensado para usar, alternativamente, petróleo y electricidad. Ambos estuvieron en funcionamiento, como prototipos, en el Laboratorio Central de Medicamentos (Madrid). De su actuación en este establecimiento legó, mientras ocupaba ya la dirección del centro, una descripción extensa, no carente de interés histórico (Benito, 1944).

Sus servicios en territorio africano le hicieron merecedor de la medalla del Rif; estuvo en posesión de la medalla de Paz de Marruecos, la Cruz y Placa de San Hermenegildo y la Cruz del Mérito Naval, entre otras distinciones.

En 1927 fue nombrado miembro del Real Colegio de Farmacéuticos de Madrid y, el 3 de julio de 1969, tomó posesión de la plaza de académico de número en la Real Academia de Farmacia, le correspondió la medalla 40.

Estuvo casado con Carmen Arza Trapaga; el matrimonio tuvo cuatro hijos.

 

Obras de ~: “Los matraces de Cloez y los sueros artificiales”, en Boletín de Farmacia Militar, 1 (4) (1923), págs. 107-110; con J. Peña Guerán, R. Roldán Guerrero y M. Martínez Castilla, La industria química farmacéutica con anterioridad a la guerra europea y las enseñanzas que se han desprendido de esta especialización con motivo de ella, Madrid, Talleres del Depósito de Guerra, 1924; “Nuevo regulador de la temperatura para estufa de cultivo a petróleo”, “Estufa de cultivo con calefacción eléctrica o a petróleo indistintamente y nuevo regulador de la temperatura” y “Laboratorio Central y Depósito de Medicamentos. Sección cuarta. Inyectables”, en Boletín de Farmacia Militar, 3 (32), 4 (47) y 9 (97) (1925, 1926 y 1931), págs. 278-282, págs. 321-324 y págs. 71-73, respect.; Labora torio y Parque Central de Farmacia Militar. Memoria Histórico- Descriptiva, Madrid, Kallmeyer y Gautier, 1944.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Ministerio de Economía y Hacienda, Clases Pasivas, leg. 11/0368323-7943 (Expediente formado sobre las pensiones de Luis Benito Campomar).

R. Roldán Guerrero, La Farmacia y los farmacéuticos militares en la guerra de Liberación de España (1936-1939), Madrid, 1953, págs. 180-181; R. Roldán Guerrero, Diccionario biográfico y bibliográfico de autores farmacéuticos españoles, vol. I, Madrid, Gráficas Valera, 1958, págs. 353-354; “Necrología. En memoria de don Luis Benito Campomar” y M. Ortega Mata, “Memoria de secretaría comprensiva de la labor desarrollada en el curso 1981”, en Anales de la Real Academia de Farmacia, 47 y 48 (1981 y 1982), págs. 511- 512 y págs. 5-12, respect.; G. González Trigo, Las conquistas de la síntesis orgánica, Madrid, Real Academia de Farmacia, 1985.

 

Antonio González Bueno

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