Pérez de Vivero, Alonso. Conde de Fuensaldaña (III). ?, f. s. XVI-p. s. XVII – Cambrai (Francia), 21.XI.1661. Consejero de Estado y embajador en Francia.
Alonso Pérez de Vivero, III conde de Fuensaldaña, fue el hijo primogénito de Juan Pérez de Vivero, II conde de Fuensaldaña, y de María de Menchaca y Velázquez. IV vizconde de Altamira, caballero de la Orden de Alcántara, administrador con goce de la Encomienda de Moratalla en la Orden de Santiago, gentilhombre de la Cámara de Su Majestad y gentilhombre de cámara del cardenal infante Fernando de Austria, sirvió primero en Flandes, donde fue, desde 1639, gobernador de Cambrai. Ese mismo año intentó tomar Cateau-Cambresis, y en 1643, durante la batalla de Rocroi, fue encargado de defender el país de Artois. En 1646 fue llamado para luchar contra los portugueses y tuvo el mando de la plaza de Badajoz y del ejército de Extremadura. Más tarde, en calidad de capitán general de los Países Bajos, tomó parte activa en la lucha entre España y Francia que terminó en el Tratado de los Pirineos; en 1648 participó en la batalla de Lens, en 1652-1653 dirigió una campaña brillante en el curso de la cual se apoderó de Chauny, Dunkerque, Beaumont-en-Argonne y posteriormente, de acuerdo con Condé, de Vervins y de Sainte-Menehould. En 1655, debido a su experiencia y grado y por considerarlo muy a propósito para tratar con los príncipes de Italia, fue nombrado gobernador de Milán. En marzo de 1657, en nombre de Felipe IV, firma capitulaciones de paz con Carlos III Gonzaga, duque de Mantua.
Fuensaldaña, durante sus campañas en Flandes, había estado al corriente con Mazarino de las negociaciones para la paz, y cuando se firmó el tratado de Paz de los Pirineos fue llamado a Milán para representar a Felipe IV ante Su Majestad. Por decreto de 19 de enero de 1660 fue nombrado embajador extraordinario en Francia para acompañar desde la frontera a la infanta María Teresa y asistir en París con 24.000 escudos de sueldo al año. Como debía atravesar el sur de Francia para recoger sus poderes en la frontera de España, donde se encontraba Luis de Haro, Mazarino encargó a M. de Mondeverge, lugarteniente general de las armas del Rey, que saliera a su encuentro para acompañarle, y los obispos y gobernadores de los lugares por donde debía pasar el conde fueron invitados a obsequiarle. En Bayona fue recibido por el mariscal Gramont y el 20 de mayo de 1660 se reunió con Luis de Haro en Fuenterrabía.
Tras tomar parte en varias conferencias para solucionar las dificultades relativas a las fronteras de Cataluña, y después de haber prestado en San Sebastián el juramento de consejero de Estado, Fuensaldaña figuró como testigo, el 2 de junio de 1660, en el acto de renuncia de la infanta María Teresa. El matrimonio de la infanta se celebró por poderes en Fuenterrabía el 4 de junio, y de ese día datan las cartas credenciales del conde de Fuensaldaña como embajador extraordinario ante Su Majestad. El 26 de agosto hizo su entrada en París con la Reina y el cortejo, montado a caballo a la izquierda de la carroza de la Reina.
Las instrucciones e instrucciones secretas datan del 23 de septiembre. Fuensaldaña fue elegido para esa embajada tanto por sus cualidades personales como por la experiencia que había adquirido de los asuntos de Francia en el curso de la guerra y por su conocimiento exacto de las diferentes cláusulas del tratado de paz.
Recibió la misión de vigilar la ejecución del Tratado de los Pirineos en sus detalles y de velar por el mantenimiento del tratado de Oliva.
La embajada de Fuensaldaña en Francia fue de corta duración, pues pidió ser relevado de sus funciones al ocasionarle grandes gastos. En septiembre de 1661 Fuensaldaña fue nombrado gobernador de los Países Bajos en sustitución del marqués de Caracena, y se dispuso que fuera reemplazado a su vez en París por el I marqués de la Fuente. Fuensaldaña pasaba a Flandes con el título de gobernador y capitán general, al haber sido llamado Juan José de Austria para la guerra de Portugal.
Su marcha de París se vio, sin embargo, precipitada por el incidente diplomático acaecido en Londres, en octubre de 1661, entre los embajadores de España —el barón de Watteville— y Francia —el conde de Estrades—, durante la ceremonia de recepción de un embajador extranjero. Los séquitos de ambos embajadores acudieron a ella armados y, al pasar primero el español, los franceses quisieron impedirlo. Hubo una refriega que degeneró en batalla campal, con heridos y algún muerto, y tras la que el embajador español pudo pasar delante. Luis XIV, indignado, dispuso en represalia la inmediata partida del embajador de España en París, el conde de Fuensaldaña, quien tuvo que dejar apresuradamente la ciudad. Su sucesor, el citado marqués de la Fuente, quedó retenido en la frontera hasta que se negociaron las excusas con Felipe IV.
Cuando Fuensaldaña se dirigía a su nuevo puesto, en Cambrai, el 21 de noviembre de 1661 murió. Según su secretario, Miguel Ángel de Vuoerden, Fuensaldaña “murió pobre después de haber gobernado durante trece años una parte de las finanzas de la Monarquía y haber gastado 13.000 escudos de las rentas de su familia”. Tanto Mazarino como Lionne tuvieron gran estima por Fuensaldaña, pues estaban persuadidos de que deseaba sinceramente la paz. El conde de Fuensaldaña no tuvo hijos de su matrimonio con Blanca Enríquez, hija de don Enrique, VII conde de Alba de Liste.
Fuentes y bibl.: Real Academia de la Historia, Col. Salazar y Castro, E-25, fol. 53, E-70, fol. 48, B-46, fols. 262- 264; A-92, fols. 96-99 [nombramiento como gobernador de Milán]; A-108, fols. 62-63 [capitulaciones con el duque de Mantua]; Archivo Histórico Nacional, Consejos, leg. 4438 n.º 60.
L. Salazar y Castro, Advertencias históricas sobre las obras de algunos doctos escritores modernos, Madrid, Matheo de Llanos y Guzmán, 1688, pág. 237; F. J. Garma y Durán, Teatro universal de España, t. IV, Barcelona, Imprenta de Mauro Martí, 1751, pág. 103; A. Morel-Fatio (intr. y notas) y M. H. Léonardon, Recueil des instructions donnés aux ambassadeurs et ministres de France depuis les traités de Westphalie jusqu’a la Revolution Francaise, vol. XI-Espagne, t. I (1649-1700), Paris, Félix Alcan, Centre National de la Recherche Scientifique, 1894, págs. 491 y ss. [“Le Compte de Fuensaldaña. Ambassadeur extraordinaire, 1660-1661” (Apéndice)]; J. Paz, “Serie cronológica de los Embajadores de España en Francia según la correspondencia de Simancas”, en Archivo General de Simancas. Catálogo IV, Capitulaciones con Francia y negociaciones diplomáticas de los embajadores de España en aquella Corte: 1255-1714, Madrid, Secretaría de Estado, 1914, págs. 754- 755; F. Barrios, El Consejo de Estado de la Monarquía española (1521-1812), Madrid, Consejo de Estado, 1984, pág. 380.
María Isabel Yetano