Castellón Juárez, Jácome de. Toledo, c. 1485 – Santo Domingo (República Dominicana), c. 1540.
Mercader de perlas y de indios, alcalde de Santo Domingo y poblador de Cubagua.
Era hijo del mercader genovés Bernardo de Castiglione y de una mujer toledana, Inés Juárez. A partir de 1510 empezaron sus viajes comerciales hacia La Española, para avecindarse pronto en Santo Domingo, donde construyó varias casas. Una de las cuales será comprada por el juez de apelaciones, el licenciado Villalobos. Asociado con Jerónimo Grimaldi y Diego Caballero formaron uno de los grupos económicos más importantes de las Antillas.
Sus negocios más rentables fueron la captura de indios y posterior venta en los mercados de Santo Domingo y el rescate de las perlas de Cubagua.
Para la captura de indios, las armadas en las que participó Jácome de Castellón se dirigieron a partir de 1513 a saquear cuatro zonas: en primer lugar, la muy frecuentada y tradicional de las islas Lucayas. La segunda resultaba más nueva y abarcaba las islas Gigantes (Curazao, Aruba y Bonaire) consideradas “islas inútiles”, y de las que se extrajeron cientos y hasta miles de esclavos que fueron vendidos en almoneda pública en Santo Domingo a cien pesos por cabeza y marcados en sus caras por los compradores. La tercera zona visitada con regularidad a partir de 1514 era el litoral venezolano, también conocido como Costa de Cumaná, Costa de Paria o Costa de las Perlas. Durante años esta zona resultó el semillero mayor para los mercaderes de esclavos. La cuarta era muy reciente, pues había empezado en el verano de 1516, y se dirigió hacia la isla de Trinidad considerada por puro interés de los mercaderes isla caribe, con lo que ello arrastraba de impunidad para la esclavización de sus moradores. La llegada de remesas procedentes de la isla Trinidad y de la costa de Venezuela, donde convivían con proyectos religiosos de evangelización pacífica, fue muy combatido por los dominicos del padre fray Pedro de Córdoba.
Todas sus predicaciones trataron de defender que estos indios eran pacíficos y, por tanto, libres.
El segundo gran negocio de Castellón fue el rescate de las perlas de Cubagua. Se venía explotando desde antiguo, pero desde 1513 se intensificó. Entre 1521 y 1522 se llevaron a cabo armadas de castigo contra los indios de la zona en las que participó Castellón. En marzo de 1522 se vio la necesidad de construir una fortaleza para asegurar la costa. Las autoridades de Santo Domingo encomendaron esta tarea a Jácome de Castellón, quien “fundó en Cumaná, cerca de la boca del río, un castillo fuerte de cal y canto, con muy buen aposento y una torre”. Su constructor fue Bernaldo Dinarte, alzándose las banderas reales el 2 de febrero de 1523. La obra fue terminada a finales de mayo y Castellón regresó a Santo Domingo en agosto, para recibir de las autoridades de la Española el 1 de septiembre el nombramiento provisional de alcaide de la fortaleza. El nombramiento oficial lo recibió Castellón el 6 de abril de 1524 y hasta el 29 de diciembre de 1525 no prestó solemne pleito homenaje “según fuero y costumbre de España” ante el oidor de la Audiencia, el licenciado Lucas Vázquez de Ayllón, por ser comendador de la orden de Santiago.
A pesar de que Castellón seguía residiendo en la isla Española, mantuvo la titularidad del cargo de la fortaleza y continuó cobrando la dotación establecida de 900 pesos anuales con cargo a la caja real de Santo Domingo hasta la rescisión del contrato en 1533.
En 1525 tuvo el cargo de despachar la primera armada en la guerra del Baoruco contra el cacique alzado Enriquillo. Parte de las perlas rescatadas en Cubagua sufragaron los gastos de dicha guerra.
En 1526 el emperador le confirmó el derecho de poder nombrar un lugarteniente para la fortaleza, eligiendo a su ayudante Andrés de Villacorta.
El 14 de noviembre de 1528, Jácome Castellón recibió del emperador Carlos un escudo que llevaba “por armas la dicha fortaleza puesta en costa de mar en campo verde e al un lado della el dicho río de Cumaná e al pie della un yugo de oro en señal de subjeción en que la dicha fortaleza tiene a toda aquella tierra e quatro cabezas de indios principales, capitanes, de que hesistes justicia, al pie della e por orla ocho llaves de color de plata en canpo colorado en significación del dicho oficio de nuestro alcaide de la dicha fortaleza”.
También en este mismo año Castellón fue elegido alcalde de Santo Domingo con el licenciado Francisco de Prado.
En 1533 Castellón “fue desposeído y quitado del dicho cargo, porque el licenciado Francisco Prado, juez de residencia, entregó la dicha fortaleza de Cumaná a la justicia, regidores y vecinos de la dicha isla de Cubagua”.
El resto de sus días los pasó en la isla Española, principalmente en Santo Domingo sin olvidar el comercio de perlas, las armadas de apoyo a los nuevos poblamientos de Tierra Firme, y su gran ingenio de azúcar situado junto al río Bía, en Azua. Murió con más de cincuenta años.
Bibl.: M. Jiménez Fernández, Bartolomé de Las Casas, I. El plan Cisneros-Las Casas para la reformación de las Indias y II. Política inicial de Carlos I en Indias, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1953 y 1960 respect.; E. Otte, Das genuesische Unternehmertum und Amerika unter den Katholischen Königen. Jahrbuch für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas, Köln-Wien, 1965, Bd, 2; M. Luengo Muñoz, Bartolomé de Las Casas y las perlas del Caribe, Sevilla, Asociación Española de Americanistas (AEA), 1966; M. Dorta, Materiales para la historia de la cultura en Venezuela (1523-1828), Caracas-Madrid, Fundación John Boulton, 1967; E. Otte, Los Jerónimos y el tráfico humano en el Caribe: una rectificación, Sevilla, AEA, 1977; Las perlas del Caribe: Nueva Cádiz de Cubagua, Caracas, Fundación John Boulton, 1977; V. Rubio, “Jácome de Castellanos traficó con indios y perlas y fue alcalde de Santo Domingo”, en El Caribe, 22 de junio de 1985.
Luis Arranz Márquez