Güenechea Landaburu, José Nemesio. Durango (Vizcaya), 19.XII.1872 – Bilbao (Vizcaya), 24.IX.1959. Jesuita (SI), teólogo, director espiritual.
Entró en la Compañía en Loyola el 20 de septiembre de 1887, antes de cumplir los quince años. Fue de los fundadores del Retoricado de Burgos el año 1890, donde tuvo por profesores a los padres Sautu, Astráin y Vilariño. Hizo su magisterio en La Guardia durante cuatro años, como era entonces costumbre, de 1895 a 1899. En 1899 comenzó su teologado en Oña y en 1902 se ordenó de sacerdote. Terminada su Tercera Probación, fue en 1904 a Oña de profesor de Filosofía, cargo en el que sólo estuvo dos años.
En 1906 fue destinado a Deusto, donde explicó Derecho Administrativo e Internacional Privado. En 1932, partió para Roma y en la Gregoriana explicó Filosofía. Vuelto de nuevo a España al finalizar la guerra se ocupó en Deusto, como antaño, de la clase de Derecho Administrativo y de la espiritualidad de los chicos. En 1949, a la edad de setenta y siete años, fue nombrado prepósito de la Casa Profesa y en 1953 cesó en su cargo y quedó en la misma Casa como simple operario.
Fue hombre que penetraba hasta el fondo de los temas que estudiaba, temas jurídicos y morales, principalmente.
Su cultura de escasa extensión era profunda y llegaba hasta las raíces mismas de las cuestiones.
Desde que empezó su tarea de Deusto, la fundamental y más dilatada de su vida, era en la Universidad un hombre aparte, polarizado en el trato con los jóvenes, donde triunfaba más por su virtud y celo que por su habilidad. Durante más de cuarenta años el padre Güenechea permaneció fiel a su apostolado con los jóvenes.
Tenía una gran devoción a la Virgen; especialmente representada por la Inmaculada de Ribera. Cuantos fueron alumnos de Deusto recuerdan lo que era para el padre Güenechea el ejercicio de las flores durante el mes de mayo, los actos celebrados por la Congregación Mariana de la que el padre Güenechea fue director, y sobre todo el día de la Inmaculada.
Su amor a la Compañía in proverbium manet. Cuando una superiora religiosa le comentó lo joven e inexperto que había éste entrado en la Compañía, sin cumplir los quince años y, por tanto, sin conocerla, el padre Güenechea le respondió: “Ojalá hubiera nacido en ella”. Asistió como procurador a dos Congregaciones generales.
Un cáncer fue carcomiéndole. A pesar del cáncer que le fue detectado, siguió tranquilo su vida corriente. Hablaba de la muerte con gran fe y serenidad.
Desde el principio de su enfermedad se puso a disposición de los superiores. Ya muy a última hora decidieron éstos trasladarle a Deusto donde podría estar mejor atendido. Al saberlo, repartió el padre entre los NN. y algunos bienhechores de la Compañía sus reliquias y pequeños objetos religiosos indulgenciados, tan de su devoción, y se despidió de quienes entre los seglares más asiduamente ayudan a la residencia: “Con Vds. tendré hilo directo desde el Cielo”. Ésta fue su última frase.
Obras de ~: Ensayo de Derecho Administrativo, Bilbao, Imprenta del Corazón de Jesús, 1910 (2.ª ed. refundida, 1915); Pobreza del culto y clero en España, Bilbao, El Mensajero del Corazón de Jesús, 1916; Principia Iuris Politici, Romae: apud aedes Pontificiae Universitatis Gregorianae, 1938-1939, 2 vols.; Mes de María. Con meditaciones, ejemplos y oraciones para cada día del mes, Bilbao, El Mensajero del Corazón de Jesús, 1943 (2.ª ed. rev. y aum., Bilbao, Mensajero, 1955).
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de la Compañía de Jesús (Loyola, Guipúzcoa).
A. Álvarez, “Güenechea Landaburu, José Nemesio”, en Ch. E. O’Neill (SI) y J. M.ª Domínguez (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico Temático, Roma- Madrid, Institutum Historicum, S.I.-Universidad Pontificia Comillas, 2001, pág. 1833.
José Martín Brocos Fernández
