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José de Cañas

Biografía

Cañas, José de. Jerez de la Frontera (Cádiz), 19.III.1646 – Sevilla, 9.II.1735. Escritor jesuita (SI), teólogo y predicador.

Nacido el día de la festividad del patriarca san José, fue alumno del Colegio de los Jesuitas de su Jerez na­tal antes de su entrada en la Compañía de Jesús en septiembre de 1660. Repitió las Humanidades en el curso 1662-1663 cuando se encontraba en Carmona; prosiguió con su formación en Filosofía —entre 1663 y 1666—, mientras se hallaba en Córdoba; culmi­nando con la Teología en Granada, entre 1666 y 1670. Inició su labor docente, como era habitual, enseñando Gramática Latina en los colegios de Guadix, Osuna y Cádiz. Prosiguió como el cursus honorum, le­yendo Artes en el colegio de Marchena por espacio de cuatro años, continuando con esta labor en Jerez. No faltó su condición de predicador en las universidades menores de Osuna y Baeza, en las cuales tenían tanto peso los regulares. Se ocupó del mantenimiento de los colegios de Granada y Cádiz como procurador. Des­tacó, como se ha dicho, por su dominio de la palabra predicada, requerido por las iglesias y las festividades más prestigiosas, así como profundizando en su di­mensión de misionero en el territorio apartado de las Alpujarras y Motril, Gibraltar —no era todavía 1704, ni había llegado la Guerra de Sucesión—, además de otros territorios de su diócesis de Cádiz. Era un hom­bre apreciado por su experiencia, por su capacidad y preparación, así como por su habilidad en el ejercicio de las procuradurías.

No le gustaba dedicarse a las materias de discusión escolástica, por lo que rechazó las cátedras de Filoso­fía y Teología que se le ofrecieron a lo largo de aque­lla provincia jesuítica. Se trataba de una personalidad polifacética, que Francisco de Borja Medina ha gus­tado de definir cómo de pre-ilustrado. Su autoridad se extendía a una multiplicidad de campos, desde la historia eclesiástica y profana, la geografía, la náutica, así como el derecho civil y canónico.

Todo ello le valió para que el obispo de Cádiz, José de Barcia, un notable misionero popular, por otra parte, le ocupase entre 1684 y 1692 como su con­sultor teólogo. El conde de Aguilar le llamó para que fuese también su preceptor, escuchando al padre Cañas lecciones de Política y Matemáticas. Esta última disciplina fue el objeto de su cátedra en la Armada Real (1684-1687), trasladada después al colegio ga­ditano de la Compañía por disposición de Carlos II. Unas rentas procedentes de la municipalidad y de la Corona que sirvieron para que esta cátedra estuviese científicamente respaldada por una biblioteca especí­fica. Su conocimiento del mar le permitió ser exami­nador de Ciencias Náuticas en el Real Seminario de Mareantes de San Telmo de Sevilla. Tras su período en Cádiz, fue rector hasta 1695 en el Colegio de Car­mona, donde aumentó la oferta docente del mismo a través de un curso de Artes. Su prestigio científico condujo a que el Ayuntamiento de Sevilla le encar­gase la aportación de informaciones sobre la limpieza del río Guadalquivir, con el objeto de hacer posible la navegación de barcos por el mismo, al mismo tiempo que estudiaba la protección para evitar las más o me­nos frecuentes inundaciones. Por eso, no era extraño que en 1696 se encontrase en la casa profesa de Se­villa.

Regresó a Cádiz en 1699, donde gobernó el Cole­gio de la Compañía como rector, hasta 1703. Fueron años donde contribuyó a la vida ciudadana, especial­mente estudiando medidas para la defensa de la plaza, amenazada una vez más en su historia por la Armada anglo-holandesa, esta vez por motivo de la Guerra de Sucesión. Así ocurrió en los meses de agosto y sep­tiembre de 1702. Años antes había misionado en Gi­braltar. La postrera y prolongada etapa de su vida, desde 1705, transcurrió en Sevilla, en la casa profesa donde ya había vivido años atrás.

Su trayectoria vital, en cada una de sus etapas, se enriqueció con sus obras, las cuales fueron presenta­das anónimas. En relación a su labor docente con el mencionado conde de Aguilar y en colaboración con Jakub Kresa, concluyó las Thesis Matemáticas (1688). Todavía bajo la influencia de las Meditaciones del pa­dre La Puente, obra ascética con la que se abrió el

siglo xvii, escribió Práctica de los Ejercicios Espiritua­les, reeditada después bajo seudónimo y con adiciones de otros autores, obra que consiguió un notabilísimo éxito. El cabildo eclesiástico sevillano le encargó, en 1715, la elaboración de un Memorial dirigido a Fe­lipe V, para conseguir y apoyar la primacía de la sede hispalense sobre la toledana. La respuesta no podía encuadrarse nada más que en la polémica, pues fue contestada por otro jesuita bajo el seudónimo de Ni­casio Sevillano cuando en realidad era Juan de Cam­poverde. No quedó ahí la controversia, pues José de Cañas volvió a argumentar, entrando en el debate; importantes eruditos de aquel siglo, como Gregorio Mayans, el también jesuita Andrés Marcos Burriel o el agustino Enrique Flórez, autor de la España Sa­grada, justificaron el mal razonamiento que defendía la primacía hispalense.

No faltaron otras obras no impresas del padre Ca­ñas, entre ellas una Historia de la Provincia de Anda­lucía y otra específica del Colegio de Cádiz, en el que había estudiado, enseñado y ejercido el oficio de rec­tor. Tradujo del francés la obra de Antoine Vaitier, titulada Guía de San Ignacio de Loyola. Su vida fue prolongadamente inusual para la época, pues cuando murió no solamente se encontraba al borde de los no­venta años, sino que había ocupado setenta y cinco de ellos en la vida religiosa dentro de la Compañía de Jesús. Con todo, era el decano de los jesuitas an­daluces.

 

Obras de ~: Thesis Matemáticas defendidas por el Exmo. Señor Don Iñigo de la Cruz Manrique de Lara [...] en el Colegio de la Compañía de Jesús de la Ciudad de Cadiz, Cádiz, Imprenta del Colegio por Christoval de Requena, 1688; Práctica de los Exercicios Espirituales, Cádiz, 1688; Guía de San Ignacio de Loyola, Archivo Histórico Loyola, 1719; Memorial que con la mayor veneración, y confianza pone a las reales plantas de la católica ma­jestad del rey nuestro señor D. Felipe V que Dios guarde la Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla, Sevilla, c. 1722; Carta respuesta de N. natural y vezino de Sevilla à N. natural y vezino de Toledo en assumpto del libro del Doct. Nicasio Sevi­llano, cuyo título es: Defensa cristiana, politica y verdadera de la primacia de la Santa Iglesia de Toledo [Sevilla, 1728]; Centellas Ignacianas, Sevilla, 1753; Disertación sobre el palio pontifical, en Biblioteca Colombina de Sevilla y en Real Academia de la Historia; Primado antiguo y moderno de las iglesias de España; Historia del Colegio de Cádiz; Catálogo de escritores de la Com­pañía de Jesús (1670-1730); Trigonometría, Biblioteca, Real Academia Historia, 9/2797.

 

Bibl.: A. del Puerto, Carta del Padre [...], prepósito de la casa professa de Sevilla, para los superiores de la provincia de Anda­lucía de la Compañía de Jesús, sobre la vida, muerte i religiosas virtudes de el padre Joseph de Cañas, Sevilla, 1764; M. Ravina, “Notas sobre la enseñanza de las matemáticas en Cádiz a fines del siglo xvii”, en Gades, 18 (1988), págs. 47-64; F. B. Me­dina, “Ocaso de una provincia de origen ignaciano: la Provin­cia de Andalucía en el exilio”, en Archivo Teológico Granadino, 54 (1991); “Cañas, José de”, en Ch. E. O’Neill y J. M.ª Do­mínguez, Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, vol. I, Madrid, Instituto Histórico de la Compañía de Jesús y Univer­sidad Pontificia Comillas, 2001, págs. 640-641.

 

Javier Burrieza Sánchez