Mac-Crohom y Blake, José. Ferrol (La Coruña), 13.V.1803 – Suez (Egipto), 21.VIII.1860. Militar y político español, teniente general, capitán general de Castilla la Nueva y Filipinas, senador.
Hijo de militar, a la edad de cuatro años ingresó como cadete (sin antigüedad) en el Regimiento de Infantería Iberia. Ascendido a teniente (1822), fue destinado al batallón de la Constitución Ligero n.º 12, con el que concurrió a la acción de Montilla contra los sublevados de Córdoba. Siguiendo el ejemplo de Madrid, donde la Guardia Real se había rebelado contra el Gobierno y la Milicia Nacional, en la ciudad cordobesa la Milicia Activa había salido a la calle con gritos al Rey y condenando la Constitución, siendo reducidos por las fuerzas al mando del mariscal Tomás de O’Donoju. Tras la entrada del ejército francés en España (Cien Mil Hijos de San Luis), Mac-Crohom, con su compañía, pasó a las órdenes del brigadier Gaspar de Jáuregui y posteriormente fue agregado al ejército de Galicia, con el que intervino en varias acciones (Puente San Payo, Cela, etc.). En la retirada hacia Castilla (agosto de 1823) fue hecho prisionero y conducido a Francia. Tras su vuelta a España, fue dado de baja en el Ejército, viéndose obligado a regresar al país galo (1827), dado el ambiente hostil que existía hacia los militares que habían defendido el orden constitucional.
Incorporado de nuevo en el Ejército (1834), se le destinó a Cataluña a luchar contra las fuerzas carlistas, lo que le daría la oportunidad de recuperar los puestos perdidos en el escalafón. Como comandante del batallón Franco de Málaga (1836) desembarcó en Barcelona e intervino en treinta y siete acciones de guerra. Herido en la toma de Solsona (Lérida), fue nombrado caballero de la Orden de Isabel la Católica y se le concedió la Cruz de San Fernando de 1.ª Clase. Sus actuaciones de eficacia y valor en importantes enfrentamientos (toma de Coll de Comandons, socorro de Cardona, Ripoll, asalto a Solsona, Torregasa, Riell, Villa de Ager, entre otros), fueron premiadas con el empleo de comandante de Infantería y el grado de teniente coronel. Sus últimas intervenciones tuvieron lugar (1840) en operaciones de la provincia de Barcelona, donde de nuevo fue gravemente herido, siendo ascendido en el mismo campo de batalla al empleo de teniente coronel mayor.
Finalizada la campaña contra los carlistas y, tras un intervalo de dos años de estancia en Cuba, Mac- Crohom fue comisionado como coronel del Regimiento de Infantería Zamora, que formaba parte de la división para la pacificación de Galicia. Como en otras partes de España, Galicia, desde 1840, venía viviendo un proceso revolucionario, cuya causa inmediata había sido la controvertida Ley de Ayuntamientos repudiada por los progresistas. Destinado a la provincia de Pontevedra, se hizo cargo de la Comandancia General de esta ciudad, dirigiendo las operaciones contra la rebelión de Vigo (octubre de 1843), consiguiendo que esta plaza se rindiera; asimismo mandó las primeras operaciones organizadas con las fuerzas leales que persiguieron a las rebeldes mandadas por el general Martín José Iriarte, a quien la Junta revolucionaria había puesto al frente de la Capitanía General de Galicia y se había refugiado en Portugal. Ascendido a brigadier, se le asignó el mando en propiedad del Regimiento Zamora, con el cual siguió en operaciones contra las revueltas gallegas.
Uno de los enfrentamientos más duros que se libró, tuvo lugar en las cercanías del puente de Sigueiro entre las tropas progresistas de Solís, sublevadas contra las del gobierno de Narváez, a quien culpaban de haber suprimido las libertades (1846).
En este mismo año también llevó a cabo el asedio y toma de Lugo, logrando restablecer el orden. Por su aportación en la pacificación de Galicia fue ascendido a mariscal y se le concedió la Gran Cruz de Isabel la Católica, siendo destinado a Navarra, hasta su nombramiento como gobernador político-militar de Santiago de Cuba, cargo que ocupó hasta 1851.
De vuelta a la Península, ocupó los cargos de consejero extraordinario de Ultramar (1852), subsecretario de Estado y de Guerra (1854) y, ascendido a teniente general, se le nombró director de la Guardia Civil (1856). Cuando ocupaba el cargo de capitán general de Castilla (finales de 1858), fue nombrado ministro de Marina, llevando a efecto el denominado Plan Naval para el Fomento del Material Flotante y Arsenales, ministerio que ocupó hasta que fue designado gobernador y capitán general de Filipinas (julio de 1860), falleciendo en el curso del viaje a las islas.
Fuentes y bibl.: Archivo del Senado, Exps. personales, HIS-0259-01; Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 15 n.º 6, 36 n.º 9, 42 n.º 3; Archivo General Militar (Segovia), hoja de servicios.
Galería Militar Contemporánea, Colección de documentos sobre las Campañas del Norte y Cataluña, Madrid, Editorial Sociedad Tipográfica de Hortelano y Cía., 1846; A. Pirala, Historia Contemporánea, segunda parte de la Guerra Civil, t. VI, Madrid, Felipe Gonzáles Rojas, 1895; J. Montero y Vidal, Historia General de Filipinas, t. III, Madrid, Est. Tipográfico de la Viuda e Hijos de Tello, 1895; M. Fernández Almagro, Historia Política de la España Contemporánea, Madrid, Pegaso, 1956; J. A. Gallego, Historia del Mundo Contemporáneo, Zaragoza, Editorial Librería General, 1971; V. Palacio Atard, La España del siglo xix (1808-1898), Madrid, Espasa Calpe, 1981; R. Carr, España 1808-1975, Barcelona, Editorial Ariel, 1985; A. Molina, Historia de Filipinas, Madrid, Mapfre, 1985; A. Ubieto, J. Reglá, J. M. Jover y C. Seco, Introducción a la Historia de España, Barcelona, Teide, 1986; G. Bleiberg, Diccionario de historia de España, Barcelona, Alianza Editorial, 1986; A. F. Rodríguez Coro, Los Carlistas, 1800-1876, Vitoria, Fundación Sancho el Sabio, 1991; J. L. Comellas, Isabel II: una Reina y un reinado, Barcelona, Ariel, 1999.
Alicia Castellanos Escudier