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José de Escandón y Helguera

Biografía

Escandón y Helguera, José de. Conde de Sierra Gorda (I). Soto de la Marina (Cantabria), 19.III.1700 – Querétaro (México), 10.IX.1770. Militar colonizador de Sierra Gorda, fundador y primer gobernador de Tamaulipas (México).

Hijo de Juan de Escandón Rumoroso y de Francisca de la Helguera, de antiguas familias de modestos hidalgos de Cantabria, emigró a Indias y empezó por el año 1715 sus servicios a la Corona como cadete voluntario en la Compañía de Caballeros Montados y Encomenderos de Mérida (Yucatán). Avecindado hacia 1721 en Querétaro, fue teniente de una compañía de milicias, grado conseguido tres años antes por su hábil cooperación en el desalojo de contrabandistas ingleses de la Laguna de Términos. Concurrió a varias expediciones, la mayoría a su costa, para rechazar los frecuentes ataques de los indios nómadas de Sierra Gorda y en 1727 aquietó con ochenta lanceros una insurrección en Celaya, siendo ascendido al año siguiente a sargento mayor. Ayudó a sosegar diversas sublevaciones de indios (Real de Minas de Guanajuato e Irapuato, San Miguel el Grande) y, más tarde, en Querétaro.

Sus dotes militares e incesante actividad le fueron proporcionando un sólido renombre y posición que acrecentó al contraer matrimonio primero (1724) con María Antonia Ocio y Ocampo y, tras su viudez, con María Josefa Juana de Llera y Bayas (1737), con quien tendría dos y siete hijos, respectivamente. Ambas pertenecían a influyentes y adineradas familias novohispanas que le brindaron la oportunidad de ampliar sus contactos con gente prestigiosa, de adentrarse en el mundo empresarial adquiriendo un obraje en Querétaro y de ir acumulando una considerable fortuna.

El nombre de José Escandón va unido, esencialmente, a la prolongada conquista, pacificación y colonización de Sierra Gorda y el Seno Mexicano en el noreste de Nueva España, siendo el principal impulsor de la fundación de la Colonia del Nuevo Santander, actual estado de Tamaulipas. Las primeras entradas a Sierra Gorda las efectuó entre 1735 y 1738. En 1740 se le ascendió a coronel y en 1741 obtuvo el título de teniente de capitán general de Sierra Gorda, sus fronteras, misiones y presidios. A partir de aquí hizo varias expediciones generales a dicha Sierra, reorganizó las misiones, creó otras, siendo sustituidos los agustinos por fernandinos y franciscanos y muchos indios quedaron empadronados.

Escandón planteó al virrey Fuenclara (octubre de 1744), un proyecto pacificador y colonizador para el Seno Mexicano que fue rechazado. Pero, su estrategia en la conquista, población y obtención de recursos en Sierra Gorda y el bajo coste que prometía serle al Erario hicieron que contase, finalmente, con su aprobación y con el apoyo del auditor de Guerra y Hacienda Pedro Malo de Villavicencio y, especialmente, de su sucesor el marqués de Altamira y fuese elegido entre otros planes similares que se habían presentado antes. En septiembre de 1746 el virrey Revillagigedo le nombró lugarteniente suyo en el Seno Mexicano y sus fronteras y en enero de 1747 hizo una expedición de registro, entre Tampico y la bahía del Espíritu Santo, compartida con una fuerza de más de setecientos hombres que, saliendo de diferentes lugares (Coahuila, Texas, Nuevo León), confluyeron todos en las márgenes del Río Bravo. A su término, presentó un informe y un mapa en el que se señalaban los catorce puntos elegidos para las primeras fundaciones de pueblos.

La colonización del Nuevo Santander se efectuó en varias etapas. Tuvo su inicio el 25 de diciembre de 1748 con la fundación de la Villa de Santa María de Llera y se concluiría hacia 1755 con unos veinticuatro pueblos, muchos de los cuales llevaron topónimos de la provincia natal de Escandón, dieciséis misiones dirigidas por los franciscanos del colegio de Guadalupe de Zacatecas y un puerto fluvial, habiéndose fijado la capital en la Villa de Santander. Con ello se logró la incorporación a Nueva España, tras más de dos siglos de intentos, de esta zona amenazada por la expansión extranjera del norte del virreinato y por las tribus insumisas que dificultaban la comunicación con los pueblos circunvecinos, al mismo tiempo que se propagaba la fe cristiana entre los indios. Se desarrolló la ganadería, se impulsó la agricultura y se facilitó el intercambio comercial terrestre y marítimo interregional. Escandón quedó como gobernador de la Colonia, fomentando un gobierno militar totalitario carente de ayuntamientos, en donde se llegó a aplicar algunos cambios políticos-administrativos que se fijarían más tarde con la implantación de las reformas borbónicas. Sin haber acabado su proyecto colonizador, Fernando VI le concedió el título de conde de Sierra Gorda (29 de octubre de 1749) y poco después se le distinguiría con el de caballero de la Orden de Santiago.

La actitud rígida y autoritaria de Escandón, favorecida por las amplias facultades que se le habían proporcionado, y el despotismo con que se manejaban algunos de los capitanes por él nombrados en los nuevos pueblos, habían originado numerosas críticas y denuncias de personas civiles y eclesiásticas. Al tenerse en la Corte noticias contradictorias de la labor y procedimientos de Escandón en la Colonia, fue inspeccionado ese territorio en dos ocasiones, una en tiempos del virrey Amarillas por el capitán José Tienda de Cuervo y el ingeniero militar Agustín López de la Cámara Alta (1757). De su resulta, se mandó cambiar algunas poblaciones a otros lugares y se sentaron las bases para el cierre del puerto de Soto la Marina por la presión de los comerciantes de la capital mexicana que luchaban por mantener sus privilegios mercantiles. La otra, en la etapa del virrey Croix, a cargo del mariscal de campo Juan Fernando Palacios y el abogado José Osorio. Escandón sería retirado de la Colonia y sustituido por el mariscal Palacios. Esto coincidió también con los proyectos reformistas de la Corona.

Viudo de su segunda esposa (1762), Escandón falleció en medio de la apatía oficial y el rencor de algunos adversarios. Un año y medio después de su muerte se le hicieron unas solemnes exequias y en 1772 Carlos III desagravió su memoria. Dejó destinado en su testamento una parte de sus bienes para la institución de un mayorazgo que gozaría su hijo Manuel de Escandón y Llera, segundo conde de Sierra Gorda y gobernador del Nuevo Santander (1790).

 

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Ascensión Baeza Martín