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Juan de Císcara y Ramírez

Biografía

Císcara (Siscara o Siscarra) y Ramírez, Juan de. Santiago de Cuba (Cuba), 17.IV.1671 – Filipinas, 1720 pos. Ingeniero militar.

Hijo del Ingeniero militar D. Juan de Císcara y hermano de don Francisco de Císcara, caballero de Santiago. Estuvo sirviendo como soldado en Yucatán durante un año y tres meses, de donde pasaba a Cuba. En La Habana se presentaba al gobernador con una Real Cédula de 16 de abril de 1692 en la que se recomendaba que se le empleara como ingeniero militar (es de suponer que estudiara las Matemáticas con su padre). Al no conseguir en Cuba ningún cargo, volvía a Nueva España, donde fue nombrado por el virrey conde de Galve, el 3 de noviembre de 1694, ayudante de ingeniero, a las órdenes de Jaime Frank, “en consideración de los méritos de su padre, el ingeniero del mismo nombre”, y al hecho de que el ingeniero militar del virreinato, Jaime Frank, aseguraba que tenía suficientes conocimientos en teoría y en práctica del dibujo, ofreciéndose también a enseñarle lo que le faltase, al cabo de un año de estar de ayudante. Debido a su buena disposición y aptitudes en el trabajo, fue objeto de un favorable informe, gracias al cual era ascendido a capitán de Infantería (los ascensos de los ingenieros militares hasta mediados del siglo XVIII no lo eran como tales ingenieros) el 6 de mayo de 1695, al tiempo que se le encargaba realizar un reconocimiento e informe sobre las fortificaciones necesarias en los puertos de las islas de Barlovento.

Después de llevar a cabo con entera satisfacción del virrey la comisión sobre las islas de Barlovento, solicitaba licencia para retirarse, pero debido a la escasez de ingenieros le era denegada.

En el año 1695 defendía los trabajos realizados por su jefe, el ingeniero Jaime Franck, en San Juan de Ulúa y Veracruz, para lo que escribía una memoria sobre San Juan de Ulúa. En su memoria, Císcara exponía que Franck había construido toda la fuerza nueva, consistente en dos baluartes y las tres cortinas que los unía a lo anteriormente realizado, y en la fuerza vieja había añadido el baluarte de San Pedro.

En 1699, ascendido a sargento mayor, sustituía a Jaime Franck en la dirección de las obras de fortificación a realizar en la bahía de Santa María de Galve, y en 1704, después de estar de baja algún tiempo por enfermedad, pasaba a reconocer las fortificaciones del castillo de San Diego de Acapulco, del que levantaba el consiguiente plano, último trabajo realizado por él en Nueva España.

En octubre de 1705, se encontraba en las islas Filipinas (era el primer ingeniero militar destinado al archipiélago en el siglo XVIII) encargado de poner en estado de defensa el puerto de Cavite, amenazado continuamente por el mar que en su avance socavaba sus cimientos. Se trataba de un proyecto de gran importancia y que ejecutó al completo. Había llegado a las islas con categoría de sargento mayor de Ejército, por mandato del virrey de Nueva España. Con respecto al citado puerto, en junio de 1708, el gobernador de Filipinas le recomendaba a S. M. por su aplicación en el reparo del puerto de Cavite, “que ha hecho con total permanencia y mucho ahorro de gastos” y en 1710 Císcara afirmaba que en ese año se habían terminado los reparos del mismo. Del primero de abril de 1708 al 1 de noviembre de ese año, había estado reparando la fuerza (castillo) de Iloilo.

En 1713, Císcara se encontraba inspeccionando las defensas de Manila en las que encontraba bastantes defectos, entre ellos el baluarte de Dilao, carente de parapetos, y, sobre todo, la existencia de una calzada de cal y canto que, al rodear las murallas, “forma una línea de contravalación que de tal servirá a los que intentaren la expugnación de Manila”. También inspeccionaba la Real Fuerza o castillo de Santiago de Manila, al que se agregaban, a propuesta suya, nuevos acuartelamientos y casa para el castellano y para el capellán.

En una carta que Císcara enviaba al gobernador de Manila, con fecha de 28 de julio de 1713, pedía licencia para volver a España. Por otra carta suya, de septiembre de 1718 (ya nuevamente en Filipinas), se sabe que no estaba en activo, pues, a petición propia, había sido relevado como ingeniero mayor de Nueva España, cargo en el que había sido sustituido por el ingeniero militar Juan Bautista Manzoni. Autorizado a tornar a las Filipinas, al hacer escala en Veracruz el 8 de noviembre de 1717, el virrey, Baltasar de Zúñiga y Guzmán, marqués de Valero, le llamaba a México para asuntos del real servicio. Aun no estando en activo, llevó a cabo los trabajos que se le encomendaron, pero declinó la oferta para que se quedara, aduciendo su derecho a proseguir el viaje a las Filipinas, donde tenía intereses particulares.

A su llegada a Manila, el gobernador le pedía que reconociera el fuerte de Santiago y las murallas de la plaza. Císcara aceptaba el encargo, haciendo constar que, aunque no estaba obligado (no había vuelto al servicio), estaba dispuesto a trabajar en ello hasta que no llegara a las islas un ingeniero militar “porque no se continúen en las nuevas fortificaciones que se construyeren, los defectos que se hayan en las construidas”. En consonancia con lo anterior, en 1718 redactaba un proyecto de obras para poner en estado de defensa el castillo de Santiago. El fuerte, de planta triangular, tenía un vértice apuntando al río Pasig y tres baluartes. Císcara proponía añadir una plataforma circular, un foso frente a la bahía, aislar el castillo de las murallas de la plaza, un baluarte para la defensa de la entrada del río y un reducto de planta cuadrada hacia el interior de la plaza. También en 1718, Manuel Bustamante Bustillo, gobernador de las Filipinas, organizaba una expedición a Mindanao, en la que iba como ingeniero Juan de Císcara, con la misión de reparar el abandonado fuerte de Zamboanga. El castillo citado, de cuatro baluartes, pasaba a llamarse Fuerza de Nuestra Señora del Pilar.

También realizó proyectos de edificios religiosos. Así, en 1719, trazaba la planta para la fábrica de la catedral de la ciudad de Santísimo Nombre de Jesús de Zebú, en Filipinas, cuyas obras comenzaban el 1 de diciembre de 1720 conforme al plano de Juan de Císcara. De igual forma, dirigió la capilla de Nuestra Señora del Rosario en la Iglesia de los Dominicos de Manila.

Juan de Ciscara se titulaba a sí mismo como “Ingeniero militar del Reino de Nueva España e islas Filipinas, Capitán de infantería y Sargento mayor del Presidio de Manila y Teniente del Capitán General en las provincias de Otón y Panai”.

 

Obras de ~: Yconographia del castillo o ciudadela de Santiago, que está a la entrada del río de la ciudad de Manila, delineada por el Sargento mayor don Juan de Zisoarra [sic], lngeniero militar de S. M…conforme al estado que tiene este año de 1714, las obras construidas y las que de nuevo nece­sitan para más resguardo de los enemigos y comodidad de los amigos, 1714; Planta iconográphica del castillo y fortificaciones de Nuestra Señora del Pilar de Samboanga, conforme se hallaron (después de cincuenta y seis años que se abandonó) al tiempo del nuevo establecimiento, 1719; Planta para la fábrica de la Iglesia Catedral de la ciudad del San­tísimo Nombre de Jesús de Zebú, delineada por el Sargento Mayor, 1719.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. personales.

W. E. Retana, Breve Diccionario Biográfico de los Ingenieros Militares que han estado en las Islas Filipinas, Madrid, Memorial de Ingenieros, 1923; J. A. Calderón Quijano, “Ingenieros Militares en Nueva España”, en Anuario de Estudios Americanos, 6 (1949), págs. 1-72; J. M. Félix de Arrate. Llave del Nuevo Mundo, México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1949; Mª. L. Díaz-Trechuelo Spínola, Arquitectura española en Filipinas (1565-1800), Sevilla, Escuela de estudios Hispano-Americanos, 1959; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; J. O. Moncada Maya, Ingenieros Militares en Nueva España. Inventario de su Labor Científica y Espacial. Siglos XVI-XVIII, México D.F., Universidad Autónoma de México, 1993; J. A. Calderón Quijano, Las Fortificaciones Españolas en América y Filipinas, Madrid, Mapfre, 1996; C. Laorden Ramos, Obra Civil en Ultramar del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Ministerio de Defensa, 2008, 2 vols.; F. Iñesta Mena, F. Lorenzana Lapuente y F. Mateos Ascacibar (coords.), España, el Atlántico y el Pacífico: y otros estudios sobre Extremadura, Llerena, Sociedad Extremeña de Historia, 2014; P. Luengo Gutiérrez, “De los problemas locales a las soluciones globales: ingenieros militares y transferencia cultural en la América ilustrada”, en A. Cámara Muñoz (coord.), Ingeniería de la Ilustración, Madrid, Fundación Juanelo Turriano, 2015, págs. 117-127.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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