Carnicero Miguel, Alejandro. Íscar (Valladolid), 17.VI.1693 – Madrid, 6.X.1756. Escultor y grabador.
De origen vallisoletano, Alejandro Carnicero aparece desde fecha muy temprana vinculado a la familia de los Churriguera, en cuyo ámbito se produce su formación y junto a los que continuó trabajando en años posteriores. El establecimiento durante la mayor parte de su vida en la ciudad del Tormes le convirtió en el representante más destacado de la escuela escultórica salmantina de la primera mitad del siglo XVIII, la cual ejerció una importante influencia en provincias limítrofes, como Zamora o Cáceres.
Fue un escultor versátil que dominó la talla en piedra y en madera y que practicó también el grabado a buril. Se formó dentro del gusto barroco, aunque supo evolucionar hacia una sensibilidad más refinada propia del sentimiento rococó, abandonando los excesos dramáticos en favor de unas composiciones equilibradas en las que domina el virtuosismo técnico, la belleza formal y la gracia y dulzura en las actitudes, con lo que abrió el camino al academicismo que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XVIII.
Apenas se poseen datos de su familia ni de su infancia, considerándose su primera intervención escultórica la colaboración junto a su maestro, José de Larra Domínguez, en el retablo mayor de la catedral de Zamora (1712-1716). Poco después, en 1715, Carnicero ya está documentado como escultor independiente en Salamanca, donde estableció su taller, realizando en esta etapa varias figuras en piedra para la catedral, así como distintas tallas para importantes parroquias y congregaciones de la ciudad, como la Virgen del Rosario que entregó a la parroquia de San Román, el grupo de la Virgen del Carmen con San Simón Stock para la VOT del Carmen o el paso de la Flagelación para la cofradía de la Vera Cruz, inspirado claramente en modelos de Gregorio Fernández. En 1727 fundó la Congregación de San Lucas, preocupada por la defensa de la liberalidad de las artes plásticas, que aglutinó a la mayor parte de los artífices que trabajaban por entonces en Salamanca. A comienzos de la década de 1730, el artista gozaba ya de un importante reconocimiento, lo que le valió el encargo de la decoración escultórica de la Plaza Mayor, comenzada a construir por Alberto de Churriguera. Una repentina enfermedad le obligó a marchar en el verano de 1733 a Valladolid para ingresar en el Hospital de Dementes. Pocos meses después, al salir de dicho centro, decidió quedarse en esa ciudad, donde permaneció hasta finales de 1738. Las obras que llevó a cabo durante ese período, entre las que destacan el San Miguel Arcángel para la iglesia del hospital de Nava del Rey o el San Juan Nepomuceno para el recibidor de la Orden de Malta, consolidaron su prestigio. A su regreso a Salamanca se había convertido en el escultor más reputado de toda la provincia.
La década de los cuarenta fue la etapa más fructífera de su trayectoria, momento en que su obra gozó de gran proyección al recibir encargos procedentes de distintos puntos del país, como una Santa Eulalia de Mérida para la catedral de Oviedo, la sillería coral del monasterio jerónimo de Nuestra Señora de Guadalupe o las esculturas del retablo mayor de la catedral de Coria, así como las figuras del órgano de la catedral de León o los grupos remitidos a Moraleja del Vino (Zamora) y Alaejos (Valladolid). En 1749 se trasladó a Madrid, al ser contratado para participar en la decoración escultórica del Palacio Real Nuevo, donde coincidió con los artistas más acreditados del país, lo que supuso el reconocimiento definitivo de su valía profesional.
De su taller salió un buen número de discípulos, entre los que sobresalió Manuel Álvarez el Griego, mientras que de sus cuatro hijos, Gregorio e Isidro fueron también escultores, Antonio llegó a ser pintor de cámara y José se dedicó durante un tiempo al arte del grabado.
Obras de ~: Escultura: San Juan de Sahagún, catedral de Salamanca, 1717; Nuestra Señora del Rosario, parroquia de San Román, Salamanca, 1726 (desapar.); Tableros de la sillería de coro de la catedral de Salamanca, 1726; San Estanislao de Kotska, catedral de Salamanca, 1727; San Miguel Arcángel, parroquia de Santa María de Alaejos (Valladolid), 1727; Grupo de la Virgen del Carmen con San Simón Stock y el ángel, capilla de la VOT del Carmen, Salamanca, 1728; Paso de la Flagelación, ermita de la Vera Cruz, Salamanca, ant. 1730; Medallones de los reyes de España, Plaza Mayor de Salamanca, 1730-1732; San Miguel Arcángel, parroquia de Tarazona de Guareña (Salamanca), 1730-1734; San Lucas, parroquia de San Pablo, Salamanca, c. 1731; San Miguel Arcángel, iglesia del Hospital de Nava del Rey (Valladolid), 1736; San Martín y el pobre, parroquia de Cogeces de Íscar (Valladolid); San Juan Nepomuceno, parroquia de San Miguel y San Julián, Valladolid, 1739; San Jerónimo, San Miguel y Santo Tomás, monasterio de Nuestra Señora de la Victoria, Salamanca, 1740 (no conservados); Santa Eulalia de Mérida, catedral de Oviedo, 1743; Tableros de la sillería de coro del Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, Cáceres, 1743-1744; Inmaculada y San Antonio, parroquia de Santa María de Alaejos (Valladolid), c. 1745; Inmaculada y San José, parroquia de Moraleja del Vino (Zamora), c. 1745; San Cayetano, iglesia del Hospital de Nava del Rey (Valladolid), c. 1745; Santa Cecilia, la Música, la Armonía y ángeles, órgano de la catedral de León (Museo de la catedral de León), 1745-1746; Medallón de Fernando VI en la Plaza Mayor de Salamanca, 1746; Carro triunfal en las fiestas de proclamación de Fernando VI, Salamanca, 1746 (desapar.); Piedad, Asunción, San Francisco de Paula, Santa Teresa, San Pedro de Alcántara, San José y Evangelistas, catedral de Coria (Cáceres), 1746-1748; Wamba, Palacio Real de Madrid, 1749-1750; Sisebuto, Palacio Real de Madrid, 1749-1750; Sancho Mayor de Navarra, Palacio Real de Madrid, 1751; relieves del Consejo de Órdenes y Consejo de Castilla, Palacio Real de Madrid, 1754-1756. Grabados: Virgen de las Angustias, de la ermita de la Vera Cruz de Salamanca, 1719; San Pedro de Alcántara, 1723; San Andrés Avelino, 1723; Virgen de la Esclavitud, de los agustinos de Salamanca, 1730; Nuestra Señora del Risco, del monasterio de Vadillo de la Sierra (Salamanca), 1730; San Miguel Arcángel, del Hospital de San Miguel de Nava del Rey, 1736; San Juan Nepomuceno, del monasterio de San Benito de Valladolid, 1736.
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Virginia Albarrán Martín