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Francisco López de Villalobos

Biografía

López de Villalobos, Francisco. Villalobos (Zamora), 1473 – Valderas (León), 1549. Médico.

Nacido en Villalobos, pueblo del que tomó el nombre y donde su padre era médico al servicio de los duques de Astorga, pertenecía a una familia con numerosos ascendientes dedicados al ejercicio de la medicina.

Su obra sigue constituyendo hoy la fuente principal para conocer su biografía, pues no hay documentación sobre su formación universitaria y sólo indirectamente se conocen algunos aspectos de su vida profesional.

De su condición de converso hizo repetidas veces manifestación a pesar de que transcurrió su vida en la época en que la expulsión de los judíos decretada por los Reyes Católicos hacía más aconsejable silenciar esa procedencia. Se ha aducido que la vinculación con los Monarcas y la alta nobleza le protegían de persecuciones y denuncias, pero es evidente que Villalobos mostró siempre una notable independencia de juicio y un valor personal poco comunes. En carta al obispo de Plasencia alude al breve encarcelamiento que sufrió acusado de hechicería, aunque fue prontamente puesto en libertad. Estas circunstancias, sus inquietudes intelectuales en conexión con el naciente humanismo peninsular y su capacidad para la ironía y el sarcasmo dan un atractivo particular a su figura y hacen de él un personaje singular en la Corte castellana de la primera mitad del Quinientos.

Villalobos adquirió su formación médica en la Universidad de Salamanca, donde se licenció en los últimos años del siglo XV, en un momento en que Avicena y su Canon se imponían como supremo criterio de autoridad médica. En Salamanca fue discípulo de los hermanos Gabriel y Fernando Álvarez Abarca, conocidos como los doctores de la Reina, que ocuparon sucesivamente la cátedra de Prima, así como de Gonzalo de la Parra, catedrático de Vísperas, todos ellos acérrimos defensores del galenismo arabizado. Tras la conclusión de sus estudios, entre 1498 y 1507 ejerció como médico en Zamora pero, requerido por el duque de Alba, pasó a su servicio para iniciar una carrera profesional que hasta el final de sus días le mantuvo vinculado a la alta nobleza. En efecto, en 1508, fue contratado como médico de Cámara del rey Fernando, permaneciendo ininterrumpidamente en este cargo hasta 1539. En la Corte su competencia profesional y la mordacidad de sus comentarios le hicieron gozar de las simpatías del Monarca y del entorno real.

La llegada de Carlos I y de los nobles flamencos que le acompañaban desplazó a muchos de los cortesanos que Villalobos había tratado asiduamente durante el reinado de los Reyes Católicos; además, la presencia como médico de Cámara del italiano Narciso Ponte, cuya competencia profesional enjuició con dureza, supuso su relegamiento profesional.

En 1525 abandonó la Corte y se trasladó a Extremadura, donde residió en Zafra al servicio del marqués de Priego; sin embargo, este alejamiento fue sólo temporal, pues en 1529 regresó a la Corte como médico ahora de la esposa del Monarca, Isabel de Portugal.

A su servicio, con mejores condiciones económicas aún de las disfrutadas en su etapa anterior, permaneció hasta el fallecimiento de la Reina en 1539, en que desaparece su nombre de los libramientos de las Quitaciones de Corte. La muerte le llegó en 1549, después de haber publicado los Problemas, el más editado de sus escritos.

López de Villalobos compatibilizó el ejercicio profesional con la publicación de una obra escrita de contenido muy diverso. Los textos médicos se iniciaron apenas concluidos sus estudios universitarios, en 1498, con el Sumario de la medicina. Se trata de un libro escrito en castellano, donde a lo largo de 439 coplas en versos endecasílabos se hace una exposición de la patología humana en un orden descriptivo que va de la cabeza a los pies. El Sumario sigue muy fielmente, no sólo las explicaciones fisiopatológicas contenidas en el Canon de Avicena, sino también su sistematización expositiva. El Sumario está escrito con una intención divulgadora y dirigido no sólo hacia los médicos, muchos de los cuales apenas conocían el latín, sino también a un público potencial de lectores cultos interesados en el conocimiento de algunas cuestiones de medicina. El libro concluye con unas coplas “sobre las contagiosas y malditas bubas”, dedicadas a la sífilis, que constituyen la primera publicación en castellano sobre la enfermedad. Ha llamado la atención un conocimiento tan temprano, en una ciudad del interior peninsular, sobre una enfermedad cuya novedad era todavía en 1498 muy reciente. Es preciso señalar que el texto debate sobre el origen e identificación de la enfermedad, pero es menos explícito en la descripción de los síntomas y evolución del proceso, lo que parece remitir a una digresión erudita más que a una experiencia personal de Villalobos.

En 1514 dio a las prensas sus Congressiones, que son una nueva manifestación, esta vez empleando el latín como vehículo de expresión, de su fidelidad a la obra médica de Avicena. Sus escritos médicos se cierran con otras dos obras elaboradas por estos años, aunque se imprimieron en 1543, dedicadas al calor natural y a las fiebres interpoladas, donde se muestra de nuevo como seguidor del avicenismo médico.

En 1517 apareció su traducción del Amphitryon de Plauto, que muestra su vinculación temprana con el humanismo y la amplitud de su curiosidad intelectual.

Esta incursión literaria la justificaba desde su deseo de dar a conocer el estilo de Plauto y hacer asequible en lengua vulgar un texto al que se habían enfrentado los mejores humanistas italianos. En 1524 se imprimió su Glossa a los dos primeros libros de la Naturalis historiae de Plinio, que elaboró a petición del arzobispo Fonseca. La Glossa representa su aportación al humanismo científico español, pero fue duramente criticada por Hernán Núñez, el comendador griego, quien fundaba su censura en los escasos conocimientos de Villalobos en filosofía natural y moral y en su desconocimiento de las lenguas clásicas griega y latina.

Los Problemas, la obra más popular de Villalobos, apareció en 1543, poco antes de su muerte, y pertenece a un género —los libros de problemas— que estuvo muy en boga en los siglos XVI y XVII. Se trata de una colección de escritos misceláneos que pretenden dar respuesta tanto a preguntas propias de la llamada filosofía natural (astronomía, elementos, naturaleza humana), como de la medicina (humores, fiebres) o las relaciones sociales (profesionales). El libro carece de originalidad y en su tiempo abundaron los elaborados con mayores pretensiones de exhaustividad, sin embargo la capacidad expresiva del autor y la selección de los temas propuestos contribuyeron a su difusión.

Villalobos pertenece a la generación de médicos españoles que más tempranamente se sintieron atraídos por el ideal cultural del humanismo aun cuando las deficiencias de su formación le impidieron asimilar y desarrollar con rigor ese proyecto.

 

Obras de ~: El Sumario de la Medicina. Con un tratado sobre les pestiferas buvas, Salamanca, [Antonio de Nebrija], 1498 (Madrid, ed. de E. García del Real, Real Academia de Medicina, 1948; ed. y notas de M. T. Herrera, Salamanca, Universidad, 1973; Salamanca, Consejo Social de la Universidad, 1998); Congressiones: vel duedecim principiorum liber nuper editus, Salmantice, Laurentij de Liom [1514]; Amphytrich, Alcalá de Henares, Guillem de Brocar, 1517; Glossa litteralis in Primum et Secundum naturalis historie libros, Compluti, Michaelis de Guia, 1524; Libro intitulado los Problemas de Villalobos, Zamora, Juan Picardo, 1543 (Zaragoza, George Coci, 1544; Sevilla, Cristóbal Álvarez, 1550; Sevilla, Hernando Díaz, 1574), A. M. Fabié (ed.), Algunas obras del Doctor Francisco López de Villalobos, Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1886.

 

Bibl.: A. M. Fabié, Vida y escritos de Francisco de Villalobos, Madrid, Miguel Ginestá, 1886; H. Friedenwald, “Francisco López de Villalobos. Spanish Court, Physician and Poet”, en Bulletin of the History of Medicine, 7 (1939) págs. 1129- 1139; J. M. Jiménez Muñoz, Médicos y cirujanos en “Quitaciones de Corte” (1435-1715), Valladolid, Universidad, 1977, págs. 103-104; J. M. López Piñero (ed.), Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, Barcelona, Península, 1983; M. J. Pérez Ibáñez, El humanismo médico del siglo XVI en la Universidad de Salamanca, Valladolid, Universidad, 1998, págs. 70-72; M. Granjel, “El licenciado López de Villalobos”, en M. T. Herrera, “La lengua del texto” y C. Vázquez de Benito, “La herencia árabe”, en VV. AA., Sumario de la Medicina, Salamanca, 1998, págs. 17-35, págs. 155-162 y págs. 163-177, respect.

 

Antonio Carreras Panchón

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