Pérez Osorio, Álvaro. Marqués de Astorga (I), conde de Trastámara (II). ¿Astorga (León)?, c. 1430 – Sarria (Lugo), 1471. Noble, teólogo, catedrático.
Era hijo de Pedro Álvarez Osorio, I conde de Trastámara en esta familia, y de Isabel de Rojas. Se hizo cargo de los extensos dominios familiares con casi treinta años de edad al fallecimiento de su progenitor en 1461. Antes, ya había tomado parte muy activa en las luchas de familias contra los condes de Lemos y de Benavente, enemigos declarados de los Osorio.
La demostración de su amplio poder y aspiraciones del mismo la dejó patente con su propio tío Álvaro Pérez Osorio, obispo de Astorga. En la lucha encubierta que mantenía con su familiar por detentar el poder en la ciudad, asaltó con sus soldados la residencia episcopal, obligando al tío a renunciar a la mitra.
Siguiendo la vieja y fructífera táctica de los Osorio se alineó incondicionalmente al lado del rey Enrique IV. Las calamidades sobrevenidas por las contiendas nobiliarias le llevaron a mantener enfrentamientos, constantes, con sus vecinos. A la vez, supo aprovecharse de la debilidad del Rey para conseguir, por su apoyo institucional la concesión del marquesado de Astorga. De manera que lo encontramos en septiembre de 1464 en Burgos firmando un manifiesto, con otros muchos nobles, contra Enrique IV; pero de inmediato se une al Rey y tras lo que se ha dado en llamar la “farsa de Ávila” acude en defensa de Enrique frente a las pretensiones del príncipe Alfonso.
Estas ayudas al Rey, con el apoyo de sus hermanos Diego y aquel arzobispo frustrado de Santiago, Luis Osorio, especialmente por tierras de Zamora, le valieron el título de marqués de Astorga, concedido el día 16 de julio de 1465.
La agitación social, política y militar del Reino fue un campo propicio que el marqués astorgano supo aprovechar. En este mismo año de 1465 estalló el problema de los “irmandiños” contra la nobleza gallega, revuelta que fue apoyada por su hermano Pedro Osorio arrasando Monforte y sometiendo varios castillos en la zona berciana como los de Corullón y Cornatel.
Pero en 1469, en Santiago, los irmandiños y Pedro Osorio sufrieron un serio descalabro.
Fiel a la tradición familiar, Álvaro Pérez Osorio se encontraba entre los pocos fieles seguidores de Enrique IV. Logró, a duras penas, afianzar su posición en Galicia, sin dar tregua a su cada vez más encarnizado enemigo, y sin embargo pariente, el conde de Lemos.
Sarria se convirtió en su cuartel general de cara a su dominio en la región gallega y allí, precisamente, le sorprendió la muerte, en 1471. En su testamento, redactado dos años antes, mandaba ser enterrado en la Catedral de Astorga, cuyas obras del actual templo se iniciaron en el año de su muerte.
Este I marqués de Astorga había casado, tardíamente, en 1460, con Leonor Enríquez, hija del almirante de Castilla don Fadrique. Heredó el marquesado —y mayorazgo— su primogénito Pedro Álvarez Osorio, quien, con sólo nueve años, accedió a la posesión de tan lustrosos títulos y tan extensos territorios. El tío, Luis Osorio, el aspirante a la mitra compostelana, fue el tutor del pequeño marqués, y administrador de sus cuantiosos bienes, junto con la marquesa viuda.
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Martín Martínez Martínez
