Ramírez de Guzmán y Toledo, Juan. Marqués de Ardales (II). ?, m. s. XVI – Orán (Argelia), 4.VII.1607. Gobernador y capitán general de Orán y Mazalquivir.
Perteneciente a la rama tercera de la casa de los Guzmán, la de los condes de Teba y marqueses de Ardales, Juan Ramírez de Guzmán y Toledo poseía los títulos de III conde de Teba y II marqués de Ardales. El primero de estos títulos había sido concedido a su antepasado Diego Ramírez de Guzmán en el año 1522, convirtiendo así el emperador Carlos V en condado el municipio malagueño de Teba, hasta entonces señorío.
El título de marqués de Ardales fue otorgado por Felipe II en 1559 a Luis de Guzmán, Córdoba y Mendoza, II conde de Teba y mariscal de Castilla, padre de Juan Ramírez de Guzmán. Su madre fue Ana Álvarez de Toledo y Pimentel, hermana del duque de Alba. Juan contraería matrimonio en dos ocasiones, la primera con Brianda de Aragón, enlace del que no nacería descendencia, y la segunda con Floriana Catalina de Losada y Quiñones, natural de Benavente, hija de Juan de Losada y Quiñones y de Antonia Enríquez Portocarrero. De este matrimonio nació Luis Antonio de Guzmán y Toledo, natural de Teba, miembro de la Orden de Santiago. Éste debió de morir en vida de su padre, sucediéndole al frente del linaje Brianda de Guzmán y de la Vega, hermana de Juan Ramírez de Guzmán, quien será la IV condesa de Teba y III marquesa de Ardales. Casó con Francisco de Guzmán y Manrique de Lara, I marqués de la Algaba, uniéndose estas dos líneas de la casa de los Guzmán.
Juan Ramírez de Guzmán permanecerá al frente de Orán y Mazalquivir desde el 6 de diciembre de 1604 hasta su fallecimiento en la propia ciudad de Orán, el 4 de julio de 1607. Durante su gobierno se acrecentaron las cada vez mayores dificultades que experimentaba la guarnición para subsistir. Los problemas para enviar desde España el dinero necesario para realizar los aprovisionamientos y pagar los sueldos a la gente de guerra se incrementaban y el marqués de Ardales se ve obligado a recurrir con mayor frecuencia aún que sus antecesores en el cargo a los tratos con los moros de paz, como única fórmula mediante la cual poder abastecer a la guarnición. También realizó numerosas y arriesgadas cabalgadas y algunas escaramuzas frente a los adversarios argelinos en tierras cercanas a Orán, como afirma Diego Suárez Montañés, por estas fechas ya fuera de Orán. La escasez de moneda comenzaba a convertirse en una traba más para el normal funcionamiento de las plazas, afectando tanto a las transacciones económicas de los mercaderes como al resto de la población civil y militar, que no tenía con qué pagar lo que adquiría a los moros de paz. Mientras, desde la Corte se atendía al deseo de Felipe III de crear en Orán un seminario militar para la formación de soldados enviados desde España, que luego serían destinados a servir en Flandes e Italia. Las buenas relaciones mantenidas por el marqués de Ardales con la Corona y el sentimiento de haber realizado una labor digna al frente del cargo para el que fue designado quedaron puestas de manifiesto en la carta que, a modo de última voluntad, escribió, a menos de un mes de su muerte, encomendando al Rey a su esposa, que quedaba en una situación económica muy precaria: “[...] pongo en consideracion a V.M. el morir entre infieles dexando estas plaças con tanta reputacion que nunca las banderas que de V.M. ha avido en ellas se vieron mas respetadas y temidas de los moros, de los basallos por amor y buen tratamiento que siempre les hizo y de los que no lo son por el temor que me tuvieron quisiera poder representar a V.M. servicios de muchos años en tan pocos ringlones mas muero haziendolos. la misma calidad deven tener para supplicar a V.M. se acuerde de la Marquesa que queda sin otro remedio ni amparo con que poder vivir mas de la merced que V.M. se sirviere de hazerla que al estremo en que se ha de ver es tan grande que por no apresurar mas mi muerte dejo de ponderarlo”. Juan, aquejado de gota desde los comienzos de su gobierno, se había visto obligado en más de una ocasión a delegar algunas de sus funciones en Diego de Toledo y Guzmán, su hijo bastardo, pero reconocido a falta de un hijo varón legítimo, dada la pronta muerte de su primogénito Luis Antonio. Es precisamente a Diego a quien encomendó el gobierno de Orán y Mazalquivir en el entretanto que desde España se elegía a su sucesor: “A Don Diego de Toledo mi hijo le dexo encargadas la custodia y govierno destas plaças con voluntad y beneplacito de toda la gente que a V.M. sirven e ellas hasta que V.M. ordene lo que fuere servido. es persona de hedad y de muy grande esperiencia assi de guerra como de govierno y que sabra dar tanta satisfacion a V.M. de lo que se sirviere de encargarle que hallandose obligado de sus servicios le ha de hazer muchas mercedes y me tengo V.M. por hombre tan çeloso de su servicio que antepusiera menos a mi hijo que a ninguna otra persona si no entendiera que en ello se le hazia muy particular a V.M.”.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Guerra Antigua, leg. 681, 9 de junio de 1607.
D. Suárez Montañés, Historia del Maestre último que fue de Montesa y de su hermano don Felipe de Borja. La manera como gobernaron las plazas de Orán y Mazalquivir, reinos de Tremecén y Ténez, c. 1592-1617 (ed. de F. Guillén Robles, Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1889, incompleta; ed. de M. Á. de Bunes Ibarra y B. Alonso Acero, Valencia, Institució Alfons el Magnànim, 2005, completa, págs. 151, 209, 235, 437, 574); L. Vilar y Pascual, Diccionario Histórico, Genealógico y Heráldico de las familias ilustres de la Monarquía Española, vol. II, Madrid, Sánchez, 1859, págs. 243-244; A. y A. García Carraffa, Enciclopedia Heráldica y Genealógica Hispano-Americana, vol. 42, Madrid, Imprenta Antonio Marzo, 1919-1963; B. Alonso Acero, Orán y Mazalquivir, 1589-1639: Una sociedad española en la frontera de Berbería, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2000, págs. 49-50.
Beatriz Alonso Acero