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Alonso Giraldo de Terreros

Biografía

Giraldo de Terreros, Alonso. Cortegana (Huelva), 19.VI.1699 – Texas (Estados Unidos), 16.III.1758. Misionero franciscano (OFM), mártir.

Hijo de Pedro González de Giraldo y de Isabel de Castilla Terreros y Ochoa, fue bautizado en Cortegana en la iglesia parroquial de San Salvador. Siendo todavía muy joven, sus padres lo llevaron a Querétaro (México), reclamado por su tío materno Juan Vázquez de Terreros, ilustre comerciante de esta ciudad. Atraído desde siempre por la vocación religiosa y misional, tomó el hábito en el Colegio Apostólico de Santa Cruz de Querétaro el jueves 14 de julio de 1721, profesando al año siguiente.

Durante algún tiempo ejerció su labor en la Misión de la Concepción de Nuestra Señora, al este de Texas.

El miércoles 20 de julio de 1729, se unió a otros sacerdotes y misioneros de esta región al suscribir una carta de protesta dirigida al inspector Pedro Rivera por su recomendación de suprimir la misión de Nuestra Señora de los Dolores (Texas).

Estando al frente de la misión de San Bernardo, en el río Grande, hacia 1730, volvió a enfrentarse con la reformas de Rivera, viajando a la capital del virreinato para protestar por ciertas restricciones relacionadas con la disminución del número de soldados destinados a la protección de las misiones. En efecto, los Caddo —mortales enemigos de los apaches— asaltaron la misión de San Javier en 1748.

En 1745 se convirtió en tutor de la Universidad de Querétaro, que durante sus primeros años favorecía la ampliación de las misiones. Desempeñó también un papel importante como guardián del colegio de Santa Cruz, máxima autoridad entre 1745 y 1748 del Centro de Formación de Misioneros y de la planificación misional de las provincias de Cohauila (México) y Texas (Estados Unidos), correspondiéndole la tramitación y la aprobación final del proyecto, en 1746.

Terminado su mandato, regresó a su antiguo puesto. En 1749 pasó por la misión de San Ildefonso, una de las tres de la zona del río San Javier, posteriormente San Gabriel, al nordeste de San Antonio (Texas); las otras dos eran Nuestra Señora de la Calendaria y San Francisco de Horcasitas, recibiendo el mandato del convento de Querétaro de hacerse cargo de las mismas para tratar de remediar lo que tan difícil solución tenía. El 18 de febrero de 1752 fue puesto al frente de las misiones de San Antonio y San Javier en precipitada sustitución de fray Mariano de los Dolores y Siona. El documento que le nombra presidente (de las misiones de San Antonio y San Javier) viene acompañado de otro, firmado tres días después, por el “Discretorio”, órgano colegial directivo del colegio que tiene especial interés, tanto por el análisis de los remedios que propone para San Javier como por los elogios que reiteradamente dedica a fray Alonso al que calificó de “benévolo iris de paz que con su prudencia y discreción, serenó la deshecha tempestad que ha puesto en tanta consternación [...]” (recogido por Juan Romero de Torres Castilla), aludiendo además a una referencia de paz con los apaches y a su deseo de congregarse en Misiones, “la mayor empresa de donde depende nuestra honra”.

La suprema gravedad de la situación se disparó cuando los misioneros de San Javier, ante el comportamiento tan lamentable, como alejado de las más elementales normas morales, de la soldadesca y mandos del presidio de San Francisco Javier de Gigedo, con su capitán, Felipe de Rábago, al frente, respecto a las mujeres allí residentes, se ven en la obligación de excomulgarles. Poco después del asesinato, tal vez ordenado desde el presidio, de uno de los maridos ofendidos y del padre José Francisco Ganzábal (mayo de 1752), empeoraría la situación.

Finalmente, fray Alonso se hizo cargo de una nueva misión, en 1754, San Ildefonso, cerca de Zaragoza (Coahuila, México), donde un numeroso grupo de apaches se había congregado, rebelándose en octubre de 1755, mientras se encontraba ausente buscando apoyos para su empresa, saqueando y quemando la misma, nunca restaurada.

En abril de 1756 recibió ayuda de su primo Pedro Romero de Terreros, rico comerciante de Pachuca (México), que se ofreció a financiar hasta veinte misiones, dedicadas a la conversión de los apaches orientales, a condición de que fray Alonso se pusiese al frente. Una zona del valle del río Sosa, cerca de lo que ahora es Menard (Texas), fue elegida por su adecuada ubicación.

Terreros y otros cinco religiosos de los colegios misioneros de Querétaro y San Fernando de México, con su correspondiente escolta militar y personal auxiliar diverso, llegó el jueves 7 de abril de 1757. Desgraciadamente, tal esfuerzo irritó a los apaches, que aliados a comanches y wichitas, en una incursión le dieron muerte en las inmediaciones de Santa Cruz del Río San Sabas, junto con el padre José de Santisteban y otras seis personas más (el número de religiosos asesinados en Texas entre 1687 y 1834 fue de ocho, siete de ellos fueron franciscanos —los siete de Texas—, y no siempre, caso del padre Antonio Díaz, a manos de los indios).

En 1941, los obispos católicos de los Estados Unidos solicitaron la beatificación de los padres Giraldo de Terreros y Santisteban, asunto todavía pendiente.

En 1958, el Consejo de las Misiones en España ofreció una placa al templo de San Salvador de Cortegana, colocado en uno de sus muros en 1959.

En marzo de 2008 se celebró en Cortegana la conmemoración del 250 aniversario de la muerte del llamado “Apóstol de los apaches”, promovido y dirigido por el historiador local Pablo Jesús Borrallo y el profesor de Historia Moderna y Contemporánea en la Universidad de Cádiz, Alberto José Gullón Abao. Se contó con la especial colaboración de un descendiente de la familia del mártir, Juan Manuel Romero de Terreros, que afirmó: “Es impresionante cómo es conocida la trayectoria de fray Alonso en toda esta zona, incluso entre las comunidades indias”. Se celebró una solemne misa presidida por el obispo de la diócesis de Huelva, José Vilaplana Blasco.

Existe una pintura anónima del siglo xviii: La destrucción de la misión de San Sabá y martirio de los padres fray Alonso Giraldo de Terreros y fray José de Santisteban.

 

Fuentes y bibl.: Informaciones aportadas por Hogar Vasco (Madrid); Embajada de los Estados Unidos de América (Madrid); Francisco Javier Pastor Muñoz (arqueólogo), Madrid; Revista Aguiluchos, ed. por los Misioneros Combonianos, Madrid.

V. Alessio robles, Coahuila y Texas en la época colonial, México D.F., Editorial Cultura, 1938 (2.ª, México D.F., 1978); J. M. Romero de Terreros, San Sabá, Misión para los apaches, Madrid, Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, 2000; http://lyncis.dgsca.unam.mx/franciscanos/cgibin/ usuario/imagen.cgi?campo=folio&numeroimg=0&valordebus queda=351(consultado el 21 de enero de 2009).

 

Fernando Gómez del Val