Serbelloni (o Cervellón). Gabrio de. Milán (Italia), 1509 – Milán (Italia), I.1580, Caballero de Malta, prior de Hungría, gran maestre de artillería e ingeniero mayor.
Perteneciente a una familia noble de Milán, se convirtió en un experto en la construcción y defensa de las plazas fortificadas, llegando a ser famoso por sus grandes acciones y su ciencia militar. Era hijo de Juan Serbelloni, defensor de Verona en 1516, y de Elisabetta Rainoldi; hermano de Fabrizio y primo hermano del papa Pío IV.
Estuvo, desde 1527, durante 17 años al servicio de Gian Giacomo Medichino, marqués de Marignano, permaneciendo como gobernador y custodio de la fortaleza de Lecco, en la Lombardía, desde 1531 a 1532.
En 1542 entró como capitán de Artillería, al servicio del emperador Carlos V, cooperando en la detención del avance turco hacia Strigonia (Esztergom) en Hungría ese mismo año. En 1544 luchaba contra los franceses en la Campaña del Marne y en 1546-1547 contra los protestantes de la Liga Esmalcalda en Alemania. En 1549 trabajó en Italia, primero con el marqués de Marignano, luego en Florencia y en Toscana con Cosme de Medici, para quienes participó en la reconquista de Asti, asediada por los franceses, y Saluzzo, siendo nombrado gobernador de la misma. También trabajó para Cosme como constructor de fortificaciones. Siempre con su primo, mandó la artillería florentina contra Siena en 1554, tomó a continuación Porto Ercole al asalto y poco más tarde defendió Populonia (Toscana) del ataque de los turcos.
En 1559 fue jefe de la guardia del papa Pío IV (su primo), jefe del ejército y responsable de las fortificaciones pontificias, pudiendo materializar sus muchos años de experiencia como ingeniero militar. Como tal, reconstruyó Civitavecchia y fortificó la Ciudad Leonina, que contenía al actual estado vaticano. La constante amenaza turca provocó una repentina aceleración de las obras de construcción militar, especialmente después de la noticia de la desastrosa derrota cristiana el 20 de mayo de 1560 cerca de la isla de Djerba en Túnez, donde treinta barcos del duque de Medinaceli, virrey de Sicilia, fueron hundidos y 5.000 hombres hechos prisioneros. También en 1560 dirigió la reconstrucción de la fortaleza de Girifalco erigida en el siglo XIV en Cortona, una de las fortalezas estratégicas del sistema defensivo de los Medici, dedicando particular atención a las torres costeras del Lacio y las Marcas y a la defensa de Ostia y Civitavecchia. Más tarde ingresó en la Orden de Malta y en 1563 fortificó Roma y sus alrededores. La importancia estratégica de estas intervenciones está indirectamente atestiguada por una medalla conmemorativa acuñada por el Senado romano en honor de Gabrio Serbelloni: si el anverso muestra una alegoría de Roma sentada sobre un montón de armas y sosteniendo una victoria alada, el reverso, además de la inscripción en el exergo “vrbe commvnita”, describe el avance de las obras en Borgo y Castel Sant Angelo hacia 1563-1564.
En diciembre de 1565 entró al servicio de Felipe II, quien le nombró inspector de las fortificaciones de todos sus estados. En 1566, fue enviado a Malta, donde debía controlar la obra del ingeniero Francesco Laparelli en La Valeta. Durante el asedio turco de 1565 a la isla, fue comandante de la ciudadela de la citada plaza.
Junto con los ingenieros Francesco Pacciotto y Giovan Luigi Vitelli, fue designado para desarrollar y supervisar la construcción de la ciudadela de Amberes. En 1567 participó en la expedición italiana como gran maestre de artillería. El 2 de febrero y el 9 de junio de 1568, al regresar a los Países Bajos, informó a Felipe II sobre las obras de la ciudadela de Amberes, con un plano adjunto a la carta. También envió los planos de Dole y Gray a España. El 31 de enero de 1569 fue nombrado comandante de la guarnición de Amberes. El 19 de febrero envió otro informe sobre la ciudadela, mientras esperaba ser enviado a Zelanda y Holanda con los ingenieros Vitelli y Bartolomé Campi, para inspeccionar las fortalezas de ambas zonas. Su sustituto en la defensa de la ciudad de Amberes era Sancho d’Ávila. En diciembre, siempre de 1569, se sabe que estaba situado en Frisia, para examinar las localidades aptas para ser fortificadas, ocupándose también de las ciudadelas de Groninga y Valenciennes. En 1570 escribió a Gabriel de Zayas, secretario de Estado de Felipe II, sobre asuntos militares en los Países Bajos.
El 7 de octubre de 1571 participó, con el grado de capitán general de Artillería, en el ejército naval de Juan de Austria, en la batalla de Lepanto, y en 1573 trazó un plan de fortificación para la plaza de Bizerta. El 11 de octubre de 1573 tomó parte en la conquista de Túnez y la liberación de los soldados italianos y españoles capturados por los turcos, siendo encomendado por Juan de Austria, para la tarea de administrar la nueva conquista como gobernador. Su tarea consistía principalmente en completar rápidamente la erección del fuerte que debía asegurar el mantenimiento de la capital (La Goleta) contra cualquier ataque externo o rebelión interna. La pacificación del territorio y el gobierno de su gente era, sin embargo, el primero de los problemas al que la nueva administración tenía que enfrentarse. Las detalladas instrucciones recibidas por Serbelloni precisaban normas que garantizaran las relaciones pacíficas con los musulmanes.
A mediados de febrero de 1574, durante una misión de aprovisionamiento en el arrabal de Babazuecca (Bab Souika), donde en años anteriores se había asentado una colonia de moriscos granadinos, una disputa con los soldados fue la señal para el inicio del más grave tumulto que se verificó en el periodo de la regencia española. El maestre de campo, Salazar, dirigió una represión del motín que se había extendido a toda la ciudad. Después de la insurrección, Serbelloni prefirió retirar las tropas del centro de la ciudad trasladándolas paulatinamente a la fortaleza aún inacabada. Al comienzo del verano, con las noticias cada vez más seguras de la aproximación de una flota otomana y de fuertes contingentes terrestres que marchaban desde el sur, el gobernador Serbelloni se concentró en preparar las fortificaciones lo mejor posible a la espera del asedio. La flota turca apareció ante las costas de Cartago a principios de julio. El día 11, el ejército enemigo acampó frente a la capital y, aunque era un ejército poderoso, no habría logrado atacar simultáneamente las dos fortalezas de las orillas del “estanque” de Túnez si no hubiera contado con la ayuda de los moros de la ciudad. La armada otomana, mandada por el Kapudan Pasha Uchalí, estaba compuesta por alrededor de 200 galeras y 50 navíos de transporte; el ejército, a las órdenes de Koca Sinan Pasha, ascendía a 40.000 hombres.
Al caer la plaza norteafricana, fue hecho prisionero por los turcos y llevado a Estambul como prisionero de importancia, siendo liberado por el papa Gregorio XIII, a través del embajador veneciano Antonio Tiepolo, que pagó su rescate. En el mismo 1574 llevó a cabo una inspección de las ciudades y fortificaciones de la costa de Apulia, constantemente expuestas al peligro otomano, prestando gran atención a las murallas de las ciudades y “especialmente en el frente más vulnerable de las ciudades costeras que es el frente terrestre, con indicaciones para adaptarlo mediante el uso de terraplenes, caballeros, y baluartes de tierra”. En 1575 se convirtió en gobernador de Milán.
En 1578 regresó a los Países Bajos al frente de 3.000 españoles y participó como ingeniero jefe en la reconquista de las provincias sublevadas, con Juan de Austria. Felipe II había decidido enviarlo allí al lado de Alejandro Farnesio, nombrándolo capitán general de la artillería. Fortificó con Escipión Campi el pueblo de Bouge, cerca de Namur, para albergar al ejército español. Después de dirigir los trabajos de excavación del foso y levantamiento de la muralla, enfermó, como don Juan, pero sobrevivió a un probable ataque de peste. En 1579, estuvo en el asedio de Maastricht, donde dirigió las obras de circunvalación e hizo construir dieciséis fuertes y reductos de “campaña” adicionales, teniendo al ingeniero Pierre Le Poivre como asistente. Después de hacer un reconocimiento del lugar con Farnesio y Biandrate di San Giorgio, envió al rey un plano de las obras de asedio. Debilitado por más de medio siglo de campañas militares en Italia y Europa y marcado por la reciente matanza de Maastricht, donde en los tres primeros meses del asedio había visto morir a más de tres mil soldados españoles, Serbelloni regresó a Milán a finales de 1579, muriendo allí en enero de 1580.
Gabrio de Serbelloni, que reprodujo dibujos y planos de batallas de Pierre Lepoivre para su colección militar, tuvo una intensa carrera, no sólo como ingeniero de campaña y constructor de fortalezas, sino también como oficial de artillería, comandante de plazas y conquistador o defensor de ciudades. Los documentos iconográficos conservados nos permiten acercarnos a su forma de fortificar, especialmente en “campaña”.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas (AGS), Estado, leg. 1390, 75, “Memorial de Gabrio Cervelloni por sus servicios”.
P. Bragard, Dictionnaire biographique des ingénieurs des fortifications: Pays-Bas espagnol, principauté de Liège, Franche-Comté, 1504-1713, Namur, Les Amis de la Citadelle de Namur, 2011; F. Biferali, “Serbelloni, Gabriele”, en Dizionario Biografico degli Italiani, vol. 92, Roma, Istituto dell'Enciclopedia Italiana, 2018; G. Civale, “El fracaso de Túnez: Ambiciones y derrota después de Lepanto (1573-1574)”, en Libros de la corte, 26 (2023), págs. 246-272.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño