Melin (o Melyn), Abraham. ?, p. s. XVII – ?, 1642 pos. Ingeniero.
Era considerado como distinguido ingeniero, maestro de fortificaciones y diques, estuvo en el asedio de Ostende. El archiduque Alberto de Austria, gobernador general de los Países Bajos, le destinó durante el sitio como ayudante del ingeniero Adrien Hermansen para hacer los elementos de fortificación de campaña necesarios para la protección de los zapadores. Respecto al material que se utilizaba, además de herramienta diversa, estos eran: los ‘cestones’ o “cilindros sin base o fondo tejidos con ramaje, de dimensiones varias, y que, relleno de tierra, sirve de fortificación”; la ‘fagina’, “haz muy apretado y agarrotado por medio de una braga” y que cuando eran de tamaño mayor al habitual recibían el nombre de ‘salchichas’ o ‘salchichones’, llegando a tener de cuatro a seis metros de longitud; las ‘estacas’ o “palo recio que por una parte está puntiagudo para hincarse en la tierra”; las ‘estacadas’ o ‘empalizadas’ que se construían de muy diferentes tamaños y que cuando tenían puntas de acero en la parte superior se llamaban ‘atrapa’ o ‘rastrillo’; las ‘blindas’, que podían ser de tela o de “salchichas”, sirviendo entonces de protección; ‘manteletes’ de madera que servían para proteger a una o más personas, según su tamaño; los ‘sacos terreros’ y los medios usados para el asalto final a la plaza, como el ‘movimiento’ o los ‘puentes de asalto’, ambos modalidades de escalas.
Veinte años después, Abraham Melin fue admitido como ingeniero, siendo enviado a España en 1624 para mejorar el curso de algunos ríos, a pesar de que su marcha sería lamentada en los Países Bajos. Su domicilio estaba en el Steen de Amberes, disfrutando de un salario mensual de 25 coronas, al que se añadieron 2 coronas por día cuando estaba de viaje Alemania. Durante su ausencia en España, su sueldo se pagó a sus hijos. En España trabajó junto al ingeniero y geómetra Jacques de Best como ingeniero hidráulico.
El 17 de diciembre de 1625 fue enviado de regreso, con recomendación, a los Países Bajos, aunque se comprometió a regresar a España en el siguiente abril. Sin embargo, la infanta Isabel Clara Eugenia, soberana de los Países Bajos, escribía sobre él el 23 de junio de 1626 que la caja del Ejercito había pagado sus instrumentos y que no iría a España. En 1629, el marqués de Spínola señalaba que había que consultar a “este ingeniero” sobre las técnicas poliorcéticas a ser utilizadas en Emmerich, Rhees y Grave.
Al parecer, seguía activo en 1642.
Bibl.: J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, Abriendo Camino. Historia del Arma de Ingenieros, Madrid, Imprenta Grafoffset, S. L., 1997; P. Bragard, Dictionnaire biographique des ingénieurs des fortifications: Pays-Bas espagnol, principauté de Liège, Franche-Comté, 1504-1713, Namur, Les Amis de la Citadelle de Namur, 2011; J. M. Muñoz Corbalán, “Los ingenieros flamencos en el Ejército español”, en Presencia de ingenieros militares extranjeros en la milicia española, Revista Internacional de Historia Militar, 97 (2019), págs. 91-170.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño