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Juan Lucas Blanco

Biografía

Lucas Blanco, Juan. Sevilla, 1821-1823 – 9.V.1867. Torero.

La fecha real de su muerte permanecía inédita hasta que Rafael Cabrera Bonet en 1992 publicó su partida de defunción. Entre todos los biógrafos de Lucas Blanco, sólo Ventura Bagués Don Ventura había ofrecido una fecha para su defunción: el 12 de mayo. En ese mismo documento se indica, además, que “murió en el Hospital Central de Sangre de Sevilla, a los cuarenta y cuatro años de su edad”, lo que quiere decir, según Cabrera, que “debió nacer en 1822 o 1823”. El año 1821 lo facilita, de nuevo, Don Ventura.

Su padre, el también torero Manuel Lucas Blanco (contemporáneo de Juan León, Roque Miranda y Antonio Ruiz el Sombrerero, los tres grandes toreros políticos del siglo xix), murió ajusticiado en el patíbulo el 9 de noviembre de 1837 por matar en una riña a un miliciano nacional.

Juan Lucas Blanco, que se formó como aprendiz de torero en las lecciones taurinas del matadero sevillano, debió hacer frente a la fuerte oposición familiar a sus deseos de vestir el traje de luces. Por ese motivo se vio obligado a seguir unos estudios de letras para los que no mostraba una mayor disposición.

Cossío resume perfectamente los primeros momentos del torero: “El dolor y la vergüenza de la desgracia le hizo huir de sus maestros y condiscípulos [no taurinos], y la pobreza y desamparo en que quedara la familia le hizo buscar refugio entre los compañeros de su padre. Juan León, El Barbero, Juan Yust, Cúchares, Juan Martín y el propio Paquiro se prestaron a proporcionarle trabajo como banderillero. Fue Juan Yust quien mostró por él mayor interés, y al separarse de Juan León y formar cuadrilla, ingresó Juan Lucas Blanco, más que como peón de ella, como hijo adoptivo del matador. La muerte de la viuda del desventurado Manuel Lucas movió a Yust a llevar a su casa a vivir a su hijo, que en 1842, muerto Yust, había de casar con su viuda y hacerse cargo de la cuadrilla del difunto”.

A partir de 1840, Lucas Blanco comenzó a compaginar su labor como subalterno con la de ejercer como segundo espada en las plazas menos importantes, y como medio espada en las de mayor categoría.

En 1842 y 1843 actuó como banderillero en Madrid.

En 1845 toreó ya como matador en plazas andaluzas y, al año siguiente, se presentó en Madrid el 13 de abril, alternando con José María Redondo Domínguez el Chiclanero y Manuel Díaz Lavi. No debió hacerlo mal, pues siguió toreando en todos los festejos siguientes, los días 20 y 26 de abril, 4, 11, 18 y 25 de mayo, 1 (resultó herido en un dedo de la mano derecha), 8 y 15 de junio; y, más adelante, 31 de agosto, 7, 13 y 27 de septiembre, 1, 5, 11, 13 y 25 de octubre.

Esta relación de actuaciones, que ofrece López Izquierdo, contradice la noticia ofrecida por Cossío, según la cual, en la tercera corrida de la temporada (el 26 de abril) sufrió una cornada muy grave en el bajo vientre que puso en peligro su vida. Don Ventura dice, y es más razonable que así fuera, que el percance tuvo lugar el 15 de junio. Entendemos que así debió ser porque Lucas Blanco desapareció en la plaza de Madrid durante dos meses y medio, del 15 de junio al 31 de agosto.

Curiosamente, y a pesar de haber toreado nada menos que dieciocho veces en la plaza de la calle de Alcalá en 1846, al año siguiente no pisó el ruedo madrileño, quizá porque en las últimas corridas del año anterior fue de fracaso en fracaso. La carrera de Lucas Blanco entró en declive a partir de 1847, centrando sus actuaciones en Sevilla y sufriendo graves percances ya en la siguiente década (en 1852 en Cáceres y en 1853 en Sevilla). Según Velázquez y Sánchez, citado por Cossío, “el decaimiento moral de Blanco se convirtió en una especie de fosca misantropía, completado en sus aciagos efectos por el funesto hábito de la embriaguez, en la cual, si un tiempo buscaba tonicismo y vigor, sin calcular sus inmediatas y fatales reacciones, últimamente quería encontrar el olvido de sus penas en el rendimiento absoluto de sus facultades”.

Ya muy limitado de recursos toreó hasta 1864, para fallecer en 1867 de una bronquitis aguda, “reducido en sus postreros días a la última miseria”, según un periódico de Sevilla citado por Cossío.

 

Bibl.: J. Velázquez y Sánchez, Anales del toreo. Reseña histórica de la lidia de reses bravas. Galería biográfica de los principales lidiadores: Razón de las primeras Ganaderías españolas, sus condiciones y divisas, Sevilla, Imprenta y Editorial Juan Moyano, 1868; J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 518-521; Don Ventura (seud. V. Bagués), Historia de los matadores de toros, Barcelona, Imprenta Castells-Bonet, 1943 (Barcelona, De Gassó Hermanos, 1970, pág. 50); F. López Izquierdo, Plazas de toros de la Puerta de Alcalá (1739-1874), Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 1988, págs. 185-195; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; R. Cabrera Bonet, “Algunas fechas para la pequeña y gran historia taurina”, en Papeles de toros. Sus libros, su historia (Unión de Bibliófilos Taurinos, Madrid), n.º 2 (1992), pág. 140; D. Tapia, Historia del toreo, vol. I, Madrid, Alianza Editorial, 1992; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.).

 

José Luis Ramón Carrión