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Antonio Ruiz

Biografía

Ruiz, Antonio. Sombrerero. Sevilla, 23.IX.1792 – 20.VI.1860. Torero.

Como sucede en prácticamente todos los toreros de esta época remota del toreo, y en muchos de los siguientes, también con El Sombrerero hay discrepancias sobre la fecha de su nacimiento. Don Ventura ofrece con seguridad el 23 de septiembre de 1792, mientras que Cossío duda entre 1783, dato que toma de Velázquez y Sánchez (y que corrobora Sánchez de Neira), y 1773, que obtiene de una anónima biografía en verso aparecida en Chavarría, hoja taurina publicada en 1856. Cabrera Bonet publicó en 1992 la partida de defunción del Sombrerero, en la que se indica que falleció a la edad de sesenta y ocho años. “Ello quiere decir —señala Cabrera— que nació desde el 21 de junio de 1791 hasta el 20 del mismo mes de 1792”. Para añadir más adelante, hablando de los datos facilitados por Don Ventura: “No sabemos si la fecha exacta es correcta, pero al menos en el año parece haber acertado”.

Antonio Ruiz, que tomó el apodo debido a que su padre tenía un taller de sombrerería, gremio en aquellos años muy relacionado con el toreo, se inició en la tauromaquia, lo mismo que tantos otros aspirantes, en el matadero sevillano. Pronto (o no tan pronto, según la que sea su verdadera fecha de nacimiento), en 1808, se colocó en la cuadrilla de Curro Guillén.

Velázquez y Sánchez le describe con estas palabras: “Su índole concentrada, reflexiva y maliciosa llenó de intención su toreo; nunca desplegó el capote sin un plan astuto; jamás aventuró un quite sin meditar las circunstancias; nadie estudió mejor las trazas de aprovechar ocasiones, y pocos le igualaron a coadyuvar con su seguro auxilio al éxito de todas las faenas de la lucha de los toros”. Es decir, El Sombrerero debió ser un diestro profesional e inteligente; ahora bien, añade Cossío: “Si su valor hubiera estado a la altura de sus recursos tácticos y de su inteligencia, hubiera superado en los aspectos enumerados a Jerónimo José Cándido, a la sazón la primera figura del toreo”.

Según Sánchez de Neira, su maestro Curro Guillén le dio la alternativa en 1809, sin especificar la plaza y el cartel, fecha demasiado temprana si damos por bueno el año 1792 como el de su nacimiento. En cualquier caso, en Madrid no se presentó hasta 6 de mayo de 1816, con Jerónimo José Cándido, Curro Guillén y el medio espada Francisco Hernández El Bolero, que lidió los dos últimos.

En 1813, año en que toreó bastante como matador, llevó en su cuadrilla a Juan León. Posteriormente, entre ambos diestros surgió una enemistad que trascendió lo personal y taurino, y que con toda seguridad se centró en lo temperamental y político: León, que de joven también había trabajado en una sombrerería, era liberal exaltado, mientras que El Sombrerero era absolutista incondicional. La rivalidad llegó también, y de manera muy notable, a los ruedos.

Favorecido por el clima político toreó mucho Antonio Ruiz, convirtiéndose en una figura muy sobresaliente en su época. Sobre este tema dice Don Ventura: “La fiesta salió perdiendo con el desordenado ánimo que entonces se mantenían las ideas políticas, y éstas malograron en gran parte las dotes sobresalientes de Antonio Ruiz, pues hubo corridas de las celebradas en Madrid en el año 1832 en las que supero a Francisco Montes Paquiro. No obstante, en el mes de septiembre de aquel año, confabulada la Junta de Hospitales de dicha capital con los enemigos del diestro, rescindió el contrato con éste y su hermano Luis, y dolorido y asqueado el Sombrerero por tal rescisión, se ausentó de la Corte, donde no volvió a torear en lo sucesivo”.

Según Sánchez de Neira, sus palabras en tan doloroso trance taurino y personal fueron las siguientes: “El que ha sido bueno veinte años para torear en la plaza de Madrid y en todas las de provincia, y se le despide de la primera por causas ajenas al arte, no debe trabajar en parte alguna”. Y se marchó a Sevilla.

En esa ciudad fue profesor honorario de la Escuela de Tauromaquia, para, finalmente, morir sin recursos en el Hospital de San Jorge en 1860.

 

Bibl.: J. Velázquez y Sánchez, Anales del toreo. Reseña histórica de la lidia de reses bravas. Galería biográfica de los principales lidiadores: Razón de las primeras Ganaderías españolas, sus condiciones y divisas, Sevilla, Imprenta y ed. Juan Moyano, 1868; J. Sánchez de Neira, El Toreo. Gran diccionario tauromáquico, Madrid, Imprenta de Miguel Guijarro, 1879 (Madrid, Turner, 1988, págs. 129-132); J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 842-846; Don Ventura (seud. de V. Bagués), Historia de los matadores de toros, Barcelona, Imprenta Castells-Bonet, 1943 (ed. Barcelona, De Gassó Hnos., 1970, pág. 34); F. López Izquierdo, Plazas de toros de la Puerta de Alcalá (1739-1874), Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 1988; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; R. Cabrera Bonet, “Algunas fechas para la pequeña y gran historia taurina”, en Papeles de toros. Sus libros, su historia, n.º 2, Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 1992, pág. 138; D. Tapia, Historia del toreo, vol. I, Madrid, Alianza Editorial, 1992; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.).

 

José Luis Ramón Carrión