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Federico Vázquez Landa

Biografía

Vázquez Landa, Federico. Barcelona, 15.VIII.1842 – San Sebastián (Guipúzcoa), 29.VI.1896. Militar, coronel de Ingenieros y escritor.

Ingresó en el Ejército el 24 de junio de 1857 como alumno del Colegio (Academia) de Infantería. Durante su estancia en este centro docente dio marcadas pruebas de su inteligencia y aplicación, siendo recompensado con los primeros premios anuales concedidos a los cadetes más distinguidos en los estudios. Salió del centro como subteniente de Infantería el 4 de octubre de 1859, siendo su primer destino el Regimiento de Infantería de Zaragoza. Marchaba con este a Algeciras, en donde se organizaba la 2.ª división de reserva del ejército de África, al mando del general Diego de los Ríos, que desembarcaría posteriormente en Cabo Negro. Participó (en el marco de la Guerra de África, 1859-1860), a las órdenes de dicho general en la toma del fuerte Martín, en la de la Aduana de Tetuán, en las acciones del 23 de enero de 1860, del 31 del mismo mes (en la que por su distinguido comportamiento obtuvo el grado de teniente), en la batalla de Tetuán, acción de Sierra Bermeja y batalla de Wad-Ras, siendo recompensado con dos ascensos por méritos de guerra. Más tarde, agregado al primer batallón de Ingenieros en Tetuán, durante las operaciones posteriores a la finalización de la contienda, tomó parte en los trabajos que se hicieron durante el período de ocupación de aquella plaza.

Ascendió a teniente de Infantería en agosto de 1860 y en mayo del año siguiente ingresó como alumno en la Academia de Ingenieros de Guadalajara. Una vez terminados sus estudios con el número tres de su promoción, ingresó en el Cuerpo como teniente de Ingenieros el 17 de julio de 1866. Destinado al Regimiento n.º 1 de Ingenieros, en 1868, año en el que se produjo la revolución denominada “La Gloriosa”, que obligaba a Isabel II a exiliarse a Francia, participó en cuantas acciones armadas se produjeron en España, como fueron las insurrecciones republicanas de Lérida, Zaragoza y Valencia en 1869. Posteriormente, el capitán de ingenieros Vázquez (ascendió con fecha de 22 de agosto de 1870) intervino en las Guerras Cantonales durante la Primera República y en 1872 pasó a integrarse con su unidad en el Ejército del Norte, con el que participó en numerosas operaciones durante la Tercera Guerra Carlista, como la recomposición de las vías férreas cortadas por los carlistas, haciendo penosas marchas con su tropa para entrar en acción, entre otras una de 14 leguas en un día, que por lo extraordinaria se hizo constar en su hoja de servicios. Fue recompensado por estos hechos con la cruz roja del Mérito Militar.

Nuevamente destinado al Ejército del Norte en agosto de 1874, le fue encomendada la dirección de las obras de defensa de Aranda de Duero, principalmente las que habían de realizarse en el palacio que fue del obispo de Osma, a fin de habilitarlo para cuartel fortificado. El acierto con que dirigió estas obras fue tal que su ayuntamiento lo nombró su hijo adoptivo. Terminada esta comisión, se incorporó en Logroño al Ejército y tomó parte en las operaciones que dieron por resultado el levantamiento del bloqueo de Pamplona, por las que fue recompensado con la cruz roja de 2.ª clase del Mérito Militar. Las necesidades de la guerra obligaron a fortificar sólidamente la línea del Monte Esquinza y el capitán Vázquez fue comisionado para dirigir la construcción de los blockaus que, como elementos de seguridad, debían situarse en los reductos que se estaban construyendo.

En 1875 pasó destinado al recién creado Regimiento Montado de Ingenieros al mando de una Compañía de Pontoneros (disponía además el regimiento de compañías de ferrocarriles y dos de telegrafía), con la que se integraba en el Ejército del Centro y con la que fortificó Lucena y Villafamés, servicios que le valieron el grado de coronel de Infantería (los oficiales de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército, y efectivo en el mismo).

Después de servir en la guarnición de Valencia, en agosto de 1875 pasó a la Academia de Ingenieros de Guadalajara como profesor, explicando entre otras materias la de Estereotomía y Arquitectura. Estuvo siete años en el citado centro, periodo en el que, además de la labor de enseñanza, escribió varios textos de estudios tácticos y técnicos. En esta época terminaba su obra Estereotomía del Hierro, en la que se dan a conocer de forma detallada todas las aplicaciones de ese material a las construcciones, obra que según criterio general era muy superior a las conocidas en aquel momento.

En 1879 se afrontó el proyecto de renovación en la Academia de Guadalajara de las construcciones del siglo XVIII que coronaban el barranco del Coquín, en parte sostenidas por los paredones de la antigua muralla medieval. Vázquez Landa planteó la obra como una fortificación neomedieval, proyectando, de una parte, un pabellón siguiendo el modelo de la arquitectura de los palacios pontificios de Aviñón, y de otra, reconstruyendo una cortina de la muralla de la ciudad con ciertas licencias mudéjares. En aquella ocasión se le añadió al conjunto el edificio del “Picadero”, que fue construido entre 1875 y 1881.

Las ideas de “Unidad de procedencia”, entonces muy aceptadas, dieron origen a la Academia General Militar, que se fundó sobre los restos de la antigua Academia de Infantería. Creada en 1882 la Academia General de Toledo, sería designado como jefe de estudios de la misma Vázquez de Landa (se cerraba este centro en 1893, para volver nuevamente a las Academias por Cuerpos, en este caso y para los Ingenieros, la de Guadalajara). Vázquez realizó durante los diez años de vida de la misma, una brillante y eficaz labor. Durante ese periodo trabajó intensamente, formando los programas de estudios, en la preparación del material de enseñanza necesario y en la organización, entre otras numerosas cuestiones, de todos los servicios necesarios para el buen funcionamiento del nuevo centro de enseñanza militar, en el que debían de prepararse la totalidad de los alumnos de las Armas, Cuerpos y Servicios.

Durante todo el tiempo que funcionó la 1ª Academia General, el coronel Vázquez no solo infundió en los caballeros alumnos todos los conocimientos posibles, sino que a través de las maniobras (prácticas) de la Academia, combinadas a veces con las de otras unidades de la guarnición para darles más realismo militar y, a través de sus Estudios tácticos de Infantería, logró que sus alumnos, además de una excelente preparación, le tuvieran como ejemplo tanto dentro como fuera de los muros del Alcázar.

Estos Estudios tácticos redactados por Vázquez fueron el fruto del cumplimiento de una indicación que el ministro de la guerra hizo: todos los oficiales debían escribir trabajos para adaptar los antiguos reglamentos tácticos ante el avance y aparición de nuevas armas, como lo fue, por ejemplo, el fusil de retrocarga. Dentro de su estudio sobresalió en las formaciones en campaña el llamado “ángulo de Vázquez Landa”, que sustituyó al obsoleto “cuadro”.

Vázquez Landa falleció el 29 de junio de 1896 en San Sebastián, tres años después del cierre de la General de Toledo. Había ascendido a coronel del Cuerpo en 1893. Dejó inédita una excelente Estereotomía del hierro, en la que se explican detalladamente las aplicaciones de este metal a las construcciones, cuya publicación habría de ser muy útil porque, aparte de numerosos datos prácticos, contiene todos los elementos necesarios para proyectar cualquiera construcción metálica.

 

Obras de ~: Estudio Táctico de InfanteríaEstereotomía del hierro (inéd.).

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. Personales.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1867-1897; “Necrologías”, en Memorial de Ingenieros del Ejército, (agosto de 1896); E. Gallego Ramos, “En honor del Coronel Vázquez Landa”, en Memorial de Ingenieros del Ejército, 25, 10 (octubre de 1908), págs. 548-553; VV. AA., Estudio Histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Madrid, Establecimiento Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1911, 2 vols.; M. Gistau, La Academia General Militar. Toledo, 1883 a 1893, Madrid, Tip. El Imparcial, 1920; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; A. Herrera Casado, “Memoria de los militares en Guadalajara”, 1 de enero de 2007 [en línea], disponible en http://www.herreracasado.com/2007/01/01/memoria-de-los-militares-en-espana/; F. Martínez de Baños Carrillo, “Academia General Militar, Primera Época (1882-1893)”, en Armas y Cuerpos, núm. extra 1 (2019), págs. 6-15.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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