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Juan de Torija

Biografía

Torija, Juan de. Madrid, 14.VII.1624 – 29.VIII.1666. Maestro de obras, tratadista y alarife.

Juan de Torija nació en Madrid el 14 de julio de 1624 en la calle del Leal, siendo bautizado en la parroquia de San Sebastián el 4 de agosto. Cuarto de un total de ocho hermanos, sus padres, naturales de la villa, fueron Gabriel de Torija —maestro de albañilería— y Antonia García de Angulo. Los nacimientos de los hijos fueron: Eugenia (3 de noviembre de 1606); Gabriel Baltasar (6 de enero de 1619); Eufrasia (18 de noviembre de 1621); Juan Víctor (14 de julio de 1624); Antonia (9 de mayo de 1927); Juliana (bautizada el 17 de enero de 1632); Antonia (21 de junio de 1634) y Gil (19 de agosto de 1636).

La familia Torija, sin ser un caso especial, se vinculó por medio de matrimonios con otras estirpes de constructores residentes en la Corte. Así Antonia casó con el alcarreño Manuel del Olmo (1631- 1706) quien llegó a ser maestro mayor de las Obras Reales y Juan de Torija contrajo matrimonio con Isabel de la Peña, integrante de una familia de canteros trasmeranos, algunos de cuyos miembros alcanzaron cierto renombre en la arquitectura de la Corte, destacando los arquitectos Gaspar y Pedro de la Peña. Siguiendo esta costumbre, al morir Juan de Torija su viuda casó con Juan Sánchez, colaborador de su marido y maestro de obras. Pero dentro de la familia, Juan, no fue el único dedicado al mundo de la construcción, pues Gil de Torija actuó como maestro de obras posiblemente ayudando a su hermano y cuñados. El hijo de éste y María Romero, de nombre Manuel Silvestre (31 de diciembre de 1652), también siguió la carrera familiar.

Es fácil imaginar que el aprendizaje de los hermanos comenzó de la mano de su padre, aunque los caminos fueron distintos, pues, si bien ambos se iniciaron a pie de obra, Juan alternó la práctica con un cierto interés por la arquitectura especulativa relacionada, eso sí, con la práctica constructiva.

El 14 de noviembre de 1652 fue nombrado aparejador mayor de las obras del Buen Retiro y del Sitio de la Zarzuela, empleo en el que sustituye a su cuñado Pedro de la Peña y que apenas transcurrido un año pasó a José de Villareal. En 1653 recibió el nombramiento de alarife de la villa, ocupación que mantuvo hasta su muerte. El 3 de agosto de 1657 se le nombró otra vez aparejador mayor de las aludidas obras, pero, ante su disgusto, nuevamente se le retiró del mismo el 8 de julio de 1658 recayendo en Juan Fernández, con quien había realizado la llamada Casa de Valdevelada. El puesto conllevaba, además del salario, la obligatoriedad de vivir en el Buen Retiro, el compromiso de realizar las trazas aportadas por el maestro mayor —entonces Alonso Carbonel—, el mantenimiento de los edificios, así como la vigilancia de los materiales.

En 1658 recibió el encargo más destacado de su carrera, la construcción de la iglesia del Hospital de Nuestra Señora de Montserrat en Madrid, costeada por el Consejo de Aragón. Su ubicación se había trasladado a la calle de Atocha en el ensanche de Antón Martín. Si bien se sabe que la ejecución corrió de su parte, no está tan claro que las trazas fueran suyas. La obra quedó completada en 1674 al firmarse las escrituras del retablo y camarín, traza de Francisco de Herrera el Mozo y obras accesorias por parte del maestro de obras Juan Sánchez (marido de la viuda de Torija). La construcción —hoy desaparecida— destacaba por la entrada al hospital, notorio antecedente de las portadas civiles del siglo xviii.

La fama de Torija debía de ser grande, pues el 15 de julio de 1661 el Cabildo de la Catedral hispalense le llamó para examinar la obra del Sagrario junto con Juan de Rueda, tras la falta de acuerdo entre la comisión de expertos nombrada anteriormente y compuesta por el padre fray Luis de Barcelona, el hermano Francisco Díaz y Gaspar de la Peña, maestro mayor del conde duque de Olivares y de la Catedral de Córdoba. El dictamen ahora fue positivo y el Sagrario de la Catedral sevillana fue inaugurado el 16 de junio de 1662. También en este último año, Torija participó en la construcción de la capilla de la Virgen de Atocha en Madrid, según trazas y condiciones de Sebastián Herrera Barnuevo.

A su labor eminentemente práctica se unió su interés por solventar algunos de los problemas comunes que se le presentaban tanto a los alarifes como a los maestros de albañilería en el instante de tener que medir y tasar diversos elementos constructivos, igualmente desarrolló un admirable interés por recoger y sintetizar el grupo de normas, leyes y usos cotidianos con respecto a la policía de la ciudad, que sin estar legislados eran conocidos y corrían de mano en mano, lo que les restaba validez.

Sus preocupaciones fueron llevadas a la imprenta por medio de dos pequeños tratados, ambos salidos de los tórculos madrileños en idéntica fecha, 1661. El dedicado a las bóvedas: Breve tratado de todo genero de bobedas [...] pretendía, por lo menos en cuanto a sus intenciones, emular a los tratados de cantería o estereotomía del xvi, principalmente al famoso: Libro de traças de Cortes de Piedras de Alonso de Vandelvira, cuyo original se había perdido, existiendo diversas copias entre las que destacaban las del siglo xvii de Felipe Lázaro de Goiti o la de Bartolomé Zumbigo y Salcedo. Es más, el arquitecto y tratadista fray Lorenzo de San Nicolás llegó a acusar a Torija de apropiación indebida, pues aducía que este tratado de bóvedas era en realidad obra de Pedro de la Peña quien a su vez había tomado prestada la información del de Vandelvira.

El volumen, de apenas ochenta folios, se estructura en dos tratados divididos en capítulos. El primero de ellos dedicado a presentar las bóvedas regulares (cañón, media naranja, pechinas, capilla vaída, capilla esquifada, capilla por arista, etc.); el segundo tratado se inicia con la intención del autor sobre la distribución de los siguientes capítulos dedicados a las bóvedas irregulares. El manual finaliza con un listado de autores utilizados por Torija con breves reseñas sobre sus enseñanzas. Su obra carece de la profundidad y riqueza de repertorios de los tratados anteriores y está más encaminada a proporcionar fórmulas prácticas a la albañilería que a ocuparse de los cortes de cantería propiamente dichos, a pesar de anticipar un volumen sobre tales cortes que nunca fue publicado.

El segundo de sus trabajos: Tratado breve sobre las ordenanzas de la villa de Madrid [...], es en realidad una recopilación de ordenamientos municipales que pretendían cubrir el vacío normativo provocado por su falta de validez al no encontrarse sancionadas. El tratado claramente va dirigido a los alarifes como instrumento de trabajo para sus inspecciones, así como para la villa como referencia y elemento de autoridad en caso de pleito. Si bien el libro no fue sancionado como tal, obtuvo un rotundo éxito, siendo varias veces reeditado y sirviendo posteriormente a Teodoro Ardemans para publicar su Declaración, y extensión, sobre las Ordenanzas, que escrivió Juan de Torija [...] (Madrid, 1719).

Juan de Torija falleció en Madrid el 29 de agosto de 1666 en su casa de la calle de Santa Apolonia, y por propia petición, planteada en su testamento, fue enterrado en la iglesia de agustinos de San Felipe el Real en la tumba de su suegro Pedro de la Peña.

 

Obras de ~: Obras parciales en los Sitios Reales de Buen Retiro, Zarzuela y Valdevelada, Madrid; Iglesia del Hospital de Nuestra Señora de Monserrat, Madrid, 1658; Capilla de la Virgen de Atocha, Madrid, 1662.

Escritos: Breue Tratado de todo Genero de bobedas Asi Regulares Como yrregulares execucion de obrarlas y Medirlas con Singularidad y Modo Moderno Obseruando los preceptos Canteriles de los Maestros de Architectura por Juan de Torixa Maestro Architecto y aparejador de las Obras Reales Con Priuilegio, Madrid, Pablo de Val, 1661; Tratado breve sobre las Ordenanzas de la Villa de Madrid y policia de ella, por Juan de Torija Maestro, Arquitecto y Alarife de ella y aparejador de las Obras Reales. Dedicado a la Muy Noble y Leal Coronada Villa de Madrid. Con privilegio, Madrid, Pablo de Val, 1661.

 

Bibl.: G. Barbé-Coquelin de Lisle, “Introducción”, en Breue tratado de todo genero de bobedas, Madrid, Pablo de Val, 1661 (ed. facs. Valencia, Albatros, 1981); J. A. Álvarez y Baena, Hijos de madrid ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias, y artes./ diccionario histórico por el orden alfabetico de sus nombre, que consagra/ al illmo. y Nobilísimo Ayuntamiento de la Imperial y Coronada Villa de Madrid su autor d. Joseph Antonio [...], vecino y natural de la misma villa, 1799; E. Llaguno y Amirola, Noticias de los arquitectos y Arquitectura de España desde su restauración, por el Excmo. Señor D. [...], Ilustradas y acrecentadas con notas, adiciones y documentos por D. Juan Agustín Ceán-Bermúdez, censor de la Real Academia de la Historia, consiliario de la de S. Fernando, é individuo de otras de las Bellas Artes, Madrid, Imprenta Real, 1829; V. Tovar Martín, Arquitectos madrileños de la segunda mitad del siglo xvii, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1975; P. Navascués Palacio, “Noticias”, en Tratado breve sobre las Ordenanzas de la Villa de Madrid y Policía de ella, Valencia, Albatros, 1979, págs. 9-36; V. Tovar Martín, Arquitectura madrileña del siglo xvii. Datos para su estudio, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1983; B. Blasco Esquivias, Arquitectura y urbanismo en las Ordenanzas de Teodoro Ardemans para Madrid, Madrid, Ayuntamiento, 1992; M. Fernández García, Parroquia madrileña de San Sebastián. Algunos personajes de su archivo, Madrid, Caparrós Editores, 1995.

 

Félix Díaz Moreno

 

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