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José Mejías Jiménez

Biografía

Mejías Jiménez, José. Pepe Bienvenida. Madrid, 4.I.1914 – Lima (Perú), 3.III.1968. Torero.

Segundo hijo de Carmen Jiménez Álvarez y de Manuel Mejías Bienvenida, conocido como el Papa Negro, y quinto de esa famosa dinastía toreros que utilizó el apodo Bienvenida.

Según María de la Hiz Flores —que escribió con el pseudónimo de Mahizflor—, estudiosa de la familia Bienvenida, José Mejías nació a las diez de la mañana del domingo 4 de enero de 1914, y no el día 7, como se afirma en la página 582 del tomo III de la enciclopedia Los Toros, de José María de Cossío, y erróneamente han repetido muchos de sus biógrafos.

El toreo y otros negocios llevaron pronto al padre y al resto de la familia a América. En Colombia, Pepe y su hermano Manolo juegan al toro. Dice De la Hiz Flores: “Tanta fama alcanzó el arte de Pepito, que cuando Juan José Llovet dedica a Bienvenida una crónica de despedida en El Tiempo de Bogotá, el 21 de agosto [de 1922], dice: ‘¡Ah!... y que dentro de algunos años vuelva por aquí de gordo, entusiasta y paternal apoderado de Joselito Mejías’. De nuevo junto a su hermano Manolo, que era muy poco más de un año mayor que él, y cuyas comienzos como toreros corren en paralelo, lidió su primer becerro, a puerta cerrada y vestido de calle, el 22 de octubre de 1923 en la plaza de Caracas (Venezuela). Tienen éxito los hermanos, y se les incluye en una corrida a beneficio de su propio padre, el 27 de enero de 1924. El crítico Don Sebastián escribió en la publicación Kronos, respecto al debut en público de los hijos mayores del Papa Negro: “Ya quisieran algunos novilleros tener la gracia y estilo de estas dos futuras estrellas”.

De regreso a España, y luego de nuevo en América, Pepe torea, siempre en compañía de Manolo, muchas becerradas y novilladas. Hacen su primer paseíllo en España el 22 de febrero de 1925, en Coria del Río.

El 28 de junio debutan en la Maestranza, en una becerrada celebrada a beneficio de las Casas Baratas, y repiten actuación el 3 de julio. Escribe De la Hiz Flores: “Tras este doble triunfo de Sevilla, todos son elogios, Manolo Asins escribe en La Libertad de Badajoz: ‘Los muchachos de Bienvenida son sol de primavera, suave, confortador, que asoman en el horizonte del arte taurino y abren un libro en blanco y llenan de belleza su primera página. Cuando se llegue al final del tomo y éste sea su historia, Dios sabe si quedará cerrado con broche de brillantes’”. Manolo tenía doce años, y Pepe once, y ya eran “figuras” de los novilleros.

La extensa y triunfal relación de becerradas que en esos años torean en España y América está fielmente recogida en el libro Bienvenida. Dinastía torera, de María de la Hiz Flores, y a él remitimos al lector.

Pepe y Manolo debutaron en Madrid el 8 de septiembre de 1928, con becerros de Rodrigo Figueroa y Torres, duque de Tovar. Ese año se prohibió torear en España a los menores de dieciséis años, por lo que los Bienvenida debieron marcharse de nuevo a tierras americanas. La pareja de hermanos novilleros se rompió a partir del 30 de junio de 1929, cuando Manolo tomó la alternativa en Zaragoza, un par de meses antes de cumplir los diecisiete años. Durante los años 1929 y 1930 siguió Pepe toreando novilladas, y tras once festejos de esa misma categoría, tomó la alternativa en Madrid el 4 de julio de 1931, de manos de Nicanor Villalta —que le cedió el toro Majoleto, de María Montalvo—, en presencia de su hermano Manolo. El crítico Gregorio Corrochano escribió en el diario ABC sobre esta corrida: “Las cuadrillas fueron recibidas con aplausos. Hacía algún tiempo que no sonaban en el paseo o desfile de los toreros. Esta vez empezó con alegría. Cuanto tiene el toreo de juventud estaba en el ruedo. Los Bienvenida son eso, la juventud, la alegría de la escuela sevillana”. La alternativa volvió a unir en los carteles a los hermanos Bienvenida, siempre alegre y triunfadores, siempre espectaculares en sus tercios de banderillas compartidos.

Al finalizar su primera temporada como matador de toros, en 1931 el crítico Uno al Sesgo escribió en su anuario Toros y toreros: “Inútil decir que Joselito Bienvenida sabe torear, y no puede sorprender que en su primera temporada de espada de alternativa el éxito le haya acompañado en la mayoría de sus actuaciones, y que en los públicos y en la crítica causara una excelente impresión”.

Siempre tuvo gran ambiente entre los aficionados, como demuestra este texto del crítico Don Quijote, escrito en 1935: “Pepe Bienvenida está entrando en la plenitud que logró Manolo. Y muy pronto lo reconocerá la opinión en masa. La profecía es ésta —fácil profecía—: que al final de la temporada habrá cuajado en la conciencia de las muchedumbres la consagración de un gran torero como as del toreo. Nuevo as. Aunque a los creyentes primitivos no nos coja de nuevas la novedad”.

Se mantuvo muchos años en activo Pepe —Pepote, como se le conoció en el mundo de los toros—, pero nunca llegó a alcanzar la altura taurina de su hermano Manolo, fallecido en 1938, ni tampoco el reconocimiento popular que obtuvo Antonio, muerto en 1975. Sí logró, sin duda, prestigio de torero poderoso y, sobre todo, de sobresaliente banderillero.

Sus mejores años fueron 1942 y 1943, temporadas en las que superó las cincuenta corridas en cada una de ellas.

Sobre él escribió Claramunt, psiquiatra, escritor y “bienvenidista” reconocido: “También Pepe Bienvenida se encontró sumamente cómodo frente al toro de los años cuarenta. Sobradísimo de facultades, con amplio repertorio de capa y muleta, máximo representante del toreo con las banderillas en la mano (que no consiste solamente en clavarlas) mataba muy bien al volapié y se permitía el lujo de citar algunos toros en la suerte de recibir, cosa que ya no hacía nadie. El ‘pathos’ de la época, y la manera de contarla en las décadas siguientes, parece dejar en plano secundario a este gran torero, como si durante todos aquellos años no hubiera llenado en cabecera de cartel, con su nombre y su arte, muchísimas tardes afortunadas”.

Siguió en activo, aunque toreó muy poco, en la década de 1950. En 1954 sólo toreó tres corridas (en la plaza de Vista Alegre hizo el 5 de septiembre hizo su último paseíllo en la ciudad de Madrid), dos en 1956 y otras dos en 1957. Su última actuación tuvo lugar el 3 de octubre en Úbeda, junto a sus hermanos Antonio y Juan. El último toro que lidió de luces se llamó Cartagenero, de la ganadería de Juan Morales y hermanos.

El 1 de octubre de 1967 toreó con sus hermanos Antonio, Ángel Luis y Juan en un festival de la localidad pacense de Bienvenida, de donde provenía su familia. También toreó el 3 de marzo de 1968 en Lima (Perú); terminada su labor, en el callejón se sintió mal, ingresó en la enfermería y, a los pocos minutos, entró en coma. Trasladado a una clínica, esa misma tarde falleció víctima de un infarto de miocardio, Pepe Bienvenida, un torero que a lo largo de extensa trayectoria nunca sufrió ni una sola cornada.

 

Bibl.: J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1943, pág. 582, vol. IV, 1961, pág. 579, y vol. VI, 1981, pág. 87; L. de Armiñán, Don Manuel Mejías. El Papa Negro. Vida y novela de un matador de toros, Madrid, Biblioteca Nueva, 1953 (1999); A. Vera, Los Bienvenidas, Madrid, Gráficas Barandilla, 1958; C. Guillén [seud.], Dos dinastías famosas de toreros. Los Bienvenida. Los Dominguín, Madrid, A. Vasallo, 1961; VV. AA., “Ha muerto Pepe Bienvenida”, en la revista El Ruedo (Madrid, Prensa y Radio del Movimiento), n.º 1237 (5 de marzo de 1968); VV. AA., “La última corrida de Pepe Bienvenida” y L. Bollaín, “Muere en la plaza el torero al que no hirieron los toros”, en revista El Ruedo (Madrid, Prensa y Radio de Movimiento) n.º 1238 (12 de marzo de 1968); C. Jalón, Memorias de “Clarito”, Madrid, Guadarrama, 1972; F. Mira, Antonio Bienvenida. Historia de un torero, Madrid, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, 1977; A. Santainés Cirés, La dinastía de los Bienvenida, Barcelona, Mira Editores, 1988; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989, pág. 257; R. Gómez López- Egea, Antonio Bienvenida, Madrid, Ediciones Palabra, 1990; J. L. Suárez-Guanes, Madrid-Cátedra del toreo (1931-1990), Madrid, Espasa Calpe, 1990; C. Abella, Historia del toreo, vol. II, Madrid, Alianza Editorial, 1992, págs. 126-127; M. de la Hiz Flores, Bienvenida. Dinastía torera, Madrid, Espasa Calpe, 1993; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.).

 

José Luis Ramón Carrión

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