Sáenz de Cenzano y Duque, Vicente. Ribafrecha (La Rioja), 28.V.1782 – Madrid, 2.VI.1866. Comandante de guerrilla y capellán castrense.
Nació en el seno de una tradicional familia de hidalgos perteneciente a la casa solariega de Valdeosera.
El padre, poderoso hacendado y escribano de la villa, lo destinó al sacerdocio. Cuando la francesada, acababa de ordenarse para acceder por derecho pilongo al curato de su lugar de nacimiento. Dispuesto a combatir a los “gabachos” que consideraba herejes y jacobinos, decidió echarse al monte acompañado de otros clérigos y algunos de sus feligreses. José Antonio Colmenares, comisionado regio en la provincia de Soria, nombró a Vicente comandante de Cruzada sujeto con su partida a la obediencia de la Junta de insurrección instalada en Soto de Cameros. Leal a la misión encomendada, se vio envuelto en las gravísimas rivalidades y disensiones suscitadas entre la Junta soteña y Francisco Fernández de Castro, marqués de Barriolucio y comisionado regio para Castilla. Informada la Junta Central, creó en diciembre de 1809 la Junta de Rioja y Álava; entonces, el conflicto fue doble, puesto que las Juntas de Soria y Burgos no admitieron pérdida de competencias en un territorio que les pertenecía. La Junta de Rioja funcionó en precario y fue pronto disuelta.
Tales discordias y el desengaño de ver preterido su deseo de reconocimiento político-territorial para La Rioja mellaron su ánimo. El nombre del comandante Cenzano desaparece súbitamente del escenario bélico; no había muerto, como algunos creyeron. Renunció al mando, agregó su partida a la de Espoz y Mina y se alistó como capellán del Ejército. Así llegó a Cádiz en tiempo oportuno para ser uno de los siete compromisarios que eligieron al diputado suplente por Soria.
Como toda su familia, militó más tarde en el carlismo, pero fue rehabilitado tras la mayoría de edad de Isabel II. Acabó sus días en Palacio como capellán de Guardias Reales.
Bibl.: E. Rodríguez Solís, Los guerrilleros de 1808, t. II, Madrid, Estampa, 1930, pág. 199; M. C. Sobrón Elguea, Logroño en la Guerra de la Independencia, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1986, pág. 172; P. Pascual, Curas y frailes guerrilleros en la Guerra de la Independencia. Las partidas de cruzada reglamentadas por el carmelita zaragozano P. Manuel Traggia, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2000, págs. 25 y 63; E. Reinares Martínez, García Herreros, “El Numantino”. Emigrantes, judíos, clérigos y otras vidas insólitas riojanas en la revolución liberal, Logroño, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de La Rioja, 2006, págs. 93-97.
Ernesto Reinares Martínez
