Martínez Rosales, Francisco. ¿Lorca (Murcia)?, c. 1740 – Galera (Granada), IV.1795. Organero.
Hijo del matrimonio formado por Miguel Martínez Guevara y Rosalía Rosales, ambos naturales y vecinos de Huércal-Overa, villa almeriense adscrita a la diócesis de Cartagena.
Debió de nacer en Lorca, ciudad vinculada a la familia y donde fallecería su madre y heredera; de hecho, la circunstancia de que un hermano de ésta, Pedro, desempeñase las funciones de sacristán y organista en la parroquia de San Juan es posible que se halle relacionada con su definitiva orientación profesional.
En 1759, momento en que debió decidir instalarse en la villa de Galera (Granada), se le concedió el título de organero del Obispado de Guadix. Dos años después compraba una casa de planta baja, piso y patio en la calle de la Iglesia, con la que ampliaba la que ya poseía y en la que, sin duda, estaba ubicado el taller.
Por las certificaciones que presentó al Cabildo se sabe que, hasta 1770, año en que fue nombrado afinador de la catedral de Murcia, había construido de nueva planta o ampliado al menos nueve instrumentos: Castellar de San Esteban, La Iruela, Cazorla y Quesada, en Jaén, y Baza y Cúllar, en Granada; asimismo aseguraba haber intervenido en otros muchos de Úbeda, Andújar, Córdoba, Granada y Sevilla.
No sorprende, pues, que en la década de 1760 se dedicase a una intensa compra de viñas en Galera, por importe global de 7.800 reales, con las que afianzar sin problema sus obras, patrimonio que años más tarde se ampliaría con otros 6.400 entre viñedos y tierras.
Su llegada a la catedral murciana, como era previsible, le abrió las puertas de la diócesis. A finales de 1770 construía un nuevo órgano para los mercedarios de Lorca y, cuatro años después, la mayor de sus obras conocidas: un instrumento de dos teclados para Huércal-Overa por importe de 23.000 reales; para ella presentó unas fianzas con posesiones propias superiores a 80.000, lo que da una clara idea de la solvencia económica del maestro.
Entre 1771 y 1776, siendo vecino de Lorca, instaló en los jerónimos de Baza otro gran órgano de dos teclados por valor de 20.000 reales. A partir de 1776 volvió a ser vecino de Galera, aunque nunca habría de perder su título de afinador catedralicio. En ese año acudió a Hueneja y al siguiente trabajó en Dólar, ambas en Granada; en 1778 lo hizo en Fuente Álamo (Murcia); en 1779, en Galera; en 1785, en Vera (Almería); y en 1788, en Orce (Granada).
En 1790, con los órganos catedralicios en pésimo estado de conservación por el maltrato que recibían, en nada responsabilidad de Rosales, renunció a su plaza de afinador ante la falta de apoyo y entendimiento por parte del Cabildo. Un año después construía uno de modestas dimensiones para La Peza (Granada), único superviviente de sus trabajos, del que aún subsiste poco más que caja y secretos.
Viudo de Nicolasa Muñoz Bocanegra, con la que se había casado en Lorca hacia 1758 y de quien no tuvo heredero alguno, falleció en Galera en abril de 1795.
Obras de ~: Órgano nuevo, Colegial de El Castellar (Jaén) (desapar.), 1769 ant.; Órgano nuevo, parroquia mayor, Cazorla (desapar.), 1769 ant.; Órgano nuevo, oratorio de San Felipe Neri, Baza (desapar.), 1769 ant.; Órgano nuevo, convento de La Merced, Lorca (desapar.), 1770; Órgano nuevo, parroquial, Huércal-Overa (Almería) (desapar.), 1774; Órgano nuevo, convento de San Jerónimo, Baza (desapar.), 1775.
Bibl.: A. Gil Albarracín, Los órganos de la catedral de Almería (500 años de historia), Almería, Griselda Bonet Girabet Editora, 1992, pág. 65.
Enrique Máximo García
