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Antonio Rojí Dinares

Biografía

Rojí Dinares, Antonio. Ciudad Rodrigo (Salamanca), 4.IV.1832 – Burgos, 28.III.1908. Militar, general de brigada de Ingenieros.

Ingresó en el Ejército como cadete de menor edad, sin antigüedad, y el 4 de abril de 1844 era nombrado cadete con antigüedad en el Regimiento de Infantería Soria número 9. Pasaba al de Extremadura número 15 a finales de junio de 1846, en el que ascendió a alférez el 3 de abril de 1848 y posteriormente en junio de ese mismo año, al Regimiento Valencia número 23. En ese año, ascendió a subteniente de Infantería.

Entró como cadete en la Academia de Ingenieros de Guadalajara el 1 de septiembre de 1849, saliendo de la misma como teniente de Ingenieros el 26 de septiembre de 1853, después de completar los estudios reglamentarios. Destinado al entonces único Regimiento del Arma el Regimiento de Zapadores-Minadores, a las órdenes del ministro de la Guerra tomó parte en la acción de Vicálvaro el 30 de junio de 1854, por la que recibió el grado de capitán del Ejército por méritos de guerra el 18 de julio del mismo año (los oficiales de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército, y efectivo en el mismo).  Al año siguiente (1855) se halló también en las operaciones que en mayo y junio se realizaron en Aragón a las órdenes del brigadier Francisco Serrano Bedoya, contra la facción carlista de Marco de Bello, y asistió a la acción de Pardos el 28 de mayo, siendo recompensados sus servicios en ella con la cruz de 1.ª clase de San Fernando.

En 1855 pasó como ayudante de profesor a la Academia de Ingenieros, permaneciendo en la misma hasta 1860, año este último en el que fue promovido a capitán de Ingenieros por antigüedad (el 15 de junio de 1860). Durante su estancia como ayudante de profesor de la Academia del Cuerpo, no sólo puso de relieve sus excelentes condiciones científicas, explicando accidentalmente la segunda clase del tercer año, sino también su valor y pundonor, que, por otra parte, ya tenía acreditadas con antelación. En efecto, hallándose con licencia, se apresuró a presentarse al ingeniero general en los primeros momentos de alarma, ocasionados por los sucesos políticos de Madrid de julio de 1856, quedando a sus órdenes y actuando en consecuencia durante los disturbios de los días 14, 15 y 16 del referido mes, fase final del llamado “Bienio Progresista”.

Dejó Antonio Rojí de prestar sus servicios en la Academia de Guadalajara por su ascenso a capitán de Ingenieros, siendo destinado al 2.° Regimiento del Cuerpo, recién constituido, parte del cual se encontraba formando parte de la División de ocupación de Ceuta (“Guerra de África”, 1859-1860), plaza en la que  desempeñó el cargo del detall de la Comandancia exenta. Permaneció en Ceuta hasta que se incorporó a su Regimiento en Guadalajara, en el que sirvió, en distintas guarniciones.

A principios del año 1864, fue destinado a la Dirección general como segundo secretario de la Junta Superior Facultativa, siendo autorizado en algunas ocasiones por el Ingeniero General para asistir a las Juntas como vocal con voto. En este destino Rojí realizó una importante labor técnica, fruto de la cual sería la publicación de numerosas memorias. En 1872, formaba parte de la junta nombrada para la redacción del Proyecto de organización de las tropas de Ingenieros.

Ascendió a comandante de Ingenieros el 5 de abril de 1873, lo que motivó su pase a primer secretario de la referida Junta Superior Facultativa, y el 22 de ese mismo mes era nombrado por el ingeniero general miembro de la nueva Junta de organización de los regimientos del Cuerpo. El 7 de noviembre de 1874 se le nombraba, igualmente, miembro de la comisión que debía estudiar los adelantos de la telegrafía óptica e impulsar en este ramo la instrucción de la 2ª Compañía de telégrafos. En julio de 1876 formaba parte de la comisión que “ha de pasar a Zaragoza y Navarra a efectuar el reconocimiento del paso de la carretera de Francia por Jaca y Canfranc con objeto de atender a su mejor defensa, y visitar la plaza de Pamplona, proponiendo lo conveniente sobre la defensa de la frontera francesa”. En la realización de la misma estaba ocupado desde el 31 de julio hasta finales de septiembre de 1876.

Fue promovido a coronel de Ejército el 19 de enero de 1877, por el mérito de redactar varias obras de interés militar. Desde el 21 de julio al 27 de septiembre de ese año acompañó al director general de Ingenieros, con motivo de la comisión relativa al convenio con el ayuntamiento de Barcelona, respecto a la construcción de cuarteles en aquella plaza por la expresada corporación municipal, a cambio de los terrenos y edificios de la ciudadela. Desde principios de agosto a fin de septiembre, formó parte de la comisión presidida de nuevo por el director general de Ingenieros para estudiar las obras de defensa de Santoña e inspeccionar las emprendidas y en estudio de los distritos militares de Aragón, Navarra y Vascongadas, y finalmente otra para realizar análogo cometido en la plaza de Cádiz. También en 1877 fue premiado con el empleo de coronel efectivo del ejército “por la inteligencia y celo” que demostró con la publicación de su obra Teoremas y problemas de Geometría y Aplicación del hierro a las construcciones.

En 1878 pasó a la plaza de Cartagena, con la comisión extraordinaria de ver si había términos hábiles de armonizar los intereses del ramo de Guerra con los del vecindario, que pretendía prolongar hasta el mar la calle de la Caridad, desmontando al efecto parte del cerro del castillo de la Concepción; pretensión a la que halló Rojí solución conveniente, aceptada por el municipio y por el Ministerio de la Guerra.

El 19 de diciembre de 1881, al ascender a coronel de Ingenieros por antigüedad, abandonaba la Junta Superior Facultativa del Cuerpo, siendo destinado como jefe de la Comandancia de Ingenieros de la plaza de Barcelona. Fue vocal de la junta encargada de redactar el Memorial de Ingenieros, teniendo a su cargo el examen de las memorias del concurso anual de oficiales de dicho Cuerpo, desde diciembre de 1882 a diciembre de 1883. También fue vocal de la Junta mixta de Artillería e Ingenieros. Posteriormente, volvió a la Junta Superior Facultativa, siendo además jefe del Depósito General Topográfico hasta 1890. Con anterioridad, el 3 de julio de 1884 fue comisionado para el estudio y formación del proyecto del fuerte de San Marcos (Guipúzcoa) y defensa de los puntos inmediatos. En 1887 se le nombraba jefe de la Comisión de defensa del Pirineo Occidental, realizando en el marco de tales comisiones, junto con el teniente coronel de Ingenieros Francisco Roldán, el anteproyecto del fuerte de Guadalupe.

Era destinado al ministerio de la Guerra hasta fin de junio de 1890, en que, con fecha de 28 de junio de ese año, era promovido a general de brigada del Cuerpo. Posteriormente, estuvo destinado en la Comandancia General Subinspección de Burgos hasta 1893, año en el que se le designaba como comandante general de Ingenieros del 6º Cuerpo de Ejército, situación en la que permaneció hasta su pase, en 1898, a la Sección de reserva del Estado Mayor General del Ejército. Permaneció en este destino hasta el 28 de marzo de 1908 en que fallecía.

Además de la Cruz de San Fernando de 1ª clase, por la acción de Pardos, ya citada, poseía la Cruz de Isabel la Católica; Cruz blanca de 3ª clase del Mérito Militar; la Encomienda de número de Isabel la Católica y Gran Cruz de la Real y Militar orden de San Hermenegildo.

 

Obras de ~: Memoria, acerca del horno anular de Hoffman, 1860; “Melilla”, en La Ilustración de Madrid, 1872; Estudios sobre la aplicación del hierro a las construcciones, 1873; Teoremas y problemas de Geometría, 1877; Las clases de tropa en los Ejércitos Europeos, 1880.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exp. personal.

(Estados Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1854-1909; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, M. Tello, 1876; “Necrológicas”, en Memorial de Ingenieros (1909); J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), 63-66 (2001 y 2002); P. I. Sobradiel, La Aljafería, 1800–1900. Las Claves para su recuperación, Zaragoza, Instituto de Estudios Islámicos y del Oriente Próximo, 2009; J. A. Sáez García, Diccionario para sobrevivir en el Fuerte de Guadalupe (Hondarribia), Hondarribia, Fundación Arma Plaza, 2019.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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