Murillo Paz, Fermín. Zaragoza, 4.XI.1934 – Valencia, 29.X.2003. Torero.
Comenzó su andadura taurina en Barcelona, en la cuadrilla juvenil que formó junto a José María Clavel y Enrique Molina. Tras actuar en varias novilladas picadas, la terna se presentó en Madrid con los varilargueros el 19 de marzo de 1952. Con anterioridad a ese festejo, los tres jóvenes toreros ya habían hecho el paseíllo en Las Ventas en dos festejos sin picadores, los días 23 y 30 de junio del año anterior. Tras permanecer varios años en ese escalafón sin mostrar excesivos progresos, al menos en cuanto al número de actuaciones, Murillo tomó la alternativa en Zaragoza el 21 de abril de 1957, de manos de Chicuelo II —que le cedió el toro Bonito, de Eduardo Miura— y en presencia de Jaime Ostos. Confirmó el doctorado en Madrid el 8 de septiembre del mismo año, siendo Mario Carrión y Mariano Martín Carriles el padrino y el testigo, respectivamente, de la ceremonia. El toro de la confirmación se llamó Minerito y pertenecía al hierro de Escudero Calvo, la ganadería que, años después, tanta fama adquiriría en manos de Victorino Martín. Josechu Pérez de Mendoza, que en cuarto lugar rejoneó el novillo Pajarito, de Prieto de la Cal, cortó dos orejas y salió a hombros; Carriles, que también confirmó su doctorado en ese mismo festejo, resultó herido muy grave, lo mismo que el banderillero José Prieto Chaves. También fue cogido Murillo, si bien el pronóstico de su percance fue calificado como leve.
No toreó mucho en los primeros años como matador de toros. En cambio, en 1964, a base de tesón y lucha tenaz, su carrera se vio relanzada, sin duda apoyada en el gran éxito que logró en Madrid el 19 de abril, la tarde de la confirmación de alternativa de El Caracol. Cuando se encontraba en el momento álgido de su carrera, el 16 de octubre de 1966 se retiró en Zaragoza. Regresó a los ruedos en 1970 y se marchó definitivamente en 1972. Su último paseíllo lo hizo el 23 de julio en Barcelona, en un festejo en el que alternó con el rejoneador Álvaro Domecq Romero y los matadores Jaime Ostos y Antonio José Galán.
Según Cossío, que escribió de Murillo en su momento de máximo esplendor, era un torero “valiente y corajudo estoqueador, y a estos méritos hay que acumularle el que es común a cuantos matadores no están encasillados en la categoría de figuras: el de tener que entendérselas habitualmente con corridas cuajadas”.
Bibl.: Barico (seud.), “La corrida del domingo”, en la revista El Ruedo (Madrid, Prensa del Movimiento), n.º 690 (12 de septiembre de 1957); J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. IV, Madrid, Espasa Calpe, 1961, págs. 598-599, y vol. VI, 1981, págs. 162-163; F. Mendoza, Fermín Murillo. Biografía del torero de Zaragoza, Zaragoza, Semanario Equipo, 1962; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; J. L. Suárez-Guanes, Madrid-cátedra del toreo (1931-1990), Madrid, Espasa Calpe, 1990; C. Abella, Historia del toreo, vol. II, Madrid, Alianza Editorial, 1992, págs. 302-303; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.); J. M. Sotomayor, “Relación de las corridas de toros, novilladas con picadores y festejos de rejones celebrados en la Plaza Monumental de las Ventas de Madrid (17 de junio de 1931-23 de octubre de 2005)”, en VV. AA., Las Ventas. 75 años de historia, Madrid, Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, 2006.
José Luis Ramón Carrión
