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Alfonso Cela Villeíto

Biografía

Cela Villeíto, Alfonso. Celita. San Vicente de Carracedo (Lugo), 11.VII.1886 – Madrid, 26.II.1932. Torero.

Tras actuar en varias novilladas en los pueblos de Castilla, Celita se presentó en Madrid en 1909, en la plaza de Tetuán de las Victorias. En ese festejo se ganó una nueva actuación, en esta ocasión en otra plaza de la capital, la del entonces pueblo de Carabanchel. Un segundo éxito que le valió para que el 2 de febrero del año siguiente le contrataran en Madrid. Víctor Pérez López resume así cómo toreó aquel día: “Celita se mostró voluntarioso con el tercero, mató de buena estocada y ovación. En el sexto toreó con menos quietud, mató de estocada caída y dos descabellos, muchas palmas”. El 10 de julio de ese mismo año actuó en Madrid como sobresaliente de espada en una corrida en la que Manuel Mejías Bienvenida iba a lidiar seis toros en solitario. Cogido el matador, Celita tuvo que estoquear cuatro, cosa que hizo con tanto éxito que se convirtió en un novillero de primera fila, lo que le permitió torear veinticinco festejos ese año.

Tomó la alternativa el 15 de septiembre de 1912, en La Coruña, de manos de Bienvenida. Confirmó el doctorado en Madrid una semana después, el día 22. Agustín García, Malla, le cedió la muerte del toro Primavera, de Rafael Surga, en presencia de Paco Madrid.

El 1 de mayo del año siguiente obtuvo un nuevo triunfo en Madrid, y otro más el 12 de julio de 1914 en Barcelona. Así reseñó esa corrida el crítico Don Quijote: “¡Triunfo estupendo! Fue aquélla una de esas corridas de fortuna en que llega a parecer imposible —e imposible llega a resultar— que nada salga mal. El artista, tocado de la gracia, se supera, y consigue fundir, equiparar y hacer una sola cosa de su intención y del resultado de sus intentos. Aquella tarde, sobre culminar y consolidarse para siempre su prestigio de matador excelso, Celita hizo lo que nunca había hecho y nunca habría de volver a hacer, por lo menos en tan abundancia de detalles, como lidiador completo. Fue una de las corridas más gloriosas que yo he presenciado; una de las que más grabadas han quedado en mi recuerdo, y, desde luego, el florón más alto de la ejecutoría del buen torero gallego. [...] Mató los seis toros de seis estocadas y dos pinchazos, y las ocho veces pinchó en la cruz. De las ocho veces, siete entró a volapié neto, purísimo, recto”.

Siguió toreando en los años siguientes, hasta retirarse en Madrid el 25 de junio de 1922. Los toros fueron de la ganadería de Antonio Pérez de San Fernando, y el último que lidió en su vida se llamaba Catalán. Según Cossío, Celita “fue un hombre bonísimo, de muy clara inteligencia, de extremada modestia, cariñoso, de amistades íntimas invariables, querido de todos”. En el recuerdo ha quedado como un estoqueador excelente y también como uno de los pocos toreros gallegos de la historia.

 

Bibl.: T. Orts Ramos, Alfonso Cela, Celita, Barcelona, Los Reyes del Toreo, s. f.; J. Brasa, El torero gallego Celita, pról. de R. Fernández Mato, Madrid, Imprenta de Juan Pueyo, [1919]; Don Quijote (J. Díaz de Quijano), en La Fiesta brava (Barcelona), n.º 264 (1932); J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1943; Don Ventura (V. Bagués), Historia de los matadores de toros, Barcelona, Imprenta Castells-Bonet, 1943 (ed. Barcelona, De Gassó Hermanos, 1970); F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; D. Tapia, Historia del toreo, Madrid, Alianza Editorial, 1992; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.); V. Pérez López, Anales de la plaza de toros de Madrid (1901-1934), t. II, vol. 3, Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 2006.

 

José Luis Ramón Carrión