Besalduch Ballester, Fernandina. Cervera del Maestre (Castellón), 17.XI.1891 – Benicasim (Castellón), 13.VIII.1936. Religiosa Hermana de Nuestra Señora de la Consolación, mártir y sierva de Dios.
En Cervera del Maestre (Castellón), pintoresco pueblo del Maestrazgo, nace Fernandina Besalduch Ballester, el 17 de noviembre de 1891. Sus padres, Tomás Besalduch y Fernanda Ballester, son labradores. Un hogar cristiano con seis hijas y dos hijos.
El 6 de marzo de 1916 ingresa Fernandina en el noviciado de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación. Los superiores ven en ella aptitudes de educadora. Será una gran pedagoga que dedicará todas sus energías a la formación cristiana de los niños y niñas en el Colegio de la Consolación de Burriana (Castellón). Aquí permanecerá por espacio de catorce años, conjugando la docencia con la secretaría de la comunidad y otras tareas para las que siempre estaba disponible.
Fernandina, con una rica personalidad, enérgica y bondadosa, dejó una huella profunda en quienes pasaron por su clase en el colegio de Burriana. La califican de “excelente parvulista, con verdadera pasión por los niños”.
El año 1936 está lleno de interrogantes e inquietudes, también en Burriana. La situación nacional se presenta tensa. Las hermanas del Colegio de la Consolación, donde está Fernandina, tienen que salir de su comunidad. Enfrente está la vivienda de los Enrique Planelles y los Enrique Tarancón. A las casas de estas familias pasan a dormir por las noches las hermanas de la comunidad, como lugar más seguro, cuando la situación se agrava.
El 13 de agosto de 1936, Fernandina, vestida de seglar, sale en dirección a Castellón. Le acompaña Juan Bautista Enrique, primo hermano del futuro cardenal Tarancón. Desde San Mateo (Castellón), Benjamín Jovaní y su hermana Amparo salen a su encuentro para recoger a Fernandina y acercarla a su pueblo natal, Cervera del Maestre. Al llegar a Castellón son reconocidos, detenidos y conducidos al palacio episcopal, convertido en cárcel. A Fernandina le abren la maleta. Lleva un crucifijo, un rosario y algunos libros de piedad. Le preguntan si es religiosa a lo que responde: “Sí, soy religiosa, pero este señor es padre de familia y trabajador. ¡Déjenlo marchar!”. Detienen a Fernandina por ser religiosa y la llevan hacia Benicasim.
Los hermanos Jovaní presencian el fusilamiento. En plena carretera real —de Castellón a Benicasim—, junto a la cuneta, en una viña propiedad de un señor apodado el Sucrer, “le dispararon y cayó al suelo en la cuneta. Pero no murió en el acto. Le taparon la cara y se pusieron a comer uva tranquilamente. Después le dieron algún tiro más para matarla”. Era el 13 de agosto de 1936 y Fernandina tenía cuarenta y cuatro años.
Durante el generalato de madre Rosario Cobo (en octubre de 1997), se inicia el proceso de beatificación y canonización de las hermanas mártires de la congregación de Nuestra Señora de la Consolación, ente ellas Fernandina Besalduch Ballester. En la catedral de Segorbe, el 30 de abril de 1998, tiene lugar la apertura de la causa de canonización de los siervos de Dios monseñor. Miguel Serra Sucarrats, obispo de Segorbe, y compañeros mártires. Entre ellos está Fernandina Besalduch. Y, el 29 de septiembre de 2001, en la santa iglesia concatedral de Santa María de la Asunción de Castellón de la Plana, se procede a la clausura del proceso diocesano sobre la causa de beatificación y canonización de los siervos de Dios Miguel Serra Sucarrats, obispo, y compañeros.
Bibl.: A. Montero Moreno, Historia de la persecución religiosa en España, 1936-1939, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1961, pág. 782; M.ª E. Casaus Cascán, Hasta dar la vida, Madrid, Hermanas Ntra. Sra. de la Consolación, 1999, págs. 27-46.
María Esperanza Casaus Cascán
