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Beato Tobías Borrás

Biografía

Borrás Romeu, Francisco. Tobías. San Jorge (Castellón), 14.IV.1861 – Vinaroz (Castellón), 11.II.1937. Religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OH), mártir, beato.

Fueron sus padres Francisco Borrás Agramunt y Modesta Romeu Esteller, matrimonio humilde, muy unido y rico en piedad y buenas costumbres. Fue bautizado en la parroquia de San Jaime, con el nombre de Francisco. El ejemplo de sus padres influyó en su vida y conducta. Se hallaba muy unido a ellos, tanto que, por darles gusto y no dejarlos, decidió a los veintitrés años contraer matrimonio, a pesar de que su inclinación era más hacia el estado religioso. Se casó con Josefa Ferrer Rochera, mujer muy virtuosa, “una verdadera santa”. Recién casados, los dos esposos fueron atacados por la epidemia de cólera (1885- 1886) y murió la joven Josefa. Libre de compromisos, Francisco ingresó en Ciempozuelos con los hermanos de San Juan de Dios, en el mes de marzo de 1887.

Abrazó su nueva vida con entusiasmo, encontrando en ella la respuesta que sus sentimientos requerían; su vocación había encontrado el lugar adecuado. Se sentía feliz e ilusionado. El 15 de agosto recibió el hábito religioso y cambió el nombre de Francisco por el de fray Tobías. Un año después, el 2 de septiembre de 1888, emitió la profesión de los votos temporales, y los solemnes el 24 de diciembre de 1893.

Gran conocedor del campo, “labores agrícolas y huerta, de las que era verdadero técnico”, estuvo encargado durante años de los servicios de labranza de las tierras que tenía el Sanatorio Psiquiátrico de Ciempozuelos, preocupándose con gran celo de las tierras productivas, pero no menos de los enfermos que trabajaban allí como laborterapia, “siendo inmenso el bien que hacía a la sección de enfermos que dirigía en estas labores y que le querían con cariño y afecto entrañables”. La misma solícita función cumplió, durante no menos tiempo, en el hospital para epilépticos de la casa de Carabanchel Alto, donde las numerosas tierras eran el apoyo para el mantenimiento de los enfermos y la comunidad. En 1904 estuvo destinado como limosnero en la casa de Granada para trabajar en favor de los niños pobres y huérfanos, afectos de escrofulosis y enfermedades óseas; su sencillez, candidez y solicitud le granjearon las simpatías de la gente, que le veneraba muchísimo pues “dejó una estela merecida de virtud y santidad”. Al quedar arrestados los hermanos de la comunidad de Ciempozuelos, 7 de agosto de 1936, fray Tobías quiso unirse a ellos y seguirles por propia voluntad y decisión. “El comité rojo del sanatorio, valorando las cualidades del Hermano Tobías, le forzó cuanto pudo a quedarse llevando la dirección de cuanto se refería al campo, huertas, bodegas, etc., con toda clase de promesas.

Pero el buen Hermano cerró los oídos a todos los halagos y escogió seguir a la comunidad.” Ya en la cárcel de San Antón de Madrid, se mantuvo sereno y su mirada elevada al cielo, soportando las penalidades.

Inesperadamente, el 2 de noviembre lo pusieron en libertad, debido sin duda a sus muchos años y achaques. Llegado fray Tobías a Valencia, se dirigió al asilo de San Juan de Dios, en La Malvarrosa, para refugiarse allí con los hermanos, pero se encontró que la comunidad había sido asesinada y el hermoso sanatorio estaba ocupado. Al día siguiente, acompañado de sus sobrinos Vicente y Francisco, salió a la carretera, a las afueras del pueblo, donde un coche debía recogerlo para llevarlo a la estación del ferrocarril en Vinaroz.

Pero antes de llegar a la estación, a la altura del kilómetro 7 de la carretera de Vinaroz, lo asesinaron junto con otras dos personas. Asesinado el 11 de febrero de 1937 en Vinaroz, fue sepultado después en la fosa común del cementerio de esa misma localidad. Tobías Borrás tenía al morir setenta y cinco años de edad y cuarenta y nueve como hospitalario.

Abierta su causa de muerte como martirio en la curia diocesana de Madrid (1952) y aprobada en Roma el 14 de mayo de 1991, fue beatificado el 25 de octubre de 1992 por el papa Juan Pablo II. Su fiesta litúrgica se celebra el 30 de julio como Mártires de la Hospitalidad.

 

Bibl.: O. Marcos Bueno, Violencias, profanaciones y asesinatos cometidos por los marxistas en los Establecimientos de San Juan de Dios: Ciempozuelos, Carabanchel Alto y Talavera de la Reina, Palencia, Editorial Hospitalaria, 1938; R. M. Saucedo Cabanillas, “Hasta el Cielo”. Biografía y martirio de 54 Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, Madrid, ARGES, 1952; O. Marcos Bueno, Testimonio Martirial de los Hermanos de San Juan de Dios en los días de la persecución religiosa española, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1980; F. Lizaso Berrute, Testigos de la misericordia hasta el martirio, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1992.

 

José Luis Martínez Gil, OH

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