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Jimena Díaz

Biografía

Díaz, Jimena. Doña Jimena. ?, m. s. XI – San Pedro de Cardeña (Burgos), c. 1113. Dama noble, esposa del Cid Campeador.

La biografía del Cid, conocida como Historia Roderici, presenta así el matrimonio que hacia julio de 1074 contrajo el Campeador con la asturiana Jimena Díaz: “[Alfonso VI] le dio como esposa a doña Jimena, su sobrina, hija de Diego, el conde de Oviedo, de la cual tuvo hijos e hijas”. Se trataba de un enlace sumamente enaltecedor para el infanzón de Vivar del Cid, ya que el Rey no sólo le daba como esposa a una hija de la primera nobleza del reino, como era el padre de Doña Jimena, el conde de Oviedo, sino que venía a emparentarlo con la propia realeza leonesa, ya que Doña Jimena es calificada como sobrina de Alfonso VI. Con la palabra neptem o sobrina no se indica necesariamente que Doña Jimena fuera hija de un hermano o una hermana del Rey; podía serlo muy bien de un primo o prima carnal del Monarca y éste era el caso de Doña Jimena. Hija de Cristina (nombre que Doña Jimena impuso a una de sus hijas), que a su vez era nieta, como Alfonso VI, del rey leonés Alfonso V (999-1028). La abuela materna de Doña Jimena había sido otra Jimena, hija de Alfonso V y de su segunda esposa, la pamplonesa Urraca, hermana de Sancho III de Navarra y nieta de la leonesa Jimena. El padre de Doña Jimena, de nombre Diego, era conde de Asturias o de Oviedo; dignidad que ostentaron sucesivamente sus dos hijos, Rodrigo y Fernando Díaz.

La identidad de Doña Jimena queda así firmemente establecida, debiendo desecharse todas las leyendas y fábulas forjadas por los juglares en torno a unas supuestas Mocedades del Cid con un inexistente conde Gómez, que muere a manos del Cid, y la exigencia matrimonial de Doña Jimena ante el rey Alfonso VI.

Por la carta de arras fechada en 19 de julio de 1074, Rodrigo otorgó a Doña Jimena una dote, que según fuero de León, alcanzaba la mitad de los bienes del esposo; la dote de Doña Jimena consistió en tres villas o lugares íntegros y en diversas heredades en otras treinta y cuatro villas; en el mismo documento ambos contrayentes se nombran uno a otro herederos universales de todos sus bienes, que sólo pasarán a sus hijos después de la muerte de ambos esposos. En la primavera del año 1075, Jimena y Rodrigo se encuentran en Asturias, en la tierra de la esposa, donde el Campeador intervino como juez designado por el Rey en unos importantes litigios Desterrado el Cid en 1081, es muy posible que Doña Jimena no lo acompañase en un primer momento, pero no es admisible que se fuera a vivir a Cardeña, ya que seguía dueña de todos sus bienes dotales, y contaba también con el apoyo de su padre y sus hermanos, condes de Asturias. En el segundo destierro fue apresada con sus hijos por Alfonso VI, que ante los requerimientos del Cid, los puso en libertad y permitió que se unieran a su esposo y padre en el destierro.

Muerto el Cid en 1099, Doña Jimena quedó como dueña y señora de la ciudad de Valencia y de las tierras controladas por Rodrigo Díaz, con la eficaz mesnada cidiana a su servicio. En Valencia tuvo que resistir el prolongado asedio del ejército africano almorávide desde agosto de 1001 hasta marzo de 1002; ante la persistencia del mismo, Doña Jimena solicitó el auxilio de Alfonso VI, que acudió a su llamada con todo su ejército, obligando a retirarse a los sitiadores. Tras un mes de presencia en Valencia y su comarca, ante las dificultades de mantener una plaza tan alejada de Castilla, el rey dispuso en mayo de 1102 la evacuación de la ciudad. Al abandonar Valencia, Doña Jimena llevó consigo los restos del Cid, depositándolos en el monasterio de Cardeña. Viuda del Campeador debió vivir Doña Jimena unos años, más allá de 1113 en que enajena ciertas heredades.

 

Bibl.: R. Menéndez Pidal, La España del Cid, Madrid, Espasa Calpe, 1969; VV. AA. (ed.), Historia Latina de Rodrigo Díaz de Vivar, Burgos, Instituto Municipal de Cultura, 1999; G. Martínez Díez, El Cid Histórico, Barcelona, Planeta, 1999.

 

Gonzalo Martínez Diez, SI

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