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Ramiro Sánchez de Asiain

Biografía

Sánchez de Asiaín, Ramiro. Navarra, s. xiv – Tafalla (Navarra), I.1380. Ricohombre de Navarra.

Miembro de un linaje oriundo de la Cuenca de Pamplona, su elevada posición en el entramado sociopolítico quedó asegurada gracias al prestigio conseguido por sus parientes de la generación precedente. No en vano debe distinguirse de su homónimo Ramiro Sánchez de Asiaín, ricohombre desde 1341 y muerto en 1347, hermano del obispo de Pamplona Miguel Sánchez de Asiaín y del ricohombre Fernando Gil de Asiaín.

Ramiro Sánchez, señor de Asiaín, era hijo del caballero Sancho Ramírez de Asiaín. Destacó pronto por su formación militar, decisiva en la consolidación de su carrera, y ya en 1342 era mesnadero en la merindad de las Montañas. Participó en la expedición a Normandía de 1355 al mando de once hombres de armas y sesenta a pie, y en reconocimiento a sus servicios Carlos II le nombró ricohombre el 25 de octubre.

Una vez instalado en la cúspide de la sociedad navarra siguió acumulando méritos a su currículum militar. Entre 1360 y 1361 ejerció la alcaidía de la torre de Echarri-Aranaz y poco después se involucró en los conflictos peninsulares. En agosto de 1362, junto con su hermano Tello, acompañó al infante Luis de Beaumont a vigilar la frontera de Sangüesa después de la intervención armada en Aragón, y en 1363 participó en la expedición a Murviedro contra Pedro IV el Ceremonioso. En 1364, quizá por última vez, integró el contingente dirigido por el alférez de Navarra rumbo a Normandía con una compañía propia de cuarenta hombres de armas. Ante la magnitud que tomaba la guerra civil castellana, desde 1366 mantuvo a sus hombres en las fronteras del Reino. La reina Juana le encomendó la jefatura de la merindad de las Montañas en 1371 y con ello la guarda de los castillos de Gorriti e Irurita durante poco más de un año.

En una de sus expediciones militares a Normandía pudo fraguarse su matrimonio con Juana Enríquez de Lacarra, hija del alférez Juan Enríquez de Lacarra, poderosa casa ultraportana de ascendencia real. Para 1359 la pareja había contraído matrimonio y Juana Enríquez, señora de Asiaín, recibía en nombre de su marido el pago de unas caballerías. A la muerte del alférez, el 3 de mayo de 1368, la hija heredó el señorío de Lacarra, si bien Ramiro Sánchez de Asiaín no llegó a utilizar tan vistoso título. Para 1377 ambos habían vendido sus señoríos de Mendinueta y Arruazu al desafortunado Rodrigo de Úriz.

Según la Crónica de García López de Roncesvalles, Ramiro Sánchez de Asiaín debió de trasladarse a Castilla al igual que había hecho Juan Ramírez de Arellano, pero para 1378 estaba en el Reino y participaba con veinte hombres de armas en las revistas de Pamplona y Olite de mayo y julio. Poco después, sus erráticas decisiones terminaron con su prestigiosa trayectoria al servicio de Carlos II. Todo comenzó a raíz de la invasión castellana. La tibieza del señor de Asiaín y de sus parientes en la defensa del Reino debió de molestar profundamente al Monarca. Con todo, el 29 de julio de 1379 Ramiro Sánchez de Asiaín y Ochoa de Urtubia, en representación de otros veinte grandes nobles navarros, ratificaron el Tratado de Briones, firmado el 31 de marzo por Carlos II y el infante Juan de Castilla.

En esas circunstancias, Arnalt Remon, señor de Came e hijo del señor de Agramont, desafió al señor de Asiaín por cuestiones relacionadas con la persona de Carlos II. Ambos comparecieron ante el Monarca y el alcalde del mercado en las Cortes de Pamplona, donde se les concedió día para la celebración de un duelo judicial en el castillo de la ciudad. Llegado el día se suspendió el combate a súplica de los estamentos.

Los desafiados fueron separados y custodiados a la espera de la decisión regia, y Ramiro Sánchez ingresó en el castillo de Tafalla. Para el 5 de septiembre el Rey había ordenado la confiscación de sus bienes, la custodia de su torre de Arruazu y la destrucción del palacio de Asiaín. En su presidio, Ramiro Sánchez convenció a cuatro agentes para apresar al alcaide y tomar la fortaleza de Tafalla, pero al cabo de tres días fueron reducidos tras el arrepentimiento de uno de los rebeldes, que traicionó a los suyos. Acusados de cometer crimen de lesa majestad, murieron decapitados en enero de 1380 en el mismo lugar de su rebeldía.

El resto de las propiedades de Ramiro Sánchez, señor de Asiaín, fueron confiscadas durante 1380, y el 30 de diciembre de 1381 Carlos II las cedió a su sobrino Carlos de Beaumont, alférez de Navarra. La viuda Juana Enríquez sólo pudo retener parte de las rentas de Asiaín, pero conservó su señorío de Lacarra como confirman noticias de 1393. Sus hijos, Martín y Beltrán, mantuvieron el apellido materno, quizá debido a su mayor prosapia y a la ignominia del paterno.

 

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Félix Segura Urra