Atarrabia, Pedro de. Pedro de Navarra. Navarra, ú. t. s. XIII – 1346. Franciscano (OFM), doctor en Teología.
También llamado Pedro de Navarra, figura en algunos de sus escritos como “doctor fundatus”. En razón de su apellido toponímico algunos le han supuesto oriundo de la villa navarra de Villava (Atarrabia).
Se desconoce el lugar y fecha de su ingreso en la Orden franciscana, así como la realización de sus primeros estudios. Informaciones parciales permiten situar su formación en Teología en París, donde habría coincidido con el maestro Duns Escoto. A través de un discípulo suyo, recibió su doctrina teológica, que impregna toda su obra.
De vuelta a España, en el Capítulo celebrado en Tarragona en 1317, Pedro de Atarrabia fue nombrado ministro provincial de Aragón. El monarca aragonés Jaime II se entrevistó con él en varias ocasiones por cuestiones relacionadas con los bienes de los franciscanos y la organización de la provincia.
El navarro pretendía integrar el convento de Tarazona en la custodia de Navarra y colocar frailes navarros en algunas casas de Aragón, en contra del parecer de muchos franciscanos aragoneses. Al terminar su preceptivo trienio de gobierno, el Capítulo celebrado en Jaca en 1320 cesó a Pedro de Atarrabia como provincial y nombró a fray Arnaldo de Canellas en su lugar.
Pedro de Atarrabia debió de trasladarse inmediatamente a París. Allí se encontraba cuando un italiano copió antes de 1321 los sermones de varios predicadores, incluido el suyo, recitados en honor de san Luis, recientemente canonizado. En su estancia parisina compuso su comentario al libro primero de las Sentencias de Pedro Lombardo, obra que permite incluirlo en la prolija generación de escritores franciscanos de la primera mitad del siglo xiv. De filiación doctrinal escotista, su comentario se ajustaba al plan seguido por Escoto en su Opus Oxoniense, aunque también recogía la influencia de otros franciscanos como Ricardo de Mediavilla, y en menor medida Pedro Aureolo, Anfredo Gontero, Landulfo Caracciolo, Hugo de Novo Castro y Juan de Bassolis. Además se le atribuyen varias Cuestiones preparadas para la obtención del título de maestro.
Pedro de Atarrabia, doctor en Teología, debió de ser elegido nuevamente provincial de Aragón hacia 1323, para otro trienio, pues efectivamente disfrutaba del cargo en 1325, según certifica una carta del pontífice Juan XXII al general de la Orden.
Terminado su mandato al frente de la provincia franciscana se retiró a Navarra, donde su prestigio personal y experiencia diplomática le depararon nuevos cometidos, esta vez en una sociedad convulsa tras la muerte de Carlos el Calvo, último monarca Capeto.
Las Cortes convocadas para el 1 de mayo de 1328 en Pamplona habían elegido como candidata al trono a Juana, casada con el conde Felipe de Evreux. El 4 de mayo, la misma asamblea nombró a Pedro de Atarrabia y al dominico Ochoa de Salinas embajadores para trasladarse a París y comunicar a los pretendientes su designación regia. El 7 de mayo partieron rumbo a Francia y regresaron para el verano, cuando se convocó a las Cortes para dar a conocer el contenido de las cartas portadas por los embajadores. En los meses sucesivos Pedro de Atarrabia participó en diversas reuniones con las fuerzas sociales y, después de la coronación, asesoró a los nuevos monarcas en asuntos delicados, como la acuñación de nueva moneda.
La confianza mostrada en él por los estamentos y sus repetidos contactos con los Reyes, además de sus conocimientos sobre las disposiciones forales, convirtieron a Pedro de Atarrabia en la persona adecuada para coordinar la principal operación legislativa del reinado, el Amejoramiento del Fuero. Los trabajos se iniciaron por deseo expreso de Felipe de Evreux, a solicitud de su círculo más próximo de juristas. Pronto comenzó la colaboración entre el franciscano y los alcaldes de Cort, que contaron con el asesoramiento de los hombres más conspicuos de la sociedad navarra.
Una vez aprobado el Amejoramiento el 10 de septiembre de 1330, Pedro de Atarrabia y su equipo prosiguieron con el examen de los fueros de las buenas villas. Finalmente, el proyecto quedó reducido a la transcripción de las versiones forales más importantes y a la derogación y aprobación de un grupo de preceptos, los fueros nuevos, como consta en las reuniones de Cortes de 1331, 1333 y 1342.
Entre tanto, Pedro de Atarrabia había asistido en 1331 al Capítulo General de la Orden franciscana celebrado en Perpiñán. Para entonces disfrutaba de un dono vitalicio de veinte libras anuales, asignado por Felipe de Evreux el 7 de diciembre de 1329 y aumentado en 10 libras el 18 de septiembre de 1331. El último pago se efectuó en 1346, año probable de su muerte. Dos años después, en 1348, el gobernador de Navarra concedía al franciscano García de Atarrabia cien sueldos de gracia especial en agradecimiento por los servicios prestados por su tío el maestro Pedro de Atarrabia.
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Félix Segura Urra