Aragón, Blanca de. ?, 1302 – Barcelona, 1348. Infanta de Aragón, religiosa cisterciense (OCist.), priora.
Era hija de Jaime II, rey de Aragón, y de Blanca de Anjou. Martínez Ferrando, su principal biógrafo, nada nos dice de la fecha y el lugar de nacimiento. Se trata ante un personaje frágil y desequilibrado, en el que confluyeron la mala salud, el temperamento inestable y un carácter fuerte, independiente, que a menudo le llevaba a desobedecer las órdenes de su padre, con los consiguientes disgustos para éste y la necesidad de tenerla más controlada. Estos arrebatos sin duda eran consecuencia de los forzados destinos a los que se vieron sometidos los hijos de Jaime II, que en este caso también fue la vida monástica, a la que fue consagrada siendo niña, y a los cinco años fue llevada con su hermana María al monasterio pirenaico de Sijena. En alguna ocasión residieron en el antiguo palacio árabe de Huesca, la Çuda.
En el verano de 1310 doña Blanca profesó sus votos en la catedral de Tarragona, a la edad de ocho años, con asistencia de sus padres, de la corte y de altas dignidades civiles y eclesiásticas. Es dudoso que la infanta captara el significado de aquella ceremonia que iba a sellar su futuro, y hablar de vocación es impensable en una niña de ocho años. En 1314 parece que don Jaime concibió el proyecto de casarla con Luis I de Navarra, pero no se pudo hacer nada, ya que doña Blanca tenía los votos hechos.
Su educación transcurrió en Sijena con sus ayas y doncellas, bajo el control de la priora Teresa Jiménez de Urrea, aunque en jerarquía estaba por debajo de la hija del rey. La priora velaba por la salud física y financiera de la infanta, controlando sus rentas en Aragón y sus enfermedades, muy frecuentes. A pesar de los roces entre ambas mujeres, provocados por el voluble carácter de la infanta, a la priora le interesaba mantener una actitud prudente, ya que el monasterio se beneficiaba de numerosas rentas y privilegios reales.
En octubre de 1313 doña Blanca estuvo en Barcelona en la boda de su hermana doña Isabel.
Doña Blanca tuvo que contener su impaciencia para suceder a doña Teresa de Urrea como priora del cenobio, lo que hizo tras su fallecimiento, por concesión papal en el verano de 1321, con gran alegría de su padre, que se proponía ejercer un control directo sobre su hija y el monasterio, como así hizo, y ello puede verse en las continuas injerencias del monarca en el devenir del cenobio, desde la aprobación de sus ordenanzas a la gestión financiera del mismo, quizá porque no confiara en la capacidad gestora de su hija y temiera abusos o negligencias.
Su temperamento vehemente la llevó a intervenir en varias ocasiones en disputas familiares de personajes ajenos al monasterio, provocando el enfado de su padre, si bien el suceso más extraño y truculento de su confusa vida tuvo lugar en 1335, ya muerto Jaime II, cuando una noche sacó ocultamente del sarcófago de la catedral de Tarragona, donde estaba enterrado, el cadáver de su querido hermano, el infante don Juan, que fue arzobispo de Toledo, y se lo llevó al monasterio de Sijena, donde lo hizo enterrar en una fosa. Su hermano, el rey Alfonso IV, al enterarse de tan macabro episodio, experimentó una gran conmoción y ordenó a su hermano, el infante Pedro, que con la mayor discreción, para evitar escándalos, trasladara de nuevo el cuerpo del arzobispo a Tarragona.
El temor a enfermar fue la posible razón por la que doña Blanca abandonó Sijena en 1336 para ir con su hermana doña María a Zaragoza a la coronación de su sobrino, Pedro IV, y luego a Valencia, de mejor clima, donde quiso ingresar en las clarisas, sin conseguirlo (1337), y allí tuvieron que acudir sus religiosas a suplicarle que regresara, dado el estado de abandono en que había quedado Sijena, lo que hizo por poco tiempo gracias a la intervención del rey. Acabó renunciando al priorato y ambas hermanas partieron hacia Barcelona, donde debió morir en 1348.
Bibl.: H. Finke, Acta Aragonensia, 3 vols, Continuación a las Spanische Forschungen (Nachträge und Ergänzungen zu den Acta Aragonensia), vols. IV y VII, Berlin-Leipzig, Dr. Walther Rothschild, 1908-1922; M. Jiménez Soler, Don Juan Manuel (Biografía y estudio crítico), Zaragoza, Real Academia Española, 1932; J. E. Martínez Ferrando, Jaime II. Su vida familiar, Barcelona, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Escuela de Estudios Medievales, 1948; J. E. Martínez Ferrando, Els fills de Jaime II, Barcelona, Aymà, 1950; Jaime II o el seny català. Alfons el Benigne, Barcelona, Aedos, 1956; Á. Masiá de Ros, Relación castellanoaragonesa desde Jaime II a Pedro el Ceremonioso, Madrid, CSIC, 1994; J. Hinojosa Montalvo, Jaime II y la expansión de la Corona de Aragón, Madrid, Editorial Nerea, 2005.
José Hinojosa Montalvo
