Díaz Pimienta, Juan. Amberes (Bélgica), s. m. s. XVII – Hostalrich (Gerona), 1719. Coronel e ingeniero en jefe.
Hijo, probablemente, del maestre de campo del Tercio de Valladolid, don Francisco Díaz Pimienta, ejerció como ingeniero en Flandes. Uno de sus primeros trabajos fue en Mons, plaza fuertemente fortificada, a las órdenes del entonces ingeniero mayor de los reinos de Flandes, D. Jorge Próspero de Verboom, quien, en 1698, informaba sobre las obras que debían ser realizadas para su mejora.
El recrudecimiento de las campañas bélicas en 1704, en el desarrollo de la Guerra de Sucesión española, obligó a Jorge Próspero a centrar su actividad de nuevo en las funciones propias de la guerra, es decir, en labores de carácter básicamente táctico y poliorcético. Sin embargo, la necesidad de reforzar la seguridad de las plazas estratégicas flamencas llevó a iniciar intensos trabajos de fortificación en ciudades como Bruselas (sede del Gobierno del elector de Baviera), Namur y Amberes. En esta última plaza, Verboom desarrolló una labor técnica sustancial, ayudado por, entre otros, Juan Díaz Pimienta, realizando un trabajo de carácter jurídico-administrativo trascendental ante los magistrados de la ciudad, para el buen desenvolvimiento de las obras. Por otro lado, Namur constituía uno de los enclaves fronterizos más destacados de la zona y, aunque Vauban proyectó en 1703 algunas reformas para sus defensas, el francés opinaba que las propuestas de Díaz Pimienta eran más apropiadas que las suyas. Ambos trabajaron también conjuntamente en un plan de mejora de las fortificaciones de Brujas, entre grandes problemas de escasez de personal para llevar a cabo las intervenciones.
En abril de 1705 escribía Pimienta desde Luxemburgo al duque de Berwick sobre las obras realizadas bajo su dirección, en Martelange, Arlón y en el castillo de La Roche. En primer lugar, daba cuenta de las realizadas en La Roche, donde hizo un proyecto de almacenes subterráneos, y, sobre el puente de Martelange, señalaba que necesitaba una arcada más, dibujando un plano del nuevo y antiguo puente. En cuanto a las fortificaciones de Arlón, significaba en su carta que fueron reparadas las brechas en la zona de Capuchinos, en los parapetos y dentro de la ciudad. Prometía enviar los planos de La Roche, Arlón y Luxemburgo “que los he levantado ya”. Terminaba Pimienta su informe diciendo “se digne de dar orden al sor. Intendente para que se me pague mi aloxamiento desde que llegué aquí, como V.E. me lo a prometido… Luzembourg 13 de abril 1705”.
En Namur y Amberes, las plazas estratégicamente más importantes de Flandes, trabajaron numerosos ingenieros españoles, todos ellos bajo la dirección de D. Jorge Próspero de Verboom. Allí trabajaría el ingeniero Pimienta, como se ha señalado anteriormente, restaurando las obras de fortificación, además de las anteriores, de la plaza de Amberes y reconstruyendo los fuertes de Dam y Austruwel. En Namur también trabajaron Verboom y Pimienta desde 1702, año en el que fueron casi paralizados los trabajos de Amberes para realizar los de Namur, donde se materializó un plan de reforma de sus fortificaciones, denominado Etat des Reparations et redressement a faire aux fortifications de la ville et Chateau de Namur. Estas obras duraron hasta 1706.
Terminada la Guerra de Sucesión española en el teatro de operaciones de Flandes, Díaz Pimienta fue uno de los ingenieros que fueron a España en 1709 (vino en el segundo grupo de ingenieros llegados de Flandes y en el que solo había dos españoles, José Gayoso y él), llamados por el ingeniero general Verboom para formar parte del Cuerpo de Ingenieros, que se crearía en 1711. Sin embargo, no fue incluido en la primera relación de ingenieros pertenecientes al Cuerpo recién constituido. Al respecto, Verboom, en julio de 1711, escribía “que por hallarse prisionero [Díaz Pimienta] en Cataluña cuando se hizo el Reglamento provisional y no fue comprendido, que se le incluya y pueda ejercer su empleo”. En enero de este último año, escribía desde Barcelona, señalando la miseria en la que se hallaba al no cumplirse las promesas que le hicieron sobre socorros monetarios. Decía que había dejado a su familia en Flandes y que hacía más de seis meses que no tenía noticias de ella.
Asistió al sitio de Barcelona desde su inicio, pues en carta que escribía desde Lérida a Verboom el 19 de julio de 1713, anunciaba su partida para el día siguiente con objeto de incorporarse al ejército de sitio y, el 29 de agosto del mismo año, hay otra comunicación suya acerca de una disputa que había tenido con un comisario de artillería.
Murió siendo coronel e ingeniero en jefe, en un reconocimiento sobre Hostalrich en 1719, cuando se produjo la ruptura de hostilidades con Francia y la penetración de sus tropas desde el Rosellón bajo el mando de Berwick, lo que había ocasionado la ocupación de la fortaleza por una columna francesa, que había entrado en España por el Ampurdán.
Fuentes y bibl.: Archivo de Simancas, Exps. Personales.
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Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño