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Pablo Chaix

Biografía

Chaix, Pablo. ¿Cádiz?, p. m. s. xviii – París (Francia), p. m. s. xix. Hombre de negocios, comerciante y diplomático.

Su trayectoria biográfica fue la propia de un mercader que asciende a hombre de negocios y diplomático viajero. Comerciante de origen francés afincado en Cádiz, hay indicios de que nació en esta ciudad, descendiente de una dinastía de negociantes francoflamenca.

En sus comienzos en el mundo mercantil trabajó como escribiente de la casa de negocios de dicha ciudad, Cancel, Pache y Silvestre, dedicada a las finanzas con París y a importar mercancías textiles desde Gante y otras ciudades del sur de los Países Bajos.

En estas actividades se encontraba en 1764 y en 1769 realizó un viaje a América.

Durante más de veinte años se dedicó al comercio americano, aunque se desconocen muchos datos de esa trayectoria. Sí se sabe, no obstante, que entabló relaciones ya en la propia capital andaluza con viajeros representantes de diversas firmas comerciales, sobre todo francesas y flamencas, y que pudieron nacer así sus aptitudes para el terreno diplomático mercantil en una época crucial en la evolución de los intercambios entre España y sus antiguas posesiones del norte de Europa. En 1787 fue nombrado cónsul de España en Ostende, apoyado por la propia administración del Imperio austríaco, bajo cuya órbita se encontraban los Países Bajos del sur en esos momentos.

La patente fue firmada por Carlos III en Madrid el 17 de julio de dicho año, atendiendo a una costumbre de designar como cónsules para los puertos de los Países Bajos austríacos a descendientes de la colonia flamenca española o a negociantes fuertemente vinculados a ellos. Una vez en Ostende, Chaix pleiteó para la obtención de un permiso o licencia con el objeto de negociar algún proyecto que reactivara la navegación directa entre Ostende y los puertos españoles a finales del siglo xviii. Para ello contaba con el apoyo de la comunidad flamenca de Cádiz y del propio gobierno español, así como el de la corte de Viena. El comienzo de las guerras napoleónicas le sorprendió ocupado en estos propósitos, teniendo que abandonarlos en julio de 1794. En dicho año tuvo que abandonar la ciudad ocupada por los franceses. Entre 1799 y 1800 se estableció en París, donde persistió en volver a solicitar el cargo de cónsul.

 

Bibl.: J. Lefébre, Étude sur le commerce de la Belgique avec l’Espagne au xviiie siecle, Bruselas, Academie Royale de Belgique, Classe des Lettres et des Sciences Morales et politiques, 1921; J. Pradells Nadal, Diplomacia y comercio. La expansión consular española en el siglo xviii, Alicante, Universidad, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1992; D. Ozanam, Les diplomates espagnols du xviiie siècle, Madrid-Bordeax, Casa de Velázquez-Maison des Pays Ibériques, 1998, pág. 244.

 

Ana Crespo Solana