Cuesta y Torre, Antonio de la. Liérganes (Cantabria), s. XVIII – Calais (Francia), 18.VII.1828. Arcediano, canónigo, presidente del Congreso.
“Racionero de la Catedral de Ávila, 1789, arcediano de la misma y consiliario de los Hospitales de la ciudad, 1790, protegido por Godoy, quien le retuvo en Madrid como consejero privado, director del hospicio de San Joaquín de Ávila, 1800. En 1794 el obispo de Ávila, Rafael Múzquiz, le denunció a la Inquisición de Valladolid, pero no se hizo nada entonces; en 1800 se hizo una nueva información, de la que salió auto de prisión contra él y su hermano Jerónimo, penitenciario de Ávila y futuro afrancesado, que morirá en 1819. Al ir a cumplir la orden de prisión el 24 de febrero de 1801, el arcediano se escapó, atravesó el Guadarrama, se escondió en casa de la Condesa de Montijo en Madrid, y de allí alcanzó la frontera con Francia, el 9 de mayo de 1801 le recibió en Bayona el conde de Cabarrús. Se le acusaba de jansenismo y aún parece que de simpatía pro la Revolución Francesa.
Menéndez Pelayo sospechó algo político en este proceso, parece ser que Múzquiz no era más que un instrumento de Godoy. Ambos hermanos fueron repuestos en sus cargos en 1806. El arcediano se había dedicado en Paría al estudio de la ciencias naturales y de la economía política. Patriota en 1808, fue arrestado por los franceses en 1809, se exilió en 1811 y fue por ellos declarado prófugo. Se trasladó a Cádiz, en donde recibió los honores de Caballero de la Orden de Santiago, el 12 de septiembre de 1813, Ministro del Tribunal especial de órdenes, 13 del mismo.
El 20 de agosto de 1814, a su llegada a Ávila procedente de Madrid fue detenido de nuevo, esta vez por las autoridades absolutistas. Diputado a Cortes por Ávila, 1820-1822. Ateneo, 14 de mayo 1820.
Soc. Patr. Santander, julio 1820. Magistrado Tribunal de las órdenes Militares, 1821-1823; de la Academia Nacional y Política, 1823. En 1823 tuvo que emigrar de nuevo (Soc. Patr. Ruiz Lagos, Menéndez Pelayo, Fernández Benítez)” (Gil Novales).
“Otros personajes reseñables son el clérigo liberal Antonio de la Cuesta, que, fallecido en Calais durante su exilio, en 1828, había sido diputado en las Cortes de Cádiz y en el Trienio Liberal.” (Mario Crespo).
“La vida de este ilustre trasmerano fue muy accidentada, a pesar de sus hábitos, que parecía hubieran debido llevarle por más tranquilos derroteros. Era Arcediano en Ávila cuando fue mandado prender por la Inquisición al comenzar el siglo xix, acusándole de hereje, seguramente porque su saber alcanzaba alturas en que no estaban muy duchos sus superiores. Para evitarse molestias marchó a Francia, donde se le conocía bien, y donde los sacerdotes que se encontraban allí pudieron probar en una causa larga y detallada su absoluta inocencia, no regresando a España hasta que se declaró la equivocación padecida, que quedó perfectamente probada, declarándose así para su satisfacción.
Por ello le dieron, en compensación de las injusticias que le había ocasionado, la Cruz de Carlos III y el título de Inquisidor honorario... Más tarde, en 1812, formaba parte de las Cortes, donde pudo hacer con su talento una meritísima labor.” (Miguel Asúa y Campos, Hijos ilustres de Cantabria..., 1945).
“Arcediano de Ávila, acusado de herejía, huyó a Francia, de donde regresó al comprobarse la falsedad de la acusación. Le fue concedida la Cruz de Carlos III y se le nombró Inquisidor honorario. En 1812 formó parte de la s Cortes Españolas.” (Gran Enciclopedia de Cantabria).
La reina María Luisa estuvo contra Jovellanos y contra los ilustrados y dice: “Atizó (la Reina en 1800) contra Tavira, contra Palafox, contra la condesa de Montijo, contra los Cuesta, contra los Urquijo, contra Meléndez Valdés y contra tantos otros que por entonces fueron encarcelados o anduvieron desterrados o perseguidos” (Inquisición).
Fuentes y bibl.: Archivo congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 2 n.º 15 y 6 n.º 4.
M. Asúa y Campos, Hijos ilustres de Cantabria que vistieron hábitos religiosos, Madrid, Talleres del Instituto Geográfico y Catastral, 1945; J. Pérez Villanueva y F. Escandell (dir.), Historia de la Inquisición en España y América, t. I, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1984, pág. 1329; VV. AA., Gran Enciclopedia de Cantabria, t. III, Santander, Editorial Cantabria S.A., 1985, pág. 104; A. Gil Novales (dir.), Diccionario Biográfico del Trienio Liberal, Madrid, Ediciones el Museo Universal, 1991, pág. 165; M. Crespo López, Cántabros del s. xix. Semblanzas biográficas, Santander, Librería Estudio, 2004, pág. 284.
Diccionario Biográfico Español
