Medina y Corella, José. Fuendejalón (Zaragoza), 26.XI.1726 − Córdoba, 1.III.1804. Arcediano de Pedroche, canónigo de Córdoba y benefactor.
Nacido en Aragón, hijo de José de Ayuda y Medina y de Antonia de Corella, desde su infancia fue destinado por su familia a la carrera eclesiástica, en la que su tío, el arcediano Juan Francisco de Ayuda y Medina, se encargó de abrirle paso. Realizó sus estudios sacerdotales en Zaragoza, donde recibió la primera tonsura. En septiembre de 1745 se trasladó a Córdoba para presentar, el 4 de octubre, las bulas de coadjutoría con futura sucesión en el arcedianato de Pedroche y la canonjía propiedad de su tío, en cuya casa pasó a vivir desde entonces. El 24 de enero de 1746 el Cabildo le daba la posesión de dicha coadjutoría y, el 18 de noviembre de ese mismo año, tras la muerte de Juan Francisco de Ayuda ocho días antes, volvía a presentarlas en petición de la provisión en propiedad de las prebendas, lo que el Cabildo concedió, con la obligación de que el joven arcediano se ordenara conforme cumpliera la edad necesaria. Así, después de recibir las órdenes menores y el subdiaconado en diciembre de 1746, en marzo de 1749 fue ordenado de diácono y en diciembre de presbítero.
A lo largo de su vida, José Medina y Corella se convirtió en uno de los personajes más influyentes de la Córdoba del siglo xviii. Ello redundó en su carrera, pero, sobre todo, en el ascenso social que su familia protagonizaba desde que el obispo fray Alonso de Medina y Salizanes trajera consigo a su sobrino segundo, Francisco de Medina Requejo, iniciador de la dinastía de arcedianos de Pedroche de los Medina.
De este modo, fue obteniendo los cargos de visitador de Córdoba en 1771, juez subdelegado del Tribunal de Santa Cruzada, subdelegado apostólico, teniente vicario general de los Reales Ejércitos de Mar y Tierra, y provisor y gobernador general del Obispado durante la sede vacante entre 1787 y 1790. En cuanto al ennoblecimiento familiar, se centró en su hermano, Manuel Medina y Corella, a quien puede considerarse hechura suya, pues todo lo consiguió gracias a los cuantiosos ingresos y a los poderosos lazos del arcediano en la corte: el 6 de junio de 1781 fue nombrado por Carlos III veinticuatro de Córdoba, el 20 de enero de 1789 fundó para él y sus descendientes un mayorazgo y, finalmente, el 9 de septiembre de 1795 le consiguió de Carlos IV la concesión del título de conde de Zamora de Riofrío.
Dentro del Cabildo catedralicio cordobés, destacó como persona cultivada, entendida especialmente en música, e idónea para las tareas administrativas.
A este respecto, y entre otras muchas comisiones encomendadas, es digna de señalar su actuación como diputado de Hacienda (cargo que simultaneó con la colaboración en el Catastro de Ensenada) y del seminario conciliar de San Pelagio, en el que emprendió obras de gran importancia, y para el que logró la exención del sorteo de quintas en favor de los alumnos, el reconocimiento académico del centro mediante su incorporación a la Universidad Literaria de Sevilla, así como el traslado de las reliquias del mártir desde Oviedo en 1798.
Pero, sin duda, su legado más reseñable fue la creación de un montepío para socorro de los necesitados, inspirado en el de Madrid, y que daría lugar al futuro Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. Su voluntad, sin embargo, no se vio cumplida hasta décadas después de su muerte, ocurrida en Córdoba en la madrugada del 1 de marzo de 1804.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Catedral de Córdoba, Limpieza de Sangre, leg. 5055, sin paginar; Archivo Histórico Provincial de Córdoba, leg. 8455-P, fols. 94r.-100r.
M. Nieto Cumplido, “Medina y Corella y su legado fundacional”, en R. Castejón Montijano et al., Historia del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba (1864-1978), Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1979, págs. 51-127; R. Vázquez Lesmes, Córdoba y su cabildo catedralicio, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1987, pág. 109; J. A. Molinero Merchán, La Mezquita-Catedral de Córdoba: símbolos de poder. Estudio Histórico-Artístico a través de sus Armerías, Córdoba, Universidad, Servicio de Publicaciones, 2005, pág. 482.
Antonio José Díaz Rodríguez