Mendoza Caamaño Sotomayor, Álvaro Eugenio de. Madrid, 14.XI.1671 – 23.I.1761. Arzobispo de Farsalia, cardenal y patriarca de las Indias Occidentales, pro-capellán de palacio.
Hijo de Antonio Domingo de Mendoza, II marqués de Villagarcía y virrey de Valencia, y de Juana Rivera, fue bautizado en la parroquia de San Nicolás de Madrid.
Se doctoró en Teología en la Universidad de Ávila.
El rey Carlos II le otorgó el hábito de caballero de la Orden de Santiago en 1699.
Ordenado presbítero en 1715, fue beneficiado de la Iglesia de Antequera y abad de Alcalá la Real y Burgohondo y capellán del Monasterio de la Encarnación de Madrid. Sirvió en la real capilla como sumiller de cortina desde 1698; pasó gran parte de su vida al servicio de la Corona. Persona de confianza del patriarca Borja y Centelles, al que sucedió en el cargo de procapellán y en el título de patriarca de las Indias Occidentales en 1733, nombrado por Felipe V. Desde 1737 perteneció a la congregación de San Pedro de presbíteros seculares naturales de Madrid.
Como cabeza de la jurisdicción palatina, el 7 de abril de 1738 puso la primera piedra del nuevo palacio real, tras el incendio del viejo alcázar madrileño.
Aprobó también las Constituciones del real Colegio de Santa Isabel, por las que quedaba exento de la jurisdicción diocesana en 1738 y el Reglamento de la parroquia palatina del Buen Retiro en 1739.
Había sido consagrado obispo en la iglesia del real Monasterio de la Encarnación de Madrid el 9 de mayo de 1734 por el ordinario de Segovia. Fue arzobispo titular de Farsalia y cardenal presbítero, por voluntad del papa Clemente XII, en 1747.
Tuvo un importante papel en la erección de la real capilla en parroquia territorial, favor otorgado por el papa Benedicto XIV al rey Fernando VI tras el Concordato entre la Santa Sede y el reino de España de 1753, mediante un breve fechado el 27 de junio de dicho año.
Por este documento, el pro-capellán de palacio era rector y juez “de dicha Iglesia Parroquial como verdadero, real y actual Ordinario, que tiene separado y particular territorio vere nullius en los referidos Palacios, Casas, Hospitales y Conventos, con omnímoda facultad y privativa jurisdicción episcopal o quasi episcopal en tal iglesia, territorio y súbditos”. A la jurisdicción palatina pertenecían “el rey y su familia, los domésticos, familiares y criados de la Casa Real y los que prestan su servicio en ella percibiendo salario del erario real, los ministros y cortesanos, incluyendo los miembros de la Real Capilla, los que acompañan al Rey y a su familia en viajes, los que se hospedan en Palacios reales, aunque sólo sea temporalmente, los que alquilan casas y tiendas contiguas a los Palacios reales, los que viven en casas, hospitales, conventos y colegios” dependientes del pro-capellán.
Todos ellos eran inscritos en un libro o catálogo de la jurisdicción palatina, que abarcaba el palacio real, los patronatos reales y los Reales Sitios.
Bajo su mandato se aprobaron las Constituciones de la real capilla, tras intentar solventar las dudas y prejuicios de Luis Antonio Fernández de Córdoba, arzobispo de Toledo, sobre las atribuciones de la jurisdicción palatina en un memorial fechado el 17 de agosto de 1756.
Fue enterrado en el Monasterio de San Gil, antiguamente emplazado en la actual plaza de Oriente. En 1762, al año siguiente de su fallecimiento, se unieron las jurisdicciones palatina y castrense en la persona designada Patriarca de las Indias Occidentales.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Palacio (Madrid) Exp. personal 2651/10 y Real Capilla Cª 111/12.
Boletín del clero español en 1850, págs. 22-24; Real Capilla, Bulas y Breves Pontificios relativos a la jurisdicción privilegiada de la Real Capilla, Madrid, Imprenta Real Capilla, 1878, págs. 256-279; R. Ritzler y P. Sefrin, Hierarchia eclesiástica medii et recentioris aevi, t. VI, Padova, Il Messaggero di S. Antonio, 1958, págs. 243-244.
Beatriz Comellas Gutiérrez
