Collantes de Terán y Delorme, Alejandro. Sevilla, 2.XII.1901 – 27.VI.1933. Historiador, abogado y poeta.
Nació en Sevilla el 2 de diciembre de 1901. En 1908, tras superar la prueba de ingreso en el Instituto técnico San Isidoro, ingresó en el colegio de los jesuitas de la ciudad. Allí realiza el bachillerato con brillantes resultados. Collantes cursa dos carreras, casi simultáneamente: Filosofía y Letras (sección Historia) y Derecho. La dedicación a la Historia se comprueba más tarde en el epistolario cruzado con Cossío.
Las dos vertientes —Arte e Historia— se unirán en la guía Sevilla. Notas de arte, que para la Colección Marqués de Aledo publicará en 1932. En ella, entre descripción histórica y reseñas artísticas de monumentos, tradiciones y rincones típicos sevillanos, Alejandro expone su “filosofía” sobre la ciudad. Sobre arte sevillano, Collantes dará a la luz varios artículos publicados en El Noticiero sevillano, a lo largo de los años veinte.
En un cuaderno manuscrito titulado Ideario de estudiante, reúne cincuenta y cuatro trabajos fechados entre 1917 y 1919, de carácter amoroso y corte becqueriano, como ha escrito María Pilar Márquez.
También el día 28 de agosto de 1918 finalizó un pequeño cuaderno de versos, con el título Del fondo de mi cartera, con 1.323 versos (cincuenta obras en verso y ocho en prosa), de fondo igualmente becqueriano y finisecular. Pero será de 1919 a 1922 cuando el entonces estudiante de Filosofía y Letras y Derecho desarrolle una amplia labor literaria en la prensa y en distintas revistas locales. Publicaciones como Universidad, Higea, Semana Gráfica, Andalucía Futura, La Exposición o Villasis recogen su producción.
En colaboración con Rafael Gutiérrez-Ravé, Collantes escribe un “semi sainete en prosa y en un acto”, que se estrena en el sevillano Teatro Cervantes en la noche del 4 de enero de 1922. Esta obra de corte quinteriano, Zamorita, tuvo su continuación —ya con un solo autor— en la inédita Godoy, “comedia de enredo matrimonial ambientada en los Siglos de Oro”, según María Pilar Márquez, y en la redactada —en colaboración con otro amigo de Mediodía, Fernando Labrador—, con el título ¡A los títeres tocan! Por otra parte, en 1923 cristalizan las amistades, y la vocación literaria de Alejandro se orienta hacia la novela breve. En el verano de ese año surge la Colección La Novela del Día. Collantes publicó, dentro de ella, La Plaza de Doña Elvira. Cuento estudiantil (n.º 28, marzo de 1924), con dibujos de Juan Miguel Sánchez, y A su imagen y semejanza (n.º 56, 15 de noviembre de 1924), con ilustraciones de Pablo Sebastián.
Junto a los artículos, prosas y poemas publicados, a partir de junio de 1926, Alejandro hará labor divulgativa y defensora de la “joven literatura”, con su vinculación a la revista y grupo sevillano de la Generación del 27, Mediodía. Entre 1927 y 1930, su “Noticiero literario” en El Noticiero Sevillano —al igual que sucede con Romero Murube o Núñez de Herrera— marca, en gran parte, las direcciones estéticas del grupo de la vanguardia sevillana. En el artículo dedicado a “Los concursos” (16 de febrero de 1927), une gongorismo, a poetas profesores y al controvertido tema de los concursos literarios. La “Vuelta a la literatura” (30 de marzo) supone una defensa de las revistas jóvenes y, sobre todo, de Mediodía. Collantes también se detuvo —en ese año de 1927— en la obra de Porlán (“Porlán de Tarfía en el rincón de Troski”, 31 de marzo), en las revistas europeas (27 de mayo), en los “dos espectadores” (Ortega y Gasset y Salaverría) (2 de julio), en el estreno —en el Teatro Goya de Barcelona— de Mariana Pineda, de Lorca (28 de julio) y en figuras del cine como Charlot (7 de octubre), entre otros temas. Tanto en 1928 como en el año siguiente, el escritor intensifica esa tarea clarificadora con su preocupación por la falta de interés hacia la literatura “nueva” (8 de enero de 1928), su petición —como Juan Ramón en Obra en marcha— de la “capitalidad” poética para Sevilla (10 de marzo), la atención para Victor Falcao y Almada Negreiros (25 de marzo), la reflexión sobre El Sol y la literatura (7 de abril) y el análisis de los “planos” de la ciudad en todos sus niveles (históricos, misteriosos, poéticos).
Paralelamente a esta tarea local, Alejandro comienza a escribir las “Postales ibéricas. Andalucía. Sevilla”, en La Gaceta Literaria, y, como forma de ludus dentro de la vanguardia, crea las “cenas superrealistas”, original forma de amistad y literatura en el momento generacional.
Como bien ha recordado Musacchio, Collantes publicó diecisiete poemas en tres números de la primera época de Mediodía (números 4, 10 y 13), a los que habría que añadir las tres colaboraciones del número 15, de su segunda etapa. También en Verso y prosa se recogieron textos suyos. Y si Versos es su primer poemario publicado, el segundo —en realidad, un único poema de 32 versos, también de 1926— quedó inédito hasta 1946: La Correduría de Sevilla, fiel ejemplo de la poesía costumbrista y neopopular.
En los años veinte y treinta, la labor de Alejandro Collantes se extendió también en cursos y conferencias con un fin pedagógico y divulgativo, en varias instituciones sevillanas. En el curso 1924-1925 es nombrado bibliotecario del Ateneo Hispalense. En 1924, dentro del homenaje a Palacio Valdés, lee una poesía y ofrece un discurso con motivo de la colocación de una lápida conmemorativa en la calle Argote de Molina. También en 1925 participa en las charlas dedicadas al vecindario de los corrales sevillanos.
Durante la Exposición Iberoamericana de 1929, Collantes impartió una conferencia sobre Bécquer en el pabellón de los Estados Unidos. En los cursos 1930- 1931 y 1931-1932 ejerció como presidente de la Sección de Literatura del Ateneo. Se encargó de la organización del homenaje a Antonio y Manuel Machado y del curso de conferencias “Crítica y Vigilancia de Sucesos Artísticos”. También él mismo, en compañía de su cuñado, Pablo Sebastián, el 15 de diciembre de 1931, ofrece una lectura de un guión de cine, inspirado en el asunto de la novela de Pedro Antonio de Alarcón El final de Norma. Alejandro participa ampliamente en la celebración del concierto “Mediodía”, homenaje a Manuel de Falla y a la Orquesta Bética de Cámara, en 1932. Él será quien traiga a Sevilla a Rafael Alberti, en octubre de ese año, para el estreno de La pájara pinta e Historia de un soldado, y le ofrece impartir una conferencia en el Ateneo. Uno de los últimos actos de Alejandro Collantes será —el 30 de abril de 1932— una lectura de poesías norteamericanas en la docta casa.
El 8 de diciembre de 1930 se casa con María Teresa Sebastián Cantó. A las once de la noche del 27 de junio de 1933, fallece, tras un largo padecimiento nefrítico.
Dejó inéditos, según la nota necrológica de la revista Mediodía, el poemario Versos llanos; una refundición de El Arenal de Sevilla, de Lope de Vega; una biografía de Pedro Antonio de Alarcón, para la colección Vidas Españolas del Siglo xix, de Espasa Calpe; el guión de cine ya glosado en el Ateneo, en colaboración con Pablo Sebastián, y una edición de las poesías completas del maestro Juan de Salinas.
Obras de ~: con R. Gutiérrez-Ravé, Zamorita, Sevilla, Sociedad de Autores Españoles, 1922; La Plaza de Doña Elvira, Sevilla, La novela del día, 1924; A su imagen y semejanza, Sevilla, La novela del día, 1924; Versos, Sevilla, Tipografía de Mejías y Susillo, 1926 (col. Mediodía); Sevilla. Notas de Arte, fotografías de I. Herrero de Collantes, marqués de Aledo, Madrid, Imprentas Gráficas Reunidas, 1932 (col. Aledo); La Correduría de Sevilla, Sevilla, Tomás Álvarez, 1946; Poesías, Sevilla, Publicaciones del Ayuntamiento, 1949; con F. Labrador, ¡A los títeres tocan!, Sevilla, Fundación El Monte, 2002; Obra poética, Sevilla, Fundación Aparejadores, 2004.
Bibl.: P. Márquez González, Alejandro Collantes de Terán, poeta de Sevilla, Sevilla, Diputación Provincial, 1973; M. García Posada, “Collantes de Terán, Alejandro”, en R. Gullón (dir.), Diccionario de literatura española e hispanoamericana, vol. I, Madrid, Alianza Editorial, 1993; J. M.ª Barrera López (coord.), “Tres poetas en su centenario (Garfias, Sierra y Collantes)”, en El Siglo que viene, 45-46 (septiembre de 2001), págs. 28-58; J. M.ª Barrera López, “Prólogo” a A. Collantes de Terán, Obra poética, op. cit.
José María Barrera López