Topete y Venegas, Miguel. Marqués de Pilares (I). Morón de la Frontera (Sevilla), 2.XII.1680 – 1756. Militar y emprendedor.
Nació en el seno de una familia hidalga de Morón de la Frontera, siendo bautizado en su parroquia de San Miguel. Sus padres fueron García Marcelino Topete y Beatriz Venegas Carrasco, sus abuelos paternos Miguel Topete Terrona y Catalina Carvajal Benjumea, y sus abuelos maternos Luis Venegas Osorio y Elvira Jerónima Carrasco. En el año 1696 le fue concedido el hábito de la Orden Militar de Calatrava. Estudió en el Colegio de la Compañía de Jesús (Morón). Como miembro del Cabildo Municipal de Morón de la Frontera, fue jurado en 1701, regidor en 1704 y alcalde de la Santa Hermandad en 1705 y 1728.
En plena juventud se aventuró a una breve carrera militar en favor del nuevo monarca, Felipe V, durante la Guerra de Sucesión. En el año de 1702, cuando se produjo el ataque de la armada inglesa y holandesa a Rota y El Puerto de Santa María, sirvió agregado a varias compañías de Caballería que acudieron ante la urgencia de la invasión; tropas que estuvieron bajo el mando del marqués de Villadarias, capitán general del Ejército y costas de Andalucía. Volvería a Morón, hasta que en el año 1705 ingresó como voluntario en el Regimiento de Infantería de las Reales Guardias, estando presente en el asedio de la plaza de Gibraltar, tomada por los ingleses el año antes.
Se casó en primeras nupcias con María de Angulo Topete (1691-1716), en Morón de la Frontera el 3 de mayo de 1705, de cuyo matrimonio tuvo dos hijas, Beatriz (nacida el 11 de julio de 1706), que heredaría el título nobiliario, e Inés (nacida el 22 de marzo de 1712). Incluso se casó en segundas nupcias con María Jacoba Suelling y Reding, señora de Pelcapelle, Flandes. Terminada su carrera militar comenzó a gestionar su patrimonio económico. Fue un importante arrendatario del duque de Osuna, del cual llegó a tener arrendados hasta ocho cortijos. Hacia 1719 edificó una casa-palacio que incluso contó con oratorio privado, en la antigua calle Morenas, edificio que en la actualidad tras su reciente habilitación alberga la Fundación Fernando Villalón, del Patronato Municipal de Cultural. De su tía-abuela María Magdalena Topete, heredó el patronato y propiedad de la capilla de San José, situada en la parroquia de San Miguel.
Sus servicios militares parece que fueron determinantes, junto a su posterior actividad emprendedora, para que el Monarca le concediera el título de marqués de Pilares, nombre que tomaría de la principal de sus propiedades, la dehesa de Pilares (adquirida en 1710). La concesión efectiva se produjo mediante Real Despacho, fechado el 15 de marzo de 1739, quedando exento del pago del llamado impuesto de lanzas. El título tenía asociado el del vizcondado de Topete de San Miguel, que quedó cancelado de forma inmediata, sin uso.
Recorrió varios países europeos y territorios americanos, con objeto de estudiar los avances y adelantos tecnológicos e industriales del momento. Al volver de ellos, llevó a la práctica la idea de implantar una nueva industria en la serranía de Ronda, para lo cual solicitó al Rey la introducción de la fabricación de hoja de lata, totalmente novedosa en la Península Ibérica.
El Monarca le otorgó merced y privilegio para contar con una Real Fábrica de Hojalata, la cual se construyó en el período 1726-1735, con una inversión de 300.000 pesos. En el lugar elegido para su ubicación cerca del río Genal, se hallaba una rica mina de hierro; aún se pueden visualizar sus ruinas en el sur de la sierra de Jarastepar, en el término de Alpandeire, y cerca de Juzcar, a unos 12 kilómetros de Ronda (Málaga). En dicho complejo se realizaba fundición de proyectiles para la artillería, y sus buenas perspectivas dieron lugar a que en su entorno se creara una pequeña aldea, conocida como de San Miguel, ya despoblada en el último tercio del siglo xviii.
Bibl.: R. Auñón Villalón, “El primer Marqués de Pilares”, en Revista de Morón, año VII, n.º 96 (1920), págs. 3-5; n.º 97, págs. 3-5; n.º 98, págs. 3-6; n.º 100, págs. 6-7; n.º 101, págs. 3-5; n.º 104, págs. 3-5; n.º 106, págs. 3-5; n.º 107, págs. 3-6; Archivo Histórico Nacional, Catálogo alfabético de los documentos referentes a títulos del Reino y grandezas de España conservados en la Sección de Consejos Suprimidos, t. III, Madrid 1951-1953, págs. 388-389 y 603; J. A. Delgado y Orellana, Heráldica de Arcos de la Frontera (Estudio histórico-nobiliario), San Fernando (Cádiz), 1984, pág. 121; M.ª F. Morón de Castro, La Iglesia de San Miguel. Cinco siglos en la historia de Morón de la Frontera (XIV-XVIII), Sevilla, Universidad, Fundación Fernando Villalón, 1995, págs. 168- 169; J. L. Sánchez Lora, Capital y conflictividad social en el campo andaluz. Morón de la Frontera (1670-1800), Salamanca, Universidad de Sevilla, 1997, pág. 38; R. Castellano de Torres, Monumentos de Morón, Morón de la Frontera, 2001, págs. 135-138; F. J. Gutiérrez Núñez, “El marquesado de Pilares: herencia de linajes moronenses (siglos xviii-xix)”, en J. D. Mata Marchen (coord.), Actas VI Jornadas de Temas Moronenses, 29 Septiembre al 3 de Octubre 2003, Morón de la Frontera, FFV, 2005.
Francisco Javier Gutiérrez Núñez