Cuadra y López de la Huerta, Ambrosio de la. Madrid, c. 1767 – 21.VIII.1837. Ingeniero, teniente general.
Hijo de Antonio de la Cuadra y Llano, juez director general de Correos y postas de España e Indias.
Ingresó como cadete en el Regimiento de Infantería de Asturias, el 26 de marzo de 1784, y pasó con el mismo empleo al de Guadalajara, el 1 de mayo de 1785, donde fue promovido a subteniente el 26 de julio siguiente. Ascendió rápidamente a teniente de Fusileros, 12 de agosto de 1791; teniente de Granaderos, 9 de septiembre de 1792; primer teniente, 3 de enero de 1793, y ayudante mayor, 4 de junio del mismo año.
El 13 de diciembre de 1793 marchó con su batallón al ejército del Rosellón y tomó parte en los ataques a Argelés y Villelongue, así como en la defensa del Boulou, el 19 y el 21 de diciembre, y en la posición de Pla del Rey.
En la campaña del año siguiente asistió a la defensa de las líneas de Figueras, del 17 al 20 de noviembre de 1794, retirándose sobre Gerona. En 1795 se halló en la salida de Báscara, el 20 de mayo, y en la batalla de Pontos, el 14 de junio.
Fue transferido al Regimiento de Órdenes Militares, como capitán de Fusileros, el 27 de abril de 1799, desde el cual pasó al de África, el 10 de agosto de 1800, y al de Voluntarios de Navarra, el 26 de diciembre de 1802.
En 1807 sostuvo en las costas de Galicia, una brillante acción contra los ingleses, por lo que fue propuesto para el empleo de sargento mayor. Durante la campaña de Portugal de ese año, sirvió en Galicia, hasta el 20 de noviembre, cuando fue nombrado sargento mayor del 1.º de Voluntarios de Cataluña, que se hallaba en Dinamarca.
Mandando interinamente su batallón, por enfermedad del comandante, tuvo una parte muy principal en la repatriación de la división del marqués de la Romana, concentrada en la isla de Langeland. Embarcada en buques ingleses, tomó tierra en Santander, con su batallón, y participó en la batalla de Espinosa de los Monteros, librada el 10 y el 11 de noviembre de 1808, y efectuó la retirada a León y Galicia.
Comandante de su batallón el 20 de marzo de 1809, por haber caído prisionero Juan Francisco Vives, mandó la vanguardia de la división de Martín de la Carrera, combatiendo en el campo de la Estrella, el 23 de mayo, y luego en la acción del puente de San Payo, el 7 y el 8 de junio.
Fue ascendido a coronel el 20 de julio de 1809 y sirvió a las órdenes del duque del Parque, en La Bañeza y en las batallas de Tamames (18 de octubre de 1809), Medina del Campo y Alba de Tormes (28 de noviembre), como 2.º comandante de la 5.ª división.
Se retiró a la Sierra de Gata y recibió el ascenso a brigadier, el 5 de enero de 1810, por su conducta en la batalla de Tamames. Al ser nombrado el duque del Parque comandante en jefe del Ejército de Cataluña, le acompañó a Cádiz, en marzo de ese año, pero al quedar sin efecto ese nombramiento, fue enviado en junio a San Roque, como 2.º comandante de la expedición del general Lacy, a la Serranía de Ronda.
El 9 de junio de 1810 fue nombrado ayudante general del recién creado cuerpo de Estado Mayor, sirviendo como 2.º jefe de Estado Mayor de Blake, en la campaña de Murcia, asumió el 1 de octubre el mando de la 1.ª división (con retención de su empleo) y combatió en Baza el 3 de noviembre.
Al año siguiente, al frente de la vanguardia de José O’Donnell, combatió nuevamente en Baza, el 7 de mayo de 1811, y rechazó a los franceses en Úbeda el 15 del mismo mes, por lo que fue ascendido a mariscal de campo al día siguiente. A las órdenes de Freire, mandó la derecha en la línea del Zujar, pero fue desalojado por las tropas de Godinot de Pozo Alcón el 7 de agosto. Entonces se retiró a Huéscar y forzó al resto del ejército a abandonar las posiciones de la Venta del Baúl y retirarse sobre Murcia.
Las disensiones producidas en el tercer ejército por estas acciones causaron la separación del mando de varios jefes, entre ellos Freire, Sanz y Cuadra. Este marchó a principios de 1812 a Cádiz, donde permaneció hasta el levantamiento del sitio, en agosto del mismo año, cuando se le destinó de cuartel a Córdoba.
El 10 de noviembre de 1813 fue nombrado comandante general interino de Castilla la Nueva y gobernador de Madrid, puesto que ocupó hasta que, a mediados de diciembre, lo entregó a su propietario, el general Pedro Villacampa.
Durante los Cien Días fue destinado, el 6 de mayo de 1815, al Ejército de observación de la Derecha, a las órdenes de Castaños, en el que permaneció hasta su disolución en febrero de 1816. Entonces se le destinó de cuartel a Toledo.
El 15 de marzo de 1817 fue nombrado capitán general de Filipinas, pero a su salida del puerto de Cádiz lo apresó un corsario insurgente y lo condujo a Buenos Aires, donde permaneció hasta 1820, cuando consiguió fugarse a Montevideo. Se dirigió a Río de Janeiro, desde donde, siguiendo una Real Orden, regresó a España y desembarcó en Lisboa el 15 de julio de 1821. En ese mismo año le fue concedida la Gran Cruz de San Hermenegildo.
Fernando VII le nombró ingeniero general el 26 de noviembre de 1823, y el 5 de marzo de 1824, consejero del Supremo de Guerra.
Fue promovido a teniente general, el 7 de diciembre de 1829, y recibió el 6 de julio de 1833 la Gran Cruz de San Fernando, con ocasión de la jura de la princesa Isabel.
Tras cesar como ingeniero general el 17 de febrero de 1835, fue destinado de cuartel a Madrid, en donde residió hasta su fallecimiento.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exp. C-3931, hoja de servicios a fin de diciembre de 1815; Archivo General de Palacio, Registro de la Estampilla, 15 de marzo de 1817, 26 de diciembre de 1823, 5 de marzo de 1824, 7 de diciembre de 1829, 6 de julio de 1833.
Conde de Toreno, Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, París, Librería Europea de Baudry, 1838: J. Gómez de Arteche, Guerra de la Independencia, Madrid, Imprenta y Litografía del Depósito de la Guerra, 1868-1903; Servicio Histórico Militar, Guerra de la Independencia, 1808-1814, Madrid, Librería Editorial San Martín, 1972; D. Ozanam, Les diplomates espgnols du xviiie siècle, Madrid- Bordeaux, Casa de Velázquez, Maison des Pays Ibériques, 1998.
Alberto Martín-Lanuza
