Marichalar y Arano, Fermín de. Lesaca (Navarra), ú. t. s. XVI – ?, 1648. Primero de los tres miembros de este linaje que ocuparon una plaza de oidor en el Consejo Real de Navarra a lo largo del siglo XVII.
Los Marichalar eran una antigua y noble familia, cuya casa solar se encontraba en la villa navarra de Lesaca, perteneciente al partido judicial de Pamplona. Nació en Lesaca, del matrimonio formado por Miguel de Marichalar y Zabaleta y María de Arano y Espinal.
Fue señor de la casa solar de su apellido, de los palacios de Echarri-Aranaz (por este palacio su hijo, el también oidor del Consejo Real Esteban Fermín de Marichalar, obtuvo gracia de asiento en Cortes, otorgada por el virrey duque de San Germán; merced que fue revocada, como todas las concedidas por este virrey) y Arbizu, de la villa de Lizagarra Bengoa, con jurisdicción civil y criminal, “mero y mixto imperio”, y con asiento en Cortes Generales de Navarra.
Contrajo nupcias en dos ocasiones. La primera con Catalina Vallejo, con quien tuvo dos hijos, Miguel y Antonio Manuel. Su segunda esposa fue Graciosa de Eslava y de este matrimonio nació Esteban Fermín, quien también siguió los pasos de su progenitor y fue oidor del Consejo entre 1655 y 1678.
Cursó sus estudios jurídicos en la Universidad de Salamanca y fue miembro del colegio mayor de San Bartolomé. Antes de entrar propiamente en la Administración, asistió a las Cortes de 1607 y 1612 como procurador por Lesaca; en las de 1617 fue nombrado síndico del reino; y en 1627 acudió a Madrid con Jerónimo de Ibero para tratar con el Monarca varios temas de interés para el reino. Sirvió una de las plazas de alcalde de la Corte Mayor navarra el 16 de abril de 1632, en sustitución de Juan de Navaz. Ascendió a oidor del Consejo Real el 22 de febrero de 1633, por promoción de Juan de Lizarazu a la presidencia de la Audiencia de Charcas (Perú). La alcaldía que dejaba vacante fue ocupada por Juan de Acedo el 22 de febrero de 1633.
Durante sus años de oidor vivió toda clase de situaciones, incluso fue uno de los afectados por las censuras y excomunión dictada en 1636 por el obispo a virrey, regente y varios consejeros y alcaldes de Corte, por el controvertido caso de las protestas producidas por haber incensado antes al obispo que a las autoridades civiles en las vísperas del Corpus. En 1637, en plena campaña contra los franceses, se le encomendó que fuera a todos los pueblos de la merindad de Sangüesa previniendo a los vecinos alistados para que mantuvieran sus armas limpias y preparadas para acudir en ayuda de la villa de Burguete en caso de invasión.
Ese mismo año fue nombrado proveedor general del ejército que se iba a levantar en Navarra durante las guerras con Francia, y de la provincia de Cantabria.
El modo de cumplir sus obligaciones causaron importantes críticas del reino; se le acusó de embargar caballerías y cargas de cereales, e incluso llegó a ser declarado enemigo de la Patria en julio de ese año. El caso se vio en las Cortes y se dejaron instrucciones a la diputación siguiente al respecto. Las instrucciones 28 y 29 establecían que “en el negocio del Ldo. Marichalar, quede por cuenta de la Diputación el proseguirlo y también el de sus ministros, así en lo que se hubiere obrado hasta aquí, como en lo que se averiguase y obrase en adelante. Atento a que falta un juez del Consejo por la ocupación en que se halla Marichalar, se solicite que las cuatro plazas de Navarra estén llenas y sea desde luego, porque con su ausencia no quedan más que tres”. Él se defendió alegando que la intención de las quejas proferidas por las merindades navarras contra él era “solamente relevarse quanto les fue posible del trabajo y incomodidades que consigo puede traer la conducçión [de bastimentos para las tropas], y para esto se valen de sus Fueros y leyes y de todos los medios que buenamente pueden, no en orden a embaraçar el servicio de V.M., a que siempre han sido y son muy atentos, sino en orden a evitar las incomodidades que padecen”.
Estos incidentes parece que no tuvieron demasiada trascendencia para su carrera administrativa, ya que en 1642 el monarca Felipe IV le concedió gracia de asiento en Cortes de Navarra con carácter perpetuo y por juro de heredad para sí y todos sus sucesores en la casa Marichalar, y asistió a las que se celebraron en 1642, 1644, 1645 y 1646. En la reunión de 1645 refirió a la asamblea en nombre del Rey la necesidad en que “S.M. se allaba de jente y socorros de sus súbditos y vasallos para acudir a tantas guerras como intentaba en España y fuera de ella en defensa de sus reynos, y pedía además dos mil hombres vestidos y armados y sustentados”. Su hijo Miguel se habilitó en el derecho de asiento en Cortes y fue convocado a las de 1652. También en 1642, concretamente el 21 de julio, el Rey le concedió una merced de acostamiento de 30.000 maravedís anuales por sus servicios en las guerras contra Francia y se refiere a él como “dueño de la casa de su apellido en Lesaca y palacios de Echarri- Aranaz y Arbizu, y del lugar de Lizarraga”; merced que luego heredó su primogénito Miguel con la condición de que tuviese armas y caballo para servir al Monarca.
Tras doce años de servicio en Pamplona, ascendió a la Fiscalía del Consejo de Guerra y fue sustituido en el Consejo de Navarra por Juan Donguillén, nombrado el 24 de agosto de 1645. Murió en 1648.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Navarra, Mercedes reales, lib. 23, fols. 164v., 216v., 221r., lib. 27, fol. 53r.; Mercedes reales, mercedes de acostamiento, lib. 26, fol. 222r., lib. 28, fol. 412v.; Protonotaría, llamamientos a Cortes, lib. 2, fols. 200v.-204r., 229r., 254v., 300r., 331r., lib. 3, fols. 253r.- 263r.; Actas de Cortes, tomo II, fols. 18v., 25v., 246v., 247r., 250r., 259v., 260r., 260v., 261v., 265r., 265v., 267v., 268r., 269v., 273r., 283r., 285v., 286v.-289r., t. III, fols. 42r.-42v.; Actas de Diputación, lib. 2, fol. 199v., lib. 3, fol. (antes de numerar los folios); Diputados y agentes, leg. 1, carp. 30; Tribunales Reales, Procesos, Gayarre, pendientes. Olóndriz, F. 1.º. 1643, leg. 3182. D. 1.º, E. 9.º izda. B 1.º, n.º 14, p. 194v.; Archivo Histórico Nacional, Estado, lib. 66, fols. 108r., 209r., 211r.-217r., lib. 67, fol. 363r., lib. 68, fols. 37r., 68v., lib. 69, fols. 76r., 170r., 172r., 218r., 290r., 302r., 346r., 348r. y 374r., lib. 70, fol. (sin numerar, fecha 6 de febrero de 1637).
J. Ibarra, Biografías de los ilustres navarros del siglo XVII, Pamplona, Imprenta Jesús García, 1951, pág. 113; J. M.ª Corella, “Un altercado entre el Virrey de Navarra y el Obispo de Pamplona en el año 1636”, en Pregón Siglo XXI (Pamplona), n.º 20 (2002), págs. 9-14; M.ª D. Martínez Arce, Aproximación a la Justicia en Navarra durante la Edad Moderna. Jueces del Consejo Real en el siglo XVII, Pamplona, Ediciones Fecit, 2005, págs. 28, 82, 120, 137, 159, 164-166, 169, 179, 181, 191, 193, 195-196, 198, 203, 206, 242 y 251.
María Dolores Martínez Arce