Chavier, Antonio. Los Arcos (Navarra), p. t. s. xvii – Pamplona (Navarra), c. 1695. Abogado de los Reales Consejos en el Consejo de Castilla, abogado de los Tribunales Reales de Navarra, abogado-consultor del virrey de Navarra y del obispo de Pamplona, jurista y juez asociado del Consejo Real de Navarra.
Nació en el seno de una noble familia en la villa navarra de Los Arcos, si bien al incorporarse ésta a Castilla entre 1463 y 1753 se le consideró castellano.
Cursó sus estudios en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Salamanca, donde se licenció como bachiller el 26 de enero de 1655.
A partir de entonces comenzó una fulgurante carrera en la Administración, ya que el 26 de septiembre de 1660 ingresó en el prestigioso Consejo de Castilla como abogado de los Reales Consejos. Dos años más tarde volvió a Navarra con la intención de entrar a formar parte de los Tribunales Reales y, como primer paso, solicitó al Consejo Real de Navarra, el 29 de agosto de 1662, ser admitido como abogado, lo que se le concedió tras el pertinente examen, que tuvo lugar el 2 de septiembre.
En febrero de 1668 se le nombró fiscal del Tribunal de Guerra. Durante el tiempo que ejerció este cargo se ocupó especialmente de los conflictos surgidos por las represalias llevadas a cabo por los franceses contra los navarros tras los sucesivos enfrentamientos bélicos que mantuvieron. En los cortos períodos de paz que se dieron, también se dedicó a pleitos civiles, como los entablados sobre la conservaduría de la fábrica real de pólvora o sobre las conflictivas tabernas reales.
En 1669 quedó vacante el puesto de fiscal del Consejo Real de Navarra, y fue nombrado fiscal interino el 24 de septiembre, mientras se designaba un sustituto. Ejerció como tal hasta el 30 de mayo de 1672, fecha en que el Rey nombró a José de Castro y Santacruz.
Sin embargo, este nuevo fiscal titular del cargo murió dos años más tarde y, de nuevo, el 26 de julio de 1674, se designó a Chavier como fiscal interino, oficio que sirvió hasta el 7 de febrero del año siguiente.
Sus buenos oficios en todos estos cargos públicos le granjearon la admiración y el aprecio del virrey, del regente del Consejo y de otras autoridades, lo que se tradujo en nuevos nombramientos de mayor importancia.
Así, el 1 de noviembre de 1676 fue nombrado auditor general de toda la gente de guerra del reino de Navarra, sus fronteras y comarcas, volviendo a tareas semejantes a las desempeñadas en 1668. Esto hizo que obtuviera del virrey duque de San Germán una carta de favor para la reina gobernadora Mariana de Austria, en la cual se destacaba la impecable trayectoria de Chavier y se hacía especial hincapié en sus actuaciones como abogado en Madrid y Pamplona.
El día 28 de enero de 1677 fue nombrado juez de contrabando en sustitución de Fermín de Marichalar, que era oidor del Consejo Real y había sido designado corregidor de Bilbao. Ocupó este cargo hasta que se firmó la paz con Francia. Poco después unió a todas sus ocupaciones la de asesor del virrey de Navarra, Íñigo de Belandia, para todo lo relacionado con Estado y Guerra. Mientras, el obispo de Pamplona fray Pedro Roche le designaba su consultor para asuntos eclesiásticos como abogado de la dignidad episcopal, cargo que desempeñó durante más de dieciocho años.
En los años siguientes realizó muchas y muy diversas tareas, y todas estas circunstancias hicieron que pronto fuera reclamado por las instancias gubernativas municipales. Fue elegido representante de la villa de Torralba para asistir a las Cortes Generales celebradas en 1677-1678 y como tal prestó juramento de fidelidad al nuevo monarca Carlos II. De allí pasó a Estella, donde fue insaculado sucesivamente en bolsa de jurado, regidor, alcalde, y alcalde de mercado.
Llegó, además, a ocupar en tres ocasiones el cargo de regidor de Pamplona y en una el de alcalde de mercado.
Como miembro de la nobleza, gozó de vecindad forana en el lugar de Grocin y, en su villa natal de Los Arcos, participó en las elecciones de oficios celebradas en 1681 entre los hidalgos. En esta localidad ya era contador desde 1675 y en ella ejerció también, posteriormente, como teniente de alcalde.
Durante las sesiones de las Cortes de 1677-1678, recibió el encargo del reino de recopilar todas las leyes vigentes en Navarra desde su incorporación a la Corona de Castilla en 1512, obra que se distribuiría a la Diputación, los Tribunales Reales, sus ministros y oficiales, los pueblos de Navarra, etc. Chavier cumplió escrupulosamente el encargo y en las siguientes Cortes, celebradas en Pamplona en 1684-1685, presentó su recopilación de leyes. Dividida en cinco libros y noventa y cinco títulos, incluía el texto del Fuero General de Navarra, y fue aprobada por el reino para su impresión.
En los últimos meses de 1693 se planteó un serio conflicto cuando el obispo de Pamplona Toribio de Mier excomulgó a los ministros de los tribunales navarros, debido a un problema de jurisdicción.
El virrey Baltasar de Zúñiga y Guzmán, marqués de Valero, tuvo que nombrar a cuatro abogados para hacerse cargo de los pleitos pendientes, y a otros dos para ejercer como fiscales. Uno de los jueces nombrados fue Antonio Chavier, lo que le supuso la concesión del título de “juez asociado del Real Consejo del dicho Reyno de Navarra”, ejerciendo como tal hasta abril de 1695. A partir de entonces pretendió reiteradamente entrar a formar parte del Consejo Real de Navarra y ocupar una plaza en propiedad. Así lo solicitó presentando su impresionante currículo en enero de 1694; aprovechó para ello la circunstancia de que había una vacante por la muerte de Diego de Izaguirre.
Sin embargo, ésa fue la única aspiración que no pudo ver cumplida, debido a su avanzada edad y la fragilidad de su estado de salud.
Obras de ~: Fueros del Reyno de Navarra desde su creación hasta la feliz unión con el de Castilla. Y recopilación de las leyes promulgadas desde dicha unión hasta el año de 1685, Pamplona, Imprenta de Martín Gregorio de Zabala, 1686.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Navarra, Mercedes Reales, lib. 31, fol. 239r.; Actas de Cortes, lib. IV, fols. 216r., 412v., 413r. y 482v.; Actas de Diputación, lib. 6, fols. 105v.- 110r., 115r.-116r., 121r.-122r., 135v.-136r. y 144-144v.; secc. Tribunales Reales, Tercera, Libros de Gobierno y Administración, Consultas al Rey, lib. 5, fol. 184v.; Archivo Histórico Nacional, secc. Consejos Suprimidos, Relación de Méritos y Servicios, leg. 13384, n.º 54.
J. de Elizondo, Novísima recopilación de las leyes del Reino de Navarra hechas en sus Cortes Generales desde el año de 1512 hasta el 1716 inclusive, editada en Pamplona en 1735 [Pamplona, Diputación Foral de Navarra, Institución Príncipe de Viana-Aranzadi, 1964 (col. Biblioteca de Derecho Foral de Navarra, vol. II), t. II, lib. 1, tít. 3, ley XXV]; J. Goñi Gaztambide, Historia de los Obispos de Pamplona, vol. VI, Pamplona, Eunsa-Gobierno de Navarra, Institución Príncipe de Viana, 1987, págs. 450-471; M.ª D. Martínez Arce, Recopiladores del Derecho Navarro. Estudio histórico de las trayectorias personales y profesionales de los recopiladores de Fueros y leyes de Navarra (1512-1841), Pamplona, Gobierno de Navarra, Departamento de Presidencia e Interior, 1998, págs. 34-36 y 65-83; Luces y sombras del siglo xvii. Navarra en tiempos de Carlos II “El Hechizado”, Pamplona, Eurograf Ediciones-Gobierno de Navarra, Departamento de Educación y Cultura, 1999, págs. 174-179.
María Dolores Martínez Arce
